El inicio de cualquier ciclo nos invita a reflexionar lo que hemos hecho y lo que tenemos pendiente. Por ello, significa también una nueva oportunidad para valorar lo realizado hasta el momento y pensar hacia dónde queremos enfocar nuestros esfuerzos.
Al inicio del año 2020, muy pocos pudieron anticipar los grandes cambios que se avecinaban en todo el mundo. En cuestión de semanas, tuvimos que replantear los retos, problemas y propósitos que contemplamos para ese año, por más complejos que hubieran sido, y reorientarlos a dos objetivos que, además, se volvieron esenciales: mantenerse sano y sobrevivir a una enfermedad desconocida.
Los años 2020 y 2021 fueron complicados para todas y todos. Si bien el 2022 todavía se presenta con retos enormes, comenzamos a ver cierta luz por los recursos de los que disponemos para enfrentar la pandemia. Las vacunas, los medicamentos y, en general, una mayor conciencia sobre lo que se requiere hacer para cuidarnos son elementos que resultarán fundamentales para intentar retomar, en lo posible, una vida con menos restricciones en este año que inicia.
En 2022 necesitaremos el esfuerzo de todas y todos para enfrentar múltiples retos. En primer lugar, la persistencia de la pandemia, que —aunque no nos toma por sorpresa y tan desarmados como hace casi dos años— hoy más que nunca exige de la sensibilidad y compromiso de todas y todos para cuidarnos. De igual modo, que quienes tenemos la fortuna de llamarnos servidores públicos logremos impulsar mejores medidas para ayudar en la prevención, atención y por supuesto en la recuperación de las personas que se encuentren enfermas.
La recuperación económica será otro de los grandes retos. No es ajeno a familia alguna los efectos que la crisis sanitaria ha tenido en el empleo o en las actividades comerciales. Nuevamente, nos obliga a reconocer y a actuar con responsabilidad para evitar que las desigualdades, que ya existían desde el 2019 en todo el país, se incrementen y se conviertan en problemas permanentes.
Los procesos políticos representarán también un reto importante: para lograr procesos electorales ordenados, legales y justos, será imprescindible el compromiso tanto de las y los ciudadanos como de las autoridades políticas. Es importante que entendamos que el enfrentamiento entre diferentes grupos de ciudadanos no contribuye a mejorar la vida democrática. Por el contrario, los esfuerzos por dividir bajo una narrativa de mexicanas y mexicanos buenos y malos tendrán un costo muy elevado. No hay que olvidar que, al día siguiente de la elección, todas y todos volvemos a compartir los mismos espacios públicos, las mismas escuelas, los mismos parques, los mismos mercados, las mismas calles.
Sin lugar a duda, los próximos doce meses serán de grandes retos, particularmente porque deberemos decidir quién nos gobernará en Aguascalientes. Lo que hemos aprendido en los últimos dos años que hemos vivido, tan complejos y difíciles, deberemos aprovecharlo para encontrar objetivos y acciones comunes en este período tan importante para nuestro querido estado. Mi principal propósito en este inicio de año es precisamente ese: en todo el trabajo que realice desde el Congreso del Estado prevalecerá siempre el interés de cuidar el Aguascalientes que todas y todos queremos y al que debemos cuidar día a día.
Les deseo que este año 2022 sea el mejor para ustedes, sus familias y seres queridos.