De nuevo a la rutina escolar/ Alegorías Cotidianas  - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Finalmente se hizo efectivo el regreso a clase y con ello la rutina escolar volvió a reinar en casa, pero ¿en una nueva normalidad?

Aunque muchas familias clamaban al todo poderoso para que las escuelas fueran reabiertas oficialmente, otras no, así que la modalidad híbrida es la gran oportunidad para cuidarse en lo que se encuentra una verdadera solución a esta pandemia.

Sin embargo, la cosa no ha sido tan fácil, no es lo mismo querer que los chamacos vuelvan a la escuela que meterlos en la rutina otra vez. Entre el primer confinamiento y el primer día de clases presencial paso mucho, mucho tiempo por lo que volver a la rutina es regresar a ese año donde los pequeñitos por primera vez asistieron a la escuela, es decir, volver a crear hábitos para levantarse temprano, preparar las cosas para salir al día siguiente y preparan con anticipación los almuerzos.

Mientras permanecían en casa no usaban uniforme, no se levantaban una o dos horas antes para alistarse y trasladarse a la escuela y en ocasiones ni siquiera se quitaban la pijama por lo que, dormir temprano y restablecer el orden después de tanto tiempo de estudiar en casa es algo que se ajustará con las semanas.

Los hábitos de estudio también cambiaron, algunos se hicieron más autodidactas mientras que otros estudiaron y se esforzaron mucho menos gracias a las distracciones que ofrece la comodidad de estar en casa por lo que para ellos no será lo mismo fingir que estudian a tener que ponerse a tomar apuntes y trabajar en clase presencial.

En algunas familias se sumaron fuerzas y estudiar en casa tuvo efectos muy positivos para los pequeños quienes adquirieron aún mejores resultados que los años anteriores, gracias a un simple sistema de organización. Pero no siempre es así, también pudimos observar más niños pidiendo dinero en las calles y otros tantos siempre fuera de casa.

En una ocasión me encontraba de visita y observé con asombro a un par de estudiantes de primaria. Cada uno de ellos estaba conectado a clase vía un teléfono celular, pero ninguno de ellos ponía atención al tiempo que su madre les distraía aún más y, en lugar de dejarlos en casa para estudiar les preguntaba si quería ir al mercado a comprar algo para la comida por lo que dejaron los teléfonos en la mesa simulando, a los ojos del profesor, que seguían en la clase mientras iban tranquilamente al mandado.

Gracias al confinamiento algunos padres de familia decidieron parar los estudios de secundaria, bachillerato o universidad de sus hijos argumentando que se dieron cuenta que no son tan necesarios, aunque esa perspectiva depende de los planes de vida de los chicos. Si no están interesados en insertarse en la fuerza laboral formal para ser algo más que obreros quizá se encuentren en lo correcto, sin embargo, las oportunidades de puestos atractivos en el mercado con un salario decente requieren más estudios que sólo la primaria.

Para muchos, los estudios universitarios quizá sean la única herencia que recibirán y aunque no lo es todo, pues para obtener un buen puesto también hay que moverse y seguir capacitándose, lo cierto es que es importante para tener un punto de partida.


Antes de la pandemia se estimaba que México tenía un rezago educativo de poco más de cinco años con respecto a los países desarrollados, lo importante a corto plazo es medir cual es el impacto de haber cerrado las escuelas durante tanto tiempo. Lo sabemos, las escuelas no pararon, sin embargo, muchos en casa dejaron de estudiar por una y mil situaciones por lo que, esos vacíos educativos son casi irreparables.

Ya puestos en marcha solo nos queda volver habituarnos a levantarnos temprano, y ajustar las horas de sueño y la alimentación para no descompensarnos ante la nueva rutina que conlleva mucha más actividad.

Aunque siendo sinceros, tenemos que confiar en nuestro sistema inmunológico pues con el regreso a clase es más latente el peligro para todos debido al gran movimiento de personas y a la necedad de llevar a la práctica las medidas sanitarias primordiales.

No negaremos que disfrutamos mucho el no tener todos los días la alarma a las cinco de la mañana y la comodidad de no estresarnos por la rutina de mañana, pero todo lo bueno llega a su fin y nos toca regresar a las aulas para como docentes acostumbrarnos ahora a estar de pie y escribir en nuestros tan añorados pizarrones blancos sin dejar a un lado la tecnología que tan fabulosamente nos ha hecho transformar nuestra práctica docente.

Todo toma su buen cauce, la educación podrá reestructurarse para evitar el rezago mientras que la automatización del aprendizaje de ahora en adelante será más necesaria que nunca.

Así que, a recordar cuales eran los almuerzos que nos gustaba más llevarnos, establezcamos orden y agenda y regresemos a las aulas sin miedo y con la mejor actitud.

Muchos de nuestros estudiantes podrán tener finalmente un lugar dónde estudiar y los espacios de las casas vuelven poco a poco a ser los de antes, espacios familiares y no aulas personales de clase.

Cada regreso a clases es especial, pero sin duda alguna el más significativo por mucho será este debido a que todos lo anhelamos desde que nos enviaron a casa el año pasado.

Aunque la virtualidad ya no se irá, el contacto y la calidez que da la energía de un grupo presencial siempre será lo más gratificante mientras se aprenda en un espacio seguro y de confianza.

 

Laus Deo

@paulanajber


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