Todo en el mundo está conectado, me he escuchado decirle a mi hijo, hay una serie de puntos invisibles que determinan la razón de ser de un objeto, de los hechos, y creo que una forma de conocer y anticipar el mundo es descubriendo el patrón de esos puntos, compararlos. A mí, por ejemplo, sigo la conversación, no me gustan los videojuegos ni muchas de las series o caricaturas que tú ves, sin embargo, las veo y aprendo a jugar para poder comparar las cosas y explicarlas con lo que tú tienes a la mano.
Tomo el diccionario que le regalé para que leamos juntos el significado de analogía. Mira, le digo al niño, la primera cosa que significa es encontrar la relación de semejanza entre cosas distintas, y la segunda es un razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres o cosas diferentes, es decir, una analogía, así es como comparo lo que yo veo con lo que tú ves o las cosas que ocurren. Ya no sigo, sé que lo perdí cuando su respuesta es que si de veras no me gusta Fornite ni porque está la skin del Mandaloriano y que si me gustaría más si pudiera usar la de Darth Vader o Batman.
A pesar de su distracción, seguiré empleando analogías para entenderme con él, estoy convencido de que es a través de la comparación entre razones o conceptos es como vamos a lograr comunicarnos mejor, que estoy obligado a conocer las referencias que tiene a la mano para así comprender qué es lo que ve y cómo lo piensa; por eso no entiendo el exabrupto del poeta Javier Sicilia al llamar analfabetas funcionales a López Obrador y sus seguidores, quienes no entendieron su crítica al presidente, en la que escribió “Guardando sus debidas proporciones, lo que vimos durante el tercer informe de gobierno AMLO, es una lógica semejante a la de Hitler”.
Me extraña que un poeta se queje porque sus lectores no están a la altura de lo que quiso decir, en especial porque se supone que un escritor aspira mejor que nadie a usar adecuadamente sus armas, el lenguaje, al descalificar a quienes no lo entendieron como analfabetas funcionales se coloca un escalón por arriba de la capacidad de entendimiento de los otros y si algo deben saber los escritores es que el lector siempre, siempre, es más inteligente que uno.
Un analfabeta funcional es una persona incapaz de utilizar sus capacidades de lectura o escritura para resolver de manera eficiente en la vida, López Obrador y sus seguidores fueron más hábiles que Javier Sicilia al descalificarlo por usar a Hitler como comparación, anularon su crítica con los mismos elementos que el poeta les otorgó, anularon su perspectiva por emplear una comparación equivocada, equívoco que el mismo Sicilia reculó para explicar que el presidente “No es Hitler, no hará un genocidio, pero sí genera más violencia y además le está entregando las instituciones civiles al Ejército”, entonces, ¿para qué uso esa analogía?, ¿para que correr el riesgo de ser descalificado por una pésima elección de semejanzas?
Antes que considerarme escritor, soy el mayor de mis hermanos y padre de un hijo, esto viene a cuento porque recuerdo cuando mi madre, ante la necesidad de resolver una disputa, me decía que en alguien tenía que caber la razón; intentar establecer un diálogo a partir de analogías provocadoras del aplauso del público, nunca será la mejor opción.
Siempre he pensado que no hay preguntas tontas, sólo respuestas estúpidas… y elección de pésimas analogías.
Coda. Desde este espacio, mi más amplio reconocimiento al doctor Julio Santaella Castells, quien el próximo año dejará de ser presidente del Inegi, un funcionario público que supo estar a la altura de las circunstancias, hizo crecer a la institución y consolidó al Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica. Servidores como Julio Santaella hacen falta para fortalecer las instituciones y el desarrollo de la democracia a través del conocimiento. La mejor de las suertes y éxito en lo que emprenda.
@aldan