Oiga, si me desmayo, ahí le encargo la moto, ¿no?, le dijo un treintañero que acudió al centro de vacunación a recibir su primera dosis, montaba un vehículo de cilindrada pequeña, apenas suficiente para su peso. Llegó sin papeles, sin conocer los requisitos para que le aplicaran la vacunación, quien lo atendió fue amable y no lo rechazó, en cambio, le dio toda la orientación posible y escuchó la historia del motociclista que nomás traía su credencial de elector y se había escapado del trabajo para poder ponerse la vacuna.
Era el penúltimo día de vacunación para aplicar la primera dosis contra covid–19 al grupo de 30 a 39 años, en los medios de comunicación se indicaba de manera irresponsable que los treintañeros, por miedo a los efectos de la vacuna se resistían a asistir, al grado que diferentes autoridades hicieron un llamado urgente a que se vacunaran, que aprovecharan que al día siguiente se aplicaría el biológico a quien quisiera; el gobernador indicó que de seguir la renuencia a la inoculación se propondría un convenio con todos los municipios para limitar la entrada a los antros a todos aquellos que no demostraran que ya fueron vacunados.
Ese día no sólo vi a un motociclista, eran muchos más, personas que acudieron en ese tipo de vehículos, solos, sin acompañantes, confiados en que la media hora de observación bastaría para después manejar fuera del centro de vacunación; también había muchos autos en los que sólo iba una persona, corriendo el mismo riesgo. El último día de vacunación para este grupo, se reportaron filas kilométricas y ahora se anuncia que en la entidad casi el 60% de la población ha sido vacunada y que Aguascalientes será el primer estado no fronterizo donde se vacunará a jóvenes de 18 a 29 años, pero no será lo que se resalte en los medios de comunicación, así como se estigmatizó a los treintañeros, calificándolos de miedosos, ahora las observaciones van en contra de los gobiernos que están intentando reactivar la economía a través de la organización de diversas actividades y sin restricciones a los comercios, se descalifica a los gobernantes por irresponsables por no observar que en México ya se está viviendo una tercera ola de contagios y se incrementa el número de hospitalizaciones, sobre todo entre los más jóvenes. Lo que hemos aprendido de la pandemia es a echarle la culpa al gobierno.
Si como en Francia, el gobierno de Emmanuel Macron presenta un plan para realizar una apertura social y económica exclusiva para los vacunados, entre otros ejes, no ha faltado quien lo califique de violar los derechos de los ciudadanos, si el mandatario francés propone que la vacunación será obligatoria para algunos sectores, de inmediato se alega que se están vulnerando las libertades; si como en Aguascalientes se proponen medida restrictivas, que no punitivas, para evitar más contagios, tampoco falta el “periodista” iracundo o el político furibundamente opositor que reclame a las autoridades su irresponsabilidad, con la misma facilidad con que se acusó a los treintañeros de no acudir a vacunarse, es decir, sin pruebas, con observaciones superficiales y sin basarse en prueba alguna, porque alguien tiene que ser culpable de la irresponsabilidad de otros. Un discurso del que se sirven quienes emplean cualquier pretexto para posicionarse ante la opinión pública como defensores de las libertades y opositores a los gobiernos, sin importar las consecuencias, sin asumir la responsabilidad.
El síndrome de Papá Gobierno, al que no queremos que nos cuide, pero le demandamos que todo haga por nosotros, desde lavarnos las manos hasta colocarnos la mascarilla de manera adecuada.
Coda. Veracruz se convirtió en el cuarto estado en México que ha despenalizado el aborto, por supuesto que es un logro, todavía falta mucho para que el aborto sea legal en todo el país, en especial por aquellos grupos que desde una supuesta defensa de la vida se dedican a imponer su visión cerrada, quienes con sus preceptos intentan convertir un problema de salud en una discusión moral, sin importarles las muertes por abortos clandestinos. Ojalá pronto eso acabe.
@aldan