Lejos del paraíso/ Bajo presión - LJA Aguascalientes
22/11/2024

No es poca cosa la información revelada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) resultado de la filtración de casi 12 millones de documentos que denominaron los “Papeles de Pandora”, la investigación periodística centra su atención en revelar a quienes, en todo el mundo, forman parte y fomentan una industria internacional obsesionada en generar dinero, mediante el uso de paraísos fiscales.

Los “Papeles de Pandora” exhibe las argucias legales mediante las que un numeroso grupo de millonarios intenta ocultar su dinero y, en muchos casos, evitar el pago de impuestos en sus países de origen, esta investigación del ICIJ incluye a más de 330 políticos, jefes de Estado de América Latina y más de una centena de quienes están en la lista Forbes de las personas más ricas; en México, periodistas de Quinto Elemento Lab, Proceso y Univision han elaborado un interactivo (https://bit.ly/3BbtpOb) con los protagonistas mexicanos de este escándalo, más de 3 mil clientes que en México usaron sociedades secretas en paraísos fiscales, y destacan a algunos políticos, empresarios y celebridades.

En México cerca de 120 mil personas (1% de la población) concentra el 43% de la riqueza nacional, a ese grupo pertenecen los 3 mil nombres que aparecen en los “Papeles de Pandora”, nosotros, la inmensa mayoría, difícilmente nos podremos hacer una idea de las cantidades millonarias que esos pocos mueven, nos resulta difícil entender el funcionamiento de las sociedades off shore y el atractivo de los refugios fiscales, por eso es simple demonizar el usos de estos instrumentos financieros, considerar un delito la formación legal de una sociedad.

¿Qué va a pasar con los “Papeles de Pandora” en México? Me atrevo a decir que muy poco, resultado de una investigación similar, los Panama Papers, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) logró recuperar 21 millones, 568 mil 200 pesos, y los nombres de quienes crearon empresas fantasmas para evadir impuestos ya se han olvidado. Por eso me atrevo a decir que ocurrirá lo mismo con la investigación reciente del ICIJ, en este país la mayoría estamos lejos del paraíso y confundimos la riqueza con el delito, nos encanta saber que los ricos también pueden llorar, la idea de castigo a un delito de evasión fiscal se queda en la exhibición de los nombres, como ha estado ocurriendo, con apuntar con dedo flamígero a quienes forman parte del gobierno, sin importar si es el actual o los anteriores, a convertir políticos, deportistas, empresarios y artistas en un grupo de millonarios malévolos.

No importa si tener una sociedad en un paraíso fiscal es legal, es más simple considerarlo una acción malévola, incluso antes que un delito, porque permite simplificar y polarizar, los que tienen en abundancia no se tienen que romper el lomo como todos nosotros, los malos no se ganan nada con el sudor de su frente y por eso deben ser castigados, por el simple hecho de tener más que algunos.

A la horrible desigualdad que se vive en el país poco le ayuda esta simplificación, antes que la exhibición de los nombres, valdría la pena comprender cómo una acción legal termina perjudicando al país no por el hecho de generar riqueza, sino porque evade impuestos, ya que la creación de estas sociedades y los paraísos fiscales es legal mientras se declaren a las autoridades del país de origen; en un país acostumbrado a la existencia de un Estado asistencialista es casi imposible de establecer la idea del pago de impuestos como un beneficio para todos, mejor demonizar a quienes tienen, y con ello, hacer a un lado, otra vez, de los mecanismos que se pueden mejorar para una mejor rendición de cuentas.

Nos sentimos cómodos en la ignorancia que nos permite juzgar al otro por el simple hecho de tener más que unos, desde ahí difícilmente se podrá combatir la desigualdad.

Coda. Confundidos, creemos que la derrota del mal es el castigo de la diferencia, consideramos haber sido castigados por la obtención del conocimiento antes que por la desobediencia, porque nos atrevimos a comer del árbol que estaba en el centro del huerto, y vimos que esa fruta era “deseable para la sabiduría”, y después fuimos condenados a comer el pan con el sudor del rostro, hasta volver a la tierra, “porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”.

 


@aldan

 


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Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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