De 2019 a 2021, el salario mínimo ha sufrido un incremento del 51%, sin embargo, la proporción de los aumentos en el salario base de cotización promedio ante el Seguro Social, este aumento ha sido del 30%.
Por tercer año consecutivo en el actual sexenio federal, el salario mínimo, que en sí mismo es una referencia, ha experimentado un incremento acumulado del 51%; en 2019 fue de 16%, en 2020 fue del 20% y en 2021 fue del 15%.
Sin embargo, los salarios contractuales no han aumentado en esa misma proporción debido principalmente a la incapacidad de las empresas de otorgar aumentos que por decreto se han impuesto al salario mínimo.
Por ejemplo, en 2018, el salario de cotización promedio registrado ante el IMSS era de 324 pesos por día. En el transcurso de estos tres años, esta cifra ha crecido en 103 pesos ya que actualmente este salario registrado ante el Seguro Social es de 427 pesos, lo que representa un aumento real de poco más de 30%.
Este incremento del 30% es muy bueno, porque permite que la economía de las familias de los trabajadores mejore, sin embargo, ante el excesivo triunfalismo del gobierno federal sobre los aumentos a salarios, es importante dejar en claro que ese 51% de aumento solo aplica al salario mínimo, es decir, a una minoría laboral.
El aumento de la inflación ha mermado de forma importante estos aumentos, ya que, para el 2020, este indicador se ubicó en 3.15% y para este año, se proyecta que crecerá al 4.8%.
Sin embargo, en los hechos, el salario de la clase trabajadora se evapora ante los constantes aumentos de los precios de los productos básicos.
“Todos los días las amas de casa que acuden a comprar productos básicos, de primera necesidad, se encuentran con precios en aumento o bien, productos que no aumentan sus precios pero las cantidades son reducidas”.
Por ejemplo, las presentaciones de detergentes o frijol y arroz, cuyos aumentos han sido reducidos, pero los empaques contienen menos producto. Los productos que antes eran de un kilo ahora son de 900 o 850 gramos, incluso hasta de 750 gramos, es decir, con los mismos precios, que generan supuesta estabilidad, en realidad se compra menos.