- Este organismo independiente no debe de ideologizarse, sería grave no conocer el estado del país
- A nadie le conviene un Inegi debilitado
El ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), José Ramón Cossío Díaz, también participó en la presentación del libro Contar Verdades: La Saga del INEGI, señaló que este libro permite ver la vida interna del instituto, los retos que se presentan para obtener datos estadísticos y otros aspectos de la vida institucional.
Durante su intervención reconoció que el Inegi no es un órgano del gobierno, ni del pasado ni del presente, ni del que vendrá, si no que su función es informar el estado en el que se encuentra el país, para construir un mundo desde la racionalidad, con base en datos muy puntuales.
“Si un estado no tiene ciertos parámetros acerca de dónde está, es un país que no tiene la capacidad de una autoreflexión y evidentemente irá al garete en la toma de decisiones, que iría decidiendo por intuiciones, por otro tipo encuestas o por estado de ánimo”, comentó.
Por esta razón, resaltó que se debe seguir protegiendo al Inegi, no cuestionar los resultados que arrojan los ejercicios estadísticos, sino buscar las formas de fortalecer el organismo. Señaló que a nadie le conviene que este instituto sea un órgano débil, puede convenirle a los titulares del poder público, pero a mediano plazo puede producirles daño a todos, pues no se sabría el estado del país.
“Como población podría ser gravísimo que el Inegi trate de ser controlado o simplemente inducido para que se tengan cierto tipo de resultados positivos del gobierno en turno. Lo menos aceptable en un órgano constitucional autónomo es que se trate de ideologizarse, hacerse parte de un proceso político o que se piense que es una extensión más de la 4T, sería gravísimo para ellos y para todos”, declaró.