La cultura de la denuncia empieza a fortalecerse lentamente, sobre todo cuando se trata de abuelos, pues la gente ha tomado conciencia de dar a conocer a las autoridades los casos de violencia física o psicológica en contra de este sector de la población, y en lo que va del año se tiene un registro de 65 reportes de maltrato, reveló el procurador de la Defensa del Menor y la Familia, Jaime Humberto Medina Guzmán.
Detalló que en el mes de julio se llevan 13 casos registrados de presunto maltrato, y el acumulado es de 65, que si se compara con el año anterior, las estadísticas son similares, pues en el mismo periodo del año pasado se documentaron 66 casos al final de julio, y en todo el año 140 reportes.
Mencionó que el maltrato psicológico es el más común, ya que se ataca al abuelo con insultos, humillaciones, rechazo, descuido, desvalorización, y se les hace sentir menos, entre otras actitudes negativas.
Resaltó que los principales agresores son los hijos, y por lo general las víctimas no denuncian porque representa en cierta medida un enfrentamiento con los agresores, sin embargo son los vecinos o las amistades quienes se deciden a revelar la situación de violencia por la que atraviesa la persona de la tercera edad.
Medina Guzmán destacó que uno de los problemas más recurrentes es que a los hijos, o quienes están al cuidado de los abuelos, les hace falta paciencia, pues quieren tratarlos como si fueran jóvenes, y algunos ya requieren de atenciones especiales, vuelven a ser como un bebé en ciertos casos, por lo que necesitan de más apoyo.
Explicó que debido a que no todos los reportes son verídicos, se procede a realizar una investigación, en la cual trabajadoras sociales acuden directamente a visitar al abuelo, se platica con los familiares y también con los vecinos para corroborar información, y cuando se detecta que efectivamente es víctima de maltrato o descuido, se busca conciliar y darle solución al conflicto, no obstante cuando está en peligro su integridad, se procede a la denuncia ante el Ministerio Público.
Mencionó que cuando el asunto es sólo de descuido involuntario, se le brinda a los familiares asesoría psicológica para que entiendan la situación del abuelo y cómo de alguna manera deben involucrarlo en su vida diaria.
Añadió que los casos de maltrato psicológico se derivan algunas veces de que la responsabilidad de cuidar al padre o madre recae sobre un hijo, y esto se les hace pesado, por lo cual en las conciliaciones se les habla a toda la familia para que ellos encuentren la mejor manera de que todos participen en la atención del adulto mayor.
Abundó que después de la reunión se procede a realizar un documento llamado comparecencia, donde se establecen los compromisos de los familiares, y si no hay respuesta, se vuelven a citar, y si de nueva cuenta no quieren entender, entonces se les exhorta a que acudan ante el Ministerio Público.
El procurador señaló que son mínimos los reportes que llegan al DIF estatal y que se llevan ante la autoridad judicial, toda vez que en la mayoría de los casos se llega a un acuerdo, pues en lo que va de la administración únicamente se han interpuesto ante el Ministerio Público 2 denuncias.
Por otro lado cuando las personas adultas mayores no pueden ser atendidas porque realmente sus familiares no tienen recursos, o porque están solos y no hay quién los cuide, el DIF estatal les gestiona un lugar en un asilo a través del Fideicomiso Ayuda a un Senecto, y este año se han apoyado a 8 abuelos.