- Las iniciativas presentadas por el ejecutivo federal no son tan urgentes
- Hay temas de más prioridad, como es el social, señala experto en políticas públicas
Las reformas del Estado y financiera, aunque están actualmente en la agenda, no contiene el tema de fondo que necesita el país, específicamente en lo relativo a la cohesión social y la desigualdad en el mismo sentido, comentó en su visita a la ciudad, el filósofo político, Pedro Salazar Ugarte.
“El tema social se ha descuidado y se ha venido relegando en la agenda política. Piensen en un dato, vean todas las iniciativas de reforma política y de reforma del Estado presentadas en los últimos meses. Ninguna, ninguna, coloca el tema de la cohesión y de la inclusión social dentro de la agenda prioritaria y me parece que ese es el gran tema. México tiene que emprender una segunda transición, ahora desde la democracia hacia una sociedad de derechos y sobre todo hacia una sociedad de inclusión y de cohesión social”.
Salazar Ugarte, invitado mensual de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), sostuvo que el país está involucrado en dos situaciones principales, una es la pobreza y otra en la desigualdad social, “en México convive el hombre más rico del mundo y 54 millones de pobres, ese es un problema estructural de nuestro tejido social al que tenemos que darle una respuesta”, con ello, ratificó que la reforma política presentada por el mandatario federal, Felipe Calderón, no resulta ser una propuesta que debe de resolverse de forma urgente, como sí sucede con otros planteamientos como es el social.
Así mismo, criticó que las políticas sociales no han sido lo suficientemente estructurales para poder existir después de cada sexenio, por lo que recomendó que más allá de estos programas de gobierno, comiencen a realizarse pactos fuertes y consolidados que den como resultado la formación de políticas de Estado. Hasta ahora, los programas sociales asistenciales solamente han dado respuesta a los contextos o las coyunturas, pero no a las condiciones de pobreza que existen de fondo, esto, reiteró, por su falta de estructura.
Para el investigador en el rubro jurídico, México no es un Estado fallido, pero sí un Estado que tiene fallas; señalando que como parte de las consecuencias por no atender la problemática social está creciendo el nivel de inseguridad en la paz, situación que finalmente no es un derecho de los mexicanos, sino una condición primordial del Estado para garantizar la convivencia de los ciudadanos; “la seguridad es la condición de todos los derechos”.
En este contexto, expuso que hay una sensibilidad muy fuerte en la sociedad civil, porque se sabe que la garantía de sus derechos depende en gran parte del clima de seguridad predominante, “creo que hay una relación entre esta crisis de seguridad y la histórica desigualdad social de nuestro país y la exclusión social de millones de jóvenes de la vida productiva, constructiva, de la vida dentro de la sociedad”.
Dijo que debe también tomarse en cuenta que a nivel nacional hay avances importantes, pero que definitivamente las transformaciones de la agenda deben de contar con dos puntos imprescindibles; el primero de ellos referente al fortalecimiento del federalismo, convirtiendo en un instrumento de poder que dé resultado en materia de productividad y no que caiga en vicios de feudalismo o en debilidades, mientras que el segundo, está relacionado con la inclusión social, informando que actualmente, tres de cada cuatro jóvenes en edad de estudiar el nivel superior, no tienen acceso a las universidades.
De esta forma, consideró que es necesario el hecho de que la ciudadanía “constituya un círculo de exigencia la clase política y que los políticos se hagan cargo de las demandas legítimas”, ejemplificando en lo social y la seguridad pública, de lo contrario, se abre una posibilidad de retroceso real.
