Hugo Argüelles y el cine/ En la paz de estos desiertos  - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Hugo Argüelles Cano nació en Veracruz en 1932 y murió en Ciudad de México en 2003. Fue un destacado dramaturgo, director de teatro, escritor y guionista que renovó el Teatro Mexicano a través de un sinnúmero de puestas en escena. Se destacó además como maestro –uno muy singular– y, una faceta poco recordada es, como guionista de cine.

Migró de Veracruz a la Ciudad de México e ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, pero desde entonces ya se involucraba con el teatro y la escritura. Se puede decir que Salvador Novo lo “descubrió”, en él encontró un talento muy especial y le ofreció una beca en la Escuela Teatral del INBA. A partir de entonces su pasión, tiempo y vida fue el teatro.

Como hijo predilecto de Veracruz, hoy en día un Centro Cultural lleva su nombre, así como un teatro en la Ciudad de México. Sin embargo su trabajo como guionista es poco reconocido y celebrado, y peor aún, con el paso del tiempo se ha ido olvidado.

Fue reconocido como guionista en su momento y en 2002, un año antes de su muerte, la Cineteca Nacional le hizo un homenaje por la trascendencia de su trabajo como autor-guionista. Sin embargo desde entonces se le recuerda poco como tal, es por ello que mi intención con este texto es reconocer su labor como guionista y autor de cine.

Su carrera como guionista del cine inició de la mano de Francisco Del Villar, este se acercó a Argüelles en 1961 para pedirle el guion de su obra de teatro Los cuervos están de luto, pero Argüelles le contó lo que estaba empezando a escribir para teatro y le gustó tanto la idea que le pidió ese texto inédito. A partir de ese momento y por veinte años inició su trabajo en el cine, mismo que hizo con diferentes directores.

Antes de escribir el primer guion adaptado para cine, Argüelles ya era reconocido por su obra teatral Los cuervos están de luto (1958), que llevó muchas veces al teatro y una vez al cine.

El primer guion que hizo fue El tejedor de milagros. Argüelles contaba que cuando Del Villar se acercó a él para proponerle escribir para el cine, estaba iniciando a escribir unas ideas pero Del Villar lo apresuró y en quince días ya tenía listo el guion.

Todos los textos que Argüelles llevó al cine fueron primero pensados para teatro, estos los adaptaba para cine y televisión. El trabajo de Argüelles en el cine podemos ubicarlo entre el llamado cine de oro mexicano y un nuevo cine que competía abiertamente con un creciente dominio de la televisión. Baste ver su primera película El tejedor de milagros para percatarse de este tránsito, entre fotografía al estilo Cine de Oro, la ironía de los diálogos y el humor negro que lo caracterizaba. Fue en este momento de la historia del cine que, Argüelles, con su singular humor negro, fue una bocanada de aire fresco.

Se inició, como ya lo mencioné, con El tejedor de milagros. Entre esta y su próxima película, lo buscó Ernesto Alonso y le pidió que hiciera algo para televisión, es entonces que Argüelles se propone hacer una “anti telenovela”, es así que surgió Doña Macabra, llevada a la televisión y al teatro en el mismo año, 1963.


En 1965 vuelve al cine con la adaptación para cine de su famosa obra teatral (1958) Los cuervos están de luto (1965). En 1969 se llevaron al cine siete películas con guiones y argumentos cinematográficos de Argüelles: La amante perfecta (dir. José Díaz Morales, 1969), Las cadenas del mal (dir. José Díaz Morales, 1969), Las figuras de arena (dir. Roberto Gavaldón, 1969), Una mujer honesta (dir. Abel Salazar, 1969), Rosas blancas para mi hermana negra (dir. Abel Salazar, 1969), Almohada para tres (dir. Francisco Del Villar, 1969) y Las Pirañas aman en cuaresma (dir. Francisdo del Villar, 1969) 

Las figuras de arena fue la primera película que hizo con Gavaldón y el mismo Argüelles la recordaba con gusto, pero la que recordaba con especial cariño era Las pirañas aman en cuaresma, uno de los resultados más reconocidos de Hugo Argüelles. Sus películas favoritas eran Las pirañas aman en cuaresma y La primavera de los escorpiones, esta última dirigida por Del Villar en 1970.

Doña Macabra, una de las obras más emblemáticas de Argüelles, fue llevada al cine en 1971 por Roberto Gavaldón. Finalmente entre 1970 y 1983 trabajó argumentos y guiones para quince películas, pero decidió alejarse de este mundo porque no había un reconocimiento al guionista y él, siendo tan egocéntrico, no le gustaba que todas las palmas fueran para los directores. A pesar de ello, merece reconocer el trabajo de Argüelles en el cine y disfrutar, en la medida de lo posible, su obra.

Me despido dejándoles el fragmento de una entrevista que dice más que todas las palabras escritas:

“El cine me dió mucho dinero, muchas satisfacciones de tipo existencial pero quedaba claro, yo era un colaborador y la estrella era el director, y el que decidía, tornaba, destruía o construía era el director. Y francamente para mi carácter, mi megalomanía, para mi vanidad y para lo afirmativo que soy, andar llevándole los trastes a otro no se me dá. De modo que por eso también, chau con el cinito y regresé al teatro”.


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