De un par de semanas a la fecha, hemos visto con mayor frecuencia una serie de análisis sobre los posibles perfiles que según diversos sondeos, arrojan prospectos que pudieran abanderar a los partidos políticos en el próximo proceso electoral para renovar al Poder Ejecutivo de nuestro estado, lo anterior alimentado de igual manera por la difusión de diversas encuestas lo que ha generado una mayor especulación entre la comentocracia local, de quienes deberían ser los y las candidatas para el proceso electoral que deberá dar inicio con la declaratoria que en sesión de Consejo General del Instituto Estatal Electoral se realice.
Y bueno, cabe mencionar que el considerar los posibles perfiles para la contienda próxima, amén de resultar inoportuno ya que ni siquiera ha concluido el actual proceso electoral en el que se renovó la totalidad de las alcaldías y así como los 27 curules del Congreso del Estado, resulta también ocioso, ya que a ningún fin práctico ni productivo nos llevará el analizar con tanta anticipación el mapa político en Aguascalientes; al final del día las condiciones serán distintas a las actuales, además de que la selección de candidatas y candidatos dependerá de múltiples factores que en su momento habrán de definirse.
Aunado a ello, además de verificar la seriedad y solidez del método científico seguido para llevar a cabo la o las encuestas en mención, no hay que perder de vista que dichos ejercicios, no son otra cosa que pequeñas y efímeras fotografías de un momento en particular, por lo que sus resultados deben tomarse con la mayor prudencia posible.
Lo que sí es un hecho, es que en Aguascalientes vamos a vivir un proceso electoral más, con una intensidad política interesante, y es que el factor de que únicamente la gubernatura del estado esté en juego, aumenta de manera natural la tensión entre los partidos políticos pero sobre todo entre la militancia de cada una de dichas opciones políticas ya que, al no existir otro cargo a renovar, el margen de negociación a lo interno de los partidos prácticamente no existirá, será una y solo una candidatura por partido, eso sin tomar en cuenta la posibilidad de generarse coaliciones entre más de dos partidos políticos, lo que implicará por supuesto que la pulcritud en el procesamiento de las decisiones internas cobrará mayor relevancia si lo que buscan es evitar la fragmentación, el divisionismo y las fracturas a lo interno de cada partido político.
Todos estos aspectos, como pueden observarse, caen en la cancha de los partidos políticos, sus dirigencias son las que deben de estar ocupadas diseñando las mejores rutas para procesar el difícil tramo que seguramente implicará la selección de su candidatura a la gubernatura, aunado a que de manera paralela deban estar atendiendo los pormenores de los trámites que implican los medios de impugnación que actualmente se han interpuesto en contra de los resultados de la pasada jornada electoral relacionados con la renovación del congreso y de los ayuntamientos del estado, por lo que dejemos a los partidos y sus dirigentes que se ocupen en su trabajo y, a la vez, dejemos al electorado el concluir de manera natural los trabajos del presente proceso electoral. Ya existirá un momento y un espacio adecuados para que, de frente a la ciudadanía, se muestren los principales perfiles de cada partido político y con base en los resultados que se obtengan, se tomen las decisiones que consideren pertinentes para la definición de sus candidaturas, inmersos, entoces, en el proceso electoral correspondiente: la anticipación innecesaria no resulta provechosa para nadie.
El punto estimado lector, es el relacionado con la pertinencia de poner actualmente en la palestra, los resultados de diversas encuestas y sondeos respecto a cuáles, de los actores políticos, pudieran ser los mejores candidatos y candidatas a la gubernatura. En lo particular considero que lejos de abonar al sano debate y análisis político, por su evidente anticipación pudieran propiciar un hartazgo en el ciudadano y una innecesaria rispidez en la vida interna de los partidos políticos, cuyas facciones y corrientes internas, necesariamente reaccionarán a los resultados que los ejercicios estadísticos difundan, lo cual no nos llevaría a ningún fin virtuoso para el clima político en Aguascalientes. Las encuestas, además de solo representar la imagen fija en un determinado contexto, de no conocerse su adecuada metodología, se encuentran lejos de ser un instrumento que abone a la ciudadanía informada.
Si bien, siempre he sostenido que debemos de buscar contar con una sociedad cada vez más involucrada en los temas públicos de nuestro entorno, la discusión respecto a cuál actor político obtuvo mejores o peores resultados en una encuesta (insisto, cuya metodología se desconoce, además) resulta innecesaria para el momento en que nos encontramos. Reitero: debemos de ser respetuosos del momento en que nos encontramos, en medio de la revisión jurisdiccional de los resultados de ciertas elecciones, generadas con motivo de la pasada jornada electoral: El resultado de dicha actividad traerá consigo la legitimación de la candidatura electa para poder asumir el cargo que el electorado decidió se desempeñara en su representación.
Ya llegará el momento, en el contexto del nuevo proceso electoral local, en el que habremos de considerar a quienes contenderán, y realizar un escrutinio de las características que les distinguen, mismas que habrán de imprimir en sus actos de campaña. Esa será otra historia que habrá de contarse en su momento, y no ahora, con esta anticipación, a todas luces, ociosa.
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@LanderosIEE