Las mujeres tienen ya un papel sobresaliente en la microempresa mexicana, que juega un papel fundamental en la economía del país: ellas le imprimen su sello, sensibilidad, generosidad, afán de justicia y servicio; esta es la visión que tiene Laura Elena Yerena Fonseca, presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias Mexicanas AC. (MEMAC), luego de su experiencia al frente de esta agrupación que tiene a 70 afiliadas.
De las mujeres asociadas a MEMAC; la mayor parte pertenece al sector comercio, le sigue el rubro de servicios y finalmente hay una o dos del sector industrial.
“A través de las microempresas se puede buscar riqueza para todos, no importa que no sean empresas grandes, pero con los empleos que se crean a través de ellas son una parte importante del fortalecimiento de la economía. Lo que sí es un hecho es que con muchas haciendo las cosas podemos lograr grandes resultados”.
El ámbito empresarial ha implicado nuevos retos, para Laura Elena el primero es luchar contra sí mismas y su propia mentalidad, en el ambiente en el que crecieron y se desarrollaron. “Al menos las mujeres que estamos en este ámbito y tenemos más de 40 años de edad vivimos una realidad muy diferente y tenemos que prepararnos para los retos que nos presenta la realidad actual”.
Además de luchar contra sí mismas, deben asistir a cursos y talleres de capacitación, lograr la aceptación del género masculino; es necesario que ellos acepten que hombres y mujeres son complementarios, pueden trabajar en conjunto para encontrar mejores soluciones y encontrar mejores formas de hacer las cosas.
“Nosotras mismas somos el primer obstáculo, hay que luchar con la autoestima, prepararnos, ser disciplinadas, inteligentes, establecer prioridades y ser responsables en todo lo que hacemos”.
Las mujeres no pueden deslindarse del todo de la célula familiar; por el papel cultural que se le ha otorgado a la mujer, ella tiene una carga fuerte de trabajo, que aunque ya ha empezado a compartirse con los demás miembros de la familia, la figura de la madre está siempre presente.
Ellas también resintieron la crisis igual que los demás rubros, en los resultados de las empresas, han bajado las ventas y las madres al interior del hogar buscaron la forma de “apretarse el cinturón”, evitar todos los gastos superfluos y dejar solamente los más indispensables. Sin embargo, una de las ventajas de estar en asociación es que entre todas son solidarias, se contagian la buena actitud y buscan sobrevivir a las malas temporadas.
Laura Elena Fonseca participó en el segundo Parlamento de Mujeres y aseguró que este tipo de foros sirven para que quienes están ajenas a las actividades que realizan asociaciones que están enfocadas a otros temas compartan sus experiencias. “Te amplía la visión por el intercambio que hay entre otras asociaciones, de situaciones que percibes, pero realmente no sabes cuál es la verdadera realidad de las mujeres que sufren violencia, que son jefas de familia o que incluso han sido asesinadas”.
Quizás el asistir a una reunión de este tipo no soluciona los problemas de las mujeres, pero sí pueden aportarse ideas y conocer la realidad para llevar lo aprendido a sus propios ámbitos de desarrollo, para influir en los demás sobre la importancia de la dignidad humana y la de las mujeres.
Este tipo de reuniones debieran darse con mayor frecuencia, aunque las mujeres tuvieran disposición, falta organización para buscar actividades que las mantengan unidas, aportando ideas.