Entonces, reformuló mi hijo, cuando invente la máquina te voy a visitar cuando eras niño, sin decirte quién soy, te voy a tomar la cara entre mis manos y, sin decirte quién soy, te voy a decir: Todo va a salir bien. Tú me vas a preguntar, ¿quién eres?, ¿me pareces conocido?, pero yo no te voy a decir nada, no te voy a decir que soy tu hijo, nada más voy a repetir: todo va a salir bien. Ulises tenía mi rostro entre sus manos, lo abracé para contestarle que sí, que eso es lo que podemos hacer.
Minutos antes me contaba que quería ser científico para inventar la máquina del tiempo, yo le confesé que me agradaba mucho su forma de ser, que era un buen tipo y que si no fuera mi hijo, seguramente lo buscaría para ser amigos; ahí mencionó que usaría la máquina del tiempo para conocerme cuando tuve su edad y que me conseguiría amigos, que le hablaría a mis compañeros para que me consideraran y me brindaran su amistad.
Le agradecí que quisiera ir al pasado para que su padre tuviera amigos, pero le expliqué que por la paradoja del viaje en el tiempo no podía hacer eso, nuestro hoy, el estado de las cosas, está determinado por cómo ha ocurrido lo que llamamos pasado, si se modifica el mínimo elemento el efecto se propaga hacia todas partes, cambia ese presente y se disuelve cómo serán las cosas en el futuro. Hay un montón de películas que podemos ver sobre esa paradoja, cuando tengas edad, vemos una de las favoritas de papá, se llama Donnie Darko, en ella, hay un momento en que él, que conoce el futuro, lo más que puede hacer es asegurarla a las personas que “todo va a salir bien”, eso y nada más.
El regreso no es posible, seguí con mi explicación, la única forma de modificar el mañana es actuando hoy, fue entonces cuando me tomó el rostro para decirme inventará la máquina del tiempo para asegurarme que todo va a salir bien.
Eso hacemos, eso hago, desde hace 13 años en LJA.MX, lo entiendo en el segundo aniversario de este medio con ese nombre y más de una década de un equipo que se estableció en Aguascalientes para construir un futuro donde las historias cuentan, la línea editorial que seguimos es la de contar las historias de quienes conforman los movimientos y causas por los que vale la pena luchar, con nuestra política de vender espacio, no criterio, aseguramos la independencia necesaria para contar sin vernos obligados a influir en nuestros lectores porque buscamos que sean ellos quienes hablen, lejos de la intención de intervenir en su toma de decisiones, por el contrario, intentando visibilizar a quienes no tienen los recursos para hacer predominar su discurso.
En el segundo aniversario de LJA.MX, más de una década de un equipo que cuenta historias, las conversaciones que hemos logrado y con quienes las hemos tenido, me confirman cuánto importa nuestra contribución con y desde Aguascalientes, porque lo hacemos con los lectores.
En este momento de celebración, mirando al mañana, le puedo asegurar que todo va a salir bien, que ahí estaremos haciendo lo que es nuestra pasión: contar esa historia.
Coda. En la traducción de José Emilio Pacheco, el inicio de Cuatro Cuartetos de T.S. Eliot:
El tiempo presente y el tiempo pasado
Acaso estén presentes en el tiempo futuro
Y tal vez al futuro lo contenga el pasado.
Si todo tiempo es un presente eterno
Todo tiempo es irredimible.
Lo que pudo haber sido es una abstracción
Que sigue siendo perpetua posibilidad
Sólo en un mundo de especulaciones.
Lo que pudo haber sido y lo que ha sido
Tienden a un solo fin, presente siempre.
@aldan