Desde el año de 1985 se celebra cada 13 de julio el día internacional del rock, y esto es por la celebración del Festival Live Aid for Africa que bajo la iniciativa de Bob Geldog, vocalista de Boomtown Rats, se organizó justamente el 13 de julio de aquel 1985, el evento consistió en un par de conciertos masivos en las ciudades de Filadelfia y Londres simultáneamente, incluso considerando los usos horarios diferentes que hay de un continente a otro.
El evento fue un éxito, sin duda, aunque por supuesto no ha sido definitivamente el festival de rock más importante en la historia, para eso habría que voltear a ver Woodstock, Monterey Pop Festival o la edición de 1970 del Festival de la Isla de White en Inglaterra. Tampoco fue el primer festival altruista que se organiza al amparo del rock, recordemos que hace 50 años, el 1 de agosto de 1971, George Harrison, exintegrante de The Beatles, organizó el Festival para Bangladesh y este es el que se considera el primero organizado con fines de ayuda, después vendría Kampuchea y probablemente otro que por ahí se me escape de la mente.
No obstante no haber sido el primer festival masivo, ni el primero con fines de altruistas, Live Aid for Africa marcó un precedente en la historia del rock, fue el primero que simultáneamente se realizó en dos sedes muy distantes una de otra, y en donde todos los involucrados estaban en la misma sintonía.
Ahora con motivo de este 36 aniversario de los conciertos simultáneos y que dieron origen al Día Internacional del Rock me entretuve viendo algunas publicaciones en redes sociales y muchos coinciden en que ha sido el único festival que pudo reunir a todas las grandes luminarias vigentes en la época de su realización considerando el hecho de que ninguno de los grandes festivales realizados anteriormente lograron reunir a todos, lo que por supuesto resulta imposible, pero digamos que en el entendido de que es imposible que estén todos, al menos pretender que estén los más importantes, por ejemplo, ni en el Festival Pop de Monterey California, ni en el Woodstock estuvieron The Beatles o The Rolling Stones, considerando que hablamos de dos de los más importantes protagonistas del rock durante los años 60, tampoco estuvieron The Doors ni Bob Dylan, por ejemplo, es por eso que se dice que en el Live Aid for Africa si fueron todos los grandes vigentes en este momento, pero no, definitivamente no estoy de acuerdo con esto, es verdad que se reunieron en Wembley en la ciudad de Londres y en el estadio John F. Kennedy de Filadelfia, Pennsylvania, aunque no debemos pasar por alto que en Tokio, Sídney y Moscú también organizaron conciertos, ahí se reunieron algunas de las más grandes luminarias del momento y otras que ya eran verdaderas leyendas, pero definitivamente sí faltaron algunos de los más grandes, por ejemplo, no estuvo presente King Crimson y esta agrupación cuyo líder es Robert Fripp ha estado vigente y en primera línea desde 1969, año de la publicación de su primer disco: In the court of the Crimson King, y justamente, durante los años 80 el grupo se reinventó y propuso un discurso musical que si bien buscaba adaptarse a las condiciones comerciales a la que muchas agrupaciones de rock se sumaron con el objetivo de vender más discos, nunca renunciaron a su natural vocación de hacer música de calidad sobre cualquier otro interés.
Así como King Crimson, otras grandes agrupaciones vigentes en ese momento tampoco fueron convocados, o no aceptaron, no sé, participar en este festival, como por ejemplo, Marillion entre otros más. Estuvieron, no obstante, verdaderas leyendas como The Who, Queen, que fue el gran atractivo al regresar a la escena internacional del rock después de una prolongada ausencia, Elton John, Billy Joel, Mick Jagger, Bob Dylan, Neil Young, Dire Straits, David Bowie, Brian Ferry, Eric Clapton, Paul McCartney, Santana, Phil Collins que se presentó en Londres y voló a Filadelfia para tocar la batería con Led Zeppelin y ser parte de una presentación legendaria, que si bien musicalmente no ofreció mucho, fue de gran significado e impacto emocional para quienes amamos el rock y sabemos lo que representa que Led Zeppelin se reúna en un escenario después de la muerte de su baterista John Bonham.
El escritor mexicano Juan Villoro escribió un libro de relatos cortos llamado Tiempo Transcurrido, por cierto, uno de los libros que marcaron mi juventud en lo que a literatura mexicana contemporánea se refiere, este conjunto de relatos, fiel a la vocación del maestro Villoro, tiene como ingrediente principal el rock, aunque en algunas otras publicaciones suele ser el fútbol. Este libro inicia y termina con dos momentos determinantes en el devenir del México contemporáneo, el movimiento estudiantil de 1968 que culminó con la masacre en la Plaza de las Tres Culturas en la unidad habitacional de Tlatelolco y termina con el terremoto del 19 de septiembre de 1985, en donde por cierto, uno de los sitios más afectados fue otra vez Tlatelolco. Justamente fue en ese año, en el mes de julio que se celebró el festival de rock que en esta ocasión nos ocupa y que dio lugar a nombrar oficialmente el 13 de julio como Día Internacional del Rock. De este concierto Juan Villoro se ocupa en el último de sus relatos, cada uno de ellos marcados por el año, este es 1985 y nos habla del interés de la juventud de la época por ver a través de la televisión este festival, es el tiempo de las antenas parabólicas, ¿las recuerdas?, aquellas que todos queríamos tener para ver los videos por MTV, cuando Music Television tenía vocación por el rock y ver MTV Classic o Headbangers, ¡ah qué tiempos aquellos!