- “Son metodologías distintas” las de 2005 y 2008, señala Hernández Licona
- Aguascalientes fue uno de los estados que no pagó la ENIGH 2008
Debido a que en Aguascalientes no se realizó la Encuesta Nacional de Ingreso y gasto en los Hogares (ENIGH) 2008 del INEGI, por falta de presupuesto, la nueva metodología de “medición multidimensional de a pobreza” sólo tomó en cuenta el “módulo de condiciones socioeconómicas” que aplicó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Así lo admitió en entrevista exclusiva con La Jornada Aguascalientes el secretario ejecutivo de ese organismo, Gonzalo Hernández Licona, tras aclarar que “las estimaciones de pobreza alimentaria, de capacidades, y de patrimonio realizadas y dadas a conocer en julio pasado por el Coneval no pueden compararse con la nueva metodología de medición multidimensional, ya que son dos formas distintas de medir la pobreza”, a propósito de la nota publicada al respecto en este diario el pasado 16 de diciembre.
Hernández Licona indicó que dentro de la nueva medición, por primera vez se aplicó una encuesta “que tiene preguntas similares a las de la ENIGH, pero que se puede analizar lo que pasa en cada entidad federativa”, llamada “Módulo de Condiciones Socioeconómicas”, aplicado en conjunto con el INEGI y cuyos datos se cruzaron con los resultados de la ENIGH 2008, de esta misma institución.
Luego de reconocer que en Aguascalientes, como diera cuenta este diario en días pasados, se tenían como datos más recientes los resultados de la ENIGH 2005 y las tres líneas de medición de pobreza de ese año, que “no son enteramente comparables”, precisó que para la medición multidimensional en la entidad se tomaron sólo los datos del módulo y dijo que “no podemos decir cabalmente mucho sobre si la pobreza bajó, si subió
realmente es una forma distinta, hecha a partir de 2008”, para la cual sólo se tomó en cuenta este estudio.
Gracias a este módulo, señaló, “podemos identificar a la población indígena en encuestas de hogar”, así como “niños y jóvenes entre 0 y 17 años de edad” y “adultos mayores de 65 años y más”.
Indicó también que la medición de la pobreza con la nueva metodología se hará cada dos años, por lo que el siguiente paquete de datos se entregará en 2010 y será entonces cuando se pueda tener un comparativo de evolución de la pobreza en Aguascalientes, las entidades y el país.
Hernández Licona afirmó que la medición multidimensional “cumple la ley (de desarrollo social), es muy estricta para ver y analizar a su población” y que además hace visible a la población en pobreza y a la “igualmente importante” población vulnerable.
En ese sentido, expresó que al tomar en cuenta ingreso, rezago educativo, acceso a la salud, acceso a la seguridad social, calidad de la vivienda, espacio de la vivienda, acceso a la alimentación y cohesión social, se aborda “la realidad de la pobreza y la realidad de los mexicanos (que) va siempre más allá del ingreso”, además de que ofrece ventajas como poder aclarar las necesidades específicas en cuanto a políticas de desarrollo económico y desarrollo social más agresivas para satisfacer a cada sector poblacional y que estén relacionadas entre sí.
El funcionario habló también de que al distinguir entre población en pobreza extrema y moderada y población vulnerable por ingreso y por carencia social, se pueden diseñar políticas públicas “focalizadas”, pero también universales, “porque este enfoque tiene su base en los derechos sociales”, como lo marca la Ley de Desarrollo Social y como antes no se tomaba en cuenta al medir las líneas de pobreza.
No obstante lo anterior, subrayó que “el Coneval seguirá proporcionando y estimando la medición de las líneas de pobreza por unos años más”, a fin de evitar sospechas de opacidad en la estadística de pobreza en el país.
Aseveró que es importante que el estado dé un monitoreo constante a esta población vulnerable, tanto como a la que padece los dos tipos de pobreza, “para que tenga acciones de política en concreto”.
Para resaltar la importancia de este grupo, ejemplificó con el caso de “un trabajador independiente”, que a pesar de tener un ingreso adecuado, es población vulnerable si no cuenta con acceso a seguridad social o a la salud; “esa persona (
) si tuviera algún problema de salud, tendría que pagar de su bolsillo una cantidad importante (
) y por lo tanto su nivel de ingreso bajaría”.
Colocando todo lo anterior en perspectiva, Hernández Licona recomendó la creación de programas focalizados que se apliquen en conjunto con las políticas sociales (que a su vez deberán ser mejoradas), para atender eficaz y eficientemente a la población pobre y vulnerable.