Probó joven estudiante que ceguera no es limitante; recibió premio de ensayo - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Jesús Iván Villaseñor Alvarado tiene 26 años. Es estudiante de leyes en una universidad privada de Aguascalientes y no hace mucho recibió un premio por el ensayo que realizó sobre legislación relacionada con la discapacidad. Todo lo anterior lo hace con el 10 por ciento de vista que tiene en el ojo derecho, nada más.

Cuando nació, Iván no veía. Después de varias cirugías, solamente recuperó ese porcentaje de visión, en el ojo derecho, mientras en el izquierdo padece catarata congénita y otros males que le han impedido recuperarla y, aunque su madre lo llevó con médicos en éste y otros estados de la república, a sus tres años de edad se decidió que no se podía hacer más por él.

Miembro de una familia de clase media, el ser el último de siete hermanos y haber nacido con esa discapacidad, reconoce que “yo fui un hijo muy consentido, desgraciadamente”, y eso le dificultó el aprendizaje y su integración a la sociedad como un ciudadano normal.

A los 6 años ingresó a primaria en la escuela especial Guadalupe Borja, donde aprendió a leer en braille gracias a la maestra Blanca González Dávila. Por el trato distintivo que recibía en el seno familiar, le costó trabajo adquirir madurez intelectual, condición que retrasó su proceso de aprendizaje del lenguaje para ciegos de la duración normal de un año, a tres.

Iván afirma que comenzó avanzar de verdad cuando se liberó de los miedos propios y de su familia y comprendió que si realmente quería integrarse, no debía esperar a que los demás lo hicieran parte de la sociedad, sino interactuar por iniciativa propia.

Después de la primaria continuó estudiando; hizo la secundaria y parte del bachillerato en las escuelas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, pero terminó en la preparatoria Morelos. Apasionado de las ciencias políticas, hizo un análisis y decidió que la licenciatura en derecho se conjugaba de manera perfecta con la materia, así es que consiguió una beca en la Universidad del Valle de México (UVM).

No niega que las cosas han sido difíciles: por su debilidad visual, las matemáticas le costaron mucho trabajo, lo mismo que ser aceptado por algunas personas. Dice que para sus compañeros de clase y para la gente en general, es complicado acostumbrarse a que un ciego no se comporte como tal.

Relata que, al principio, los ofrecimientos de ayuda para casi cada movimiento eran permanentes pero ahora incluso bromea con los profesores acerca de su condición, que además le genera gastos que no tienen las demás personas, pues debe gastar en medicamentos que controlen su presión ocular, a fin de evitar que lo ataque el glaucoma.

El saber braille le ha servido mucho para no tener que utilizar letra grande y así utilizar la poca visión que tiene para transitar a pie o en camiones. Sin embargo, dice que ha mandado hacer algunos ejemplares de forma especial en la ciudad de México, pagando por cinco unidades en lenguaje braille alrededor de 3 mil pesos, hace algunos años.


Pero los avances tecnológicos, como las lap tops e Internet han permitido ayudarse a la hora de estudiar, ya que además de los textos en código para ciegos, cuenta con un programa de voz que “lee” los archivos que tiene en su computadora, o las ventanas que visita al navegar por la red.

Además, ya no dependen tanto de textos impresos, pues actualmente es más sencillo bajar las obras de la web y que su computadora se los lea.

Pese a que Iván lleva a cabo cualquier actividad de manera ordinaria, sí observa ciertas desigualdades y trabas para personas con ceguera o cualquier otra discapacidad: el transporte público, sugiere, podría contar con algún programa de voz que dijera el número de ruta y las paradas que hace, lo mismo que con espacios y adecuaciones que facilitaran el acceso a discapacitados.

Por otro lado, y entrando en el tema que tanto le fascina, celebra que en las próximas elecciones, las casillas de Aguascalientes vayan a tener boletas en braille y, al cuestionarle si cree que los partidos políticos utilizan a los discapacitados como bandera para traer simpatizantes, afirma que eso sucede cuando ellos lo permiten.

En ese sentido, cree que a muchas personas que tiene discapacidad, les falta interés o esfuerzo por conocer las leyes que los protegen y los derechos que tienen, lo mismo que dejar de auto exiliarse de la sociedad y esperar que sea ésta la que busque integrarse a ellos y no  al revés.

Este tema fue el que abordó en un trabajo que le valió el primer lugar en el concurso de ensayo juvenil “México: Gobierno y Socialdemocracia”, el año pasado.

En “Los Discapacitados en el Mundo Real”, Jesús Iván propone algunas modificaciones a varios artículos de la ley de integración para personas con discapacidad en el estado de Aguascalientes, con las que, piensa, sería más efectiva.

Con un buen tramo de camino ya recorrido y pese a su ceguera, Iván tiene una amplia visión del mundo. Sin embargo a futuro, todavía no tiene muy claro lo que quiere hacer. Por lo pronto, desea titularse como abogado y usar sus conocimientos para procurar un mejor país, tanto para los discapacitados, como para quienes no lo están.


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