La semana pasada fuimos testigos de un ejercicio democrático en la Cámara de diputados que llamó la atención por múltiples factores, la comparecencia del Presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, captó la atención de propios y extraños, y es que no era una comparecencia cualquiera, sino del titular de una de las autoridades que últimamente se han visto envueltas en la polémica, que no en pocas ocasiones fue mencionada por el Presidente de la República y diversos actores políticos, por lo que a muchos cautivó desde la curiosidad de conocer la manera en que iba a ser recibido ante el Pleno de la Cámara, las preguntas que se le formularían, el tipo de respuestas que el Presidente les proporcionaría, y por supuesto la reacciones que generaría en el ambiente político en el país.
En estricto sentido, dicho ejercicio o comparecencia no debería de llamar la atención de manera especial, pero viniendo de un organismo autónomo y sobre todo tratándose del Instituto Nacional Electoral, en el contexto en el que nos encontramos, con una profunda polarización por el actuar de las autoridades electorales, en medio del desarrollo de un proceso de revocación de mandato, y una larga lista de señalamientos y especulaciones respecto al contenido y dirección que debe darse a la ya anunciada reforma electoral, en la que mientras unos hablan de fortalecer las autoridades existentes, pasando por una medida que habla de adelgazar las atribuciones que actualmente ostenta el INE y terminando por los más radicales que hablan de la desaparición del propio INE y fundando una nueva autoridad que se encargue de las elecciones a lo largo y ancho del territorio nacional, hizo del ejercicio un evento seguido y esperado por muchos.
Así, Lorenzo Córdova Vianello, acudió a la cita el pasado viernes, donde lejos de hablar del proyecto de presupuesto de egresos, tema que originalmente era el que obedecía su comparecencia, fue objeto de múltiples señalamientos por parte de diversos integrantes de bancadas de partidos políticos, centrados a cuestionarle ciertas decisiones durante el desarrollo del pasado proceso electoral. A lo largo de casi 6 horas, el presidente del INE, dio cátedra de buenas formas, educación y tacto político: en ninguna de sus intervenciones perdió los estribos ni la compostura, uno a uno fue respondiendo y explicando las razones y los porqués de cada decisión que el Consejo General había tomado y que había sido objeto de reclamo por algunos diputados, e incluso se dio el lujo de cuestionar ciertas dilaciones legislativas que, durante el desarrollo de un proceso electoral, obligan a la autoridad administrativa a ejercer su facultad reglamentaria y fijar ciertas reglas que hagan transitable el proceso electoral sin menoscabar el respeto irrestricto a los principios rectores de la materia, actividad que, si bien es cierto, se encuentra dentro de su marco competencial, debe ser limitada únicamente a aquellos casos en que el contenido de la legislación no contemple la totalidad de supuestos o existan claroscuros en cuanto a ciertos tramos de su aplicación, pero nunca como una manera de suplir la actividad legislativa.
Al final del día, considero que el ejercicio fue sumamente enriquecedor, deja por sentado un ejercicio a todas luces democrático, en el que el titular de un organismo constitucional autónomo, acude a dialogar frente a la representación popular, porque el legislativo está llamado a ser, por excelencia, el lugar donde se debatan ideas y propuestas, y que los diputados y las diputadas, como representantes de la soberanía, recojan los temas ahí debatidos y se procesen con absoluto profesionalismo para convertirlas en legislación que se apegue cada vez más al terreno fáctico en el que vivimos.
La citación al Consejero Presidente del INE fue por unanimidad de las fuerzas políticas representadas, lo que le da legitimidad a la comparecencia y sienta un precedente bajo el cual, la representación de la autoridad administrativa electoral puede comparecer en la más alta tribuna del país y dialogar, en los mejores términos, con legisladoras y legisladores. En el análisis político, Lorenzo Córdova mostró la percepción de estar cómodo, en su ambiente. No por nada, en la mesa del Consejo, en donde están representados todos los partidos políticos, todos los días, dentro y fuera de los procesos electorales, se da un permanente diálogo democrático.
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