Aguascalientes y la violencia contra las mujeres. Segunda parte - LJA Aguascalientes
22/11/2024

  • Panorama nacional sobre la situación de la violencia contra las mujeres
  • Aguascalientes entre las entidades con mayor prevalencia en violencia emocional, económica y patrimonial, escolar y sexual contra las mujeres

El Inegi publicó el informe Panorama nacional sobre la situación de la violencia contra

las mujeres, un análisis descriptivo de los resultados de la ENDIREH-2016, que abarca todas las temáticas relacionadas con este tema con el propósito de brindar información que permita dimensionar la magnitud de las violencias que viven las mujeres en todos los ámbitos y todas las relaciones sociales. 

El análisis se divide en seis capítulos: 1) Condiciones de vida de las mujeres. Viviendas y hogares; 2) Espacios de participación, acceso a los recursos y autonomía de las mujeres; 3) La relación de pareja y la violencia contra las mujeres; 4) Las violencias en otros ámbitos: escuela, trabajo, familia y comunidad; 5) Información sobre la extensión de la violencia, por tipo de agresor y por tipo de violencia; 6) Nuevas aproximaciones a otras formas de violencia. 

LJA.MX presenta los datos más relevantes de este informe con el fin de auxiliar a la prevención, atención y erradicación de violencia contra las mujeres. 

 

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La violencia en otros ámbitos: escuela, trabajo, familia y comunidad

 

Aunque la violencia emocional es la menos visible puede tener consecuencias graves como la baja autoestima, depresión, aislamiento, bajo rendimiento, abandono escolar e inclusive el suicidio

 


Las desigualdades de género en el acceso a la educación persisten en la actualidad, siendo las mujeres las más desfavorecidas. Entre los obstáculos a los que se enfrenta las niñas y mujeres para ejercer su derecho a estudiar, se encuentran: la pobreza, el aislamiento geográfico, la pertenencia a una minoría, la discapacidad, el matrimonio infantil y el embarazo precoz, la violencia de género y las actitudes tradicionales relacionadas con el papel de las mujeres por cada 100 mujeres que residen en localidades rurales 14 mujeres nunca han asistido a la escuela, mientras que en las localidades urbanas 6 de cada 100 mujeres nunca han asistido a la escuela. Se puede observar que la proporción de mujeres que viven en localidades rurales y nunca asistieron a la escuela es más del doble que las que viven en localidades urbanizadas y se encuentran en la misma situación. Aproximadamente 25.0 millones lo hicieron en una ranchería, pueblo o comunidad pequeña o mediana, y de ellas 12 de cada 100 nunca asistieron a la escuela. Cerca de 21.4 millones de mujeres pasaron la mayor parte de su infancia en una ciudad pequeña o grande y la proporción de mujeres que nunca asistió a la escuela se reduce a 3 de cada 100. Considerando los resultados anteriores, se aprecia que las mujeres que viven o vivieron en localidades rurales tienen una desventaja frente a las que viven o vivieron en localidades urbanas en cuanto al acceso a espacios escolares. 

Entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años, el 15.3% declararon que nunca han asistido a la escuela mientras que entre las mujeres se casaron o unieron cuando tenían 25 años o más, dicho porcentaje corresponde a 4.9 por ciento.

De los 42 millones 978 mil 713 mujeres de 15 años y más que asistieron a la escuela alguna vez en su vida, 10 millones 875 mil 792 mujeres declararon algún acto de violencia a lo largo de su vida de estudiantes lo que representa el 25.3%; por otro lado, de los 7 millones 550 mil 056 mujeres de 15 años y más que asistieron a la escuela durante el año previo al levantamiento de la encuesta, 1 millón 313 mil 962 mujeres reportaron haber padecido al menos un incidente de violencia en el entorno escolar, lo que representa el 17.4 por ciento. 

Al analizar las prevalencias de violencia en el ámbito escolar, se observa que por cada 100 mujeres que han asistido a la escuela alguna vez en la vida, 10 mujeres vivieron algún tipo de violencia emocional, 17 mujeres padecieron alguna agresión física y 11 fueron violentadas sexualmente; mientras que por cada 100 mujeres de 15 años y más que asistieron a la escuela durante el último año, 8 mujeres declararon violencia de tipo emocional, 6 mujeres mencionaron haber vivido alguna agresión física y 11 reportaron violencia sexual. 

Existe una disminución de la prevalencia de violencia emocional la cual está ligada a la disminución de la degradación y acoso emocional; sin embargo, el acto más declarado en ambos periodos es “Le han hecho comentarios ofensivos acerca de que las mujeres no deberían estudiar”. Es importante mencionar que, aunque este tipo de violencia es la menos visible puede tener consecuencias graves como la baja autoestima, depresión, aislamiento, bajo rendimiento, abandono escolar e inclusive el suicidio. 

Aguascalientes destaca entre las entidades con las prevalencias más altas en violencia con 29.4%, junto a Querétaro con 32.5%, Jalisco con 32.2%, Ciudad de México con 30.6%, y el Estado de México con 28.1 por ciento; en violencia emocional más alta con 13.1%, junto con Querétaro con 15.5%, Jalisco con 13.8%, Ciudad de México 12.6% y Oaxaca con 12.3 por ciento; con más prevalencia de violencia física con 18.8%, junto con Jalisco con 22.0%, Querétaro con 20.5%, Oaxaca con 19.4%, y Ciudad de México con 19.0%; en prevalencia de violencia sexual, Aguascalientes aparece con 14.0%, junto a Jalisco con 16.2%, Querétaro con 15.5%, Ciudad de México con 13.3%, y Chihuahua con 12.0 por ciento. 

En violencia en el ámbito escolar durante los últimos 12 meses también destaca Aguascalientes con 20.0%, junto a Jalisco y Michoacán de Ocampo con 20.5%, Zacatecas con 20.2%, y la Ciudad de México con 19.7 por ciento. 

Las personas agresoras más mencionadas entre las mujeres en el ámbito escolar son compañero y compañera de escuela seguido del maestro y una persona desconocida de la escuela. A lo largo de la vida escolar, las mujeres reportan que el 39.9% de las veces el agresor fue un compañero de escuela, el 20.1% de las veces la agresora fue una compañera de la escuela, el 14.4% se trató del maestro, el restante 25.6% de las menciones se divide en otras personas agresoras. 

De los compañeros de la escuela son los que cometen más agresiones de tipo sexual con el 46.2% de las menciones. Por otro lado, las compañeras de la escuela destacan como las principales agresoras de la violencia física con el 42.1% de las menciones, seguido de compañero de la escuela, con una diferencia de 6.7 puntos porcentuales, además el porcentaje de maestras declaradas como agresoras de la violencia física es superior al porcentaje de maestros. El maestro es señalado como agresor de violencia emocional en el 19.4% de los casos y como agresor de violencia sexual en el 16.5% de las menciones, mientras que una persona desconocida de la escuela fue declarada como responsable de las agresiones sexuales en el 18.7% de las menciones y en la violencia emocional en el 16.3% de las menciones. 

Mientras que las prevalencias de violencia emocional y violencia sexual son más altas entre las mujeres con una postura menos tradicional en todos o en al menos 7 de los 9 roles, quienes no están de acuerdo en que los hombres deben ganar más que las mujeres ni que deben ocupar mejores puestos en los trabajos. Tampoco están de acuerdo en que deben vestirse sin escotes para que no las molesten los hombres ni en que las mujeres casadas deban tener relaciones cuando su esposo quiera y consideran que los hombres deben encargarse al igual que las mujeres, de las tareas de la casa y del cuidado de personas.

En México 4 millones 336 mil 710 mujeres nunca habían platicado con alguien sobre la violencia experimentada en el ámbito escolar hasta el momento de la entrevista, esto equivale a decir que 40 de cada 100 mujeres violentadas no hablan de lo ocurrido en la escuela.

En México, poco más de 8.6 millones de mujeres no denunciaron ni solicitaron ayuda por la violencia física y/o sexual que experimentaron en la escuela, entre los principales motivos se encuentran: porque se trató de algo sin importancia que no le afectó (49.3%); por miedo a las consecuencias o a las amenazas (11.0%); porque esas eran/son las costumbres (10.3%); por vergüenza (9.8%); por no saber cómo y dónde denunciar (9.8 %); y porque pensó que no le iban a creer o le iban a decir que era su culpa (9.7%).

 

Durante los últimos años la incorporación de las mujeres al campo laboral ha ido en aumento, sin embargo, la reproducción social de los estereotipos y roles de género contribuyen a la división sexual del trabajo, que a su vez fomentan el uso de prácticas que limitan el desarrollo laboral y económico de las mujeres.

En México, 33 millones 066 mil 522 mujeres han trabajado por un pago, salario o ganancia en algún momento de su vida equivalente al 71.1% de las mujeres de 15 años y más, por otro lado, existen 13 millones 435 mil 218 mujeres de 15 años y más que nunca han trabajado por una remuneración.

Al analizar la situación laboral se observa que la mayor proporción de las mujeres que nunca han trabajado se encuentra entre las mujeres que residen en localidades rurales, mientras en las localidades urbanas es mayor el porcentaje de mujeres que laboraron en los últimos 12 meses.

Es importante mencionar que los cuidados que requieren los niños y niñas a edades tempranas son más demandantes, lo que influye para que las mujeres opten por dejar de trabajar, sin embargo, en el cuadro 4.6 se observa que el porcentaje de mujeres que trabajaron en los últimos 12 meses aumenta de manera conforme la edad del hijo(a) aumenta, es decir, conforme los hijos e hijas crecen las mujeres suelen reincorporarse al mercado laboral.

En el mercado laboral, la condición del sexo no debería tener un efecto negativo, no obstante, para las mujeres puede tener un impacto en su desarrollo profesional. Una de las clases de violencia que visibilizan dichas diferencias es la discriminación en el ámbito laboral la cual tiene múltiples manifestaciones, se puede observar en los procesos de selección y contratación de personal, la preferencia hacia los hombres para ocupar cargos claves, la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres, así como las limitaciones que enfrentan las mujeres para ascender o progresar profesionalmente. Las prácticas discriminatorias tienen origen en los roles y estereotipos impuestos por la sociedad; de esta manera se vulneran los derechos humanos de las mujeres, así como los principios y derechos fundamentales del trabajo, y la justicia social mermando el funcionamiento de las empresas y el crecimiento económico. 

En nuestro país, 23 millones 748 mil 719 mujeres laboraron al menos una semana durante los últimos 5 años y 5 millones 241 mil 477 mujeres declararon haber vivido al menos una situación de discriminación, esto equivale a decir que 22 de cada 100 mujeres que laboraron en los últimos 5 años fueron discriminadas por razones de género.

Entre las situaciones de discriminación por razones de embarazo que declararon las mujeres de 15 años y más ocurridas entre 2011 y 2016, destaca que a 2 millones 739 mil 673 mujeres se les solicitó prueba de embarazo como requisito para trabajar (11.5%), a 860 mil 547 mujeres se les solicitó una prueba de embarazo como requisito para continuar en su trabajo o renovarle el contrato (3.6%). Mientras que, por embarazarse, 277 mil 792 mujeres fueron despedidas injustificadamente (1.2%), 246 mil 618 mujeres ya no les renovaron el contrato (1.0%) y 145 mil 363 mujeres tuvieron una disminución del salario o las prestaciones.

En México, por cada 100 mujeres trabajadoras, 11 han experimentado algún acto de degradación emocional a lo largo de su vida laboral; entre los actos más declarados se encuentran las ofensas y humillaciones por el hecho de ser mujer. Por otro lado, 2 de cada 100 mujeres han sido intimidadas o acechadas al salir del trabajo. En los últimos 12 meses, 7 de cada 100 experimentó algún acto de degradación emocional y 1 de cada 100 fue intimidada o acechada.

 

En el contexto nacional, de los casi 46.5 millones de mujeres, 4 millones 795 mil 414 mujeres (10.3%) experimentaron algún acto de violencia (emocional, económica o patrimonial, física o sexual) en el ámbito familiar durante los últimos doce meses, es importante mencionar que la pareja o expareja queda excluida en el análisis de este apartado. En el país, 3 millones 782 mil 923 mujeres (8.1%) experimentaron algún acto de violencia emocional en el ámbito familiar, este tipo de violencia es el que más se declaró por las mujeres y se midió a partir de actos que abarcan la degradación emocional, intimidación, amenazas y/o aislamiento por parte de sus familiares. Los datos revelan que aproximadamente a 4 de cada 100 mujeres algún familiar las ha ignorado o no las han tomado en cuenta por ser mujer, el cual es el acto de violencia emocional más frecuente en el ámbito familiar,

En México, 1 millón 439 mil 366 mujeres (3.1%) experimentaron algún acto de violencia económica y/o patrimonial por parte de algún familiar en los últimos doce meses. El acto que más declararon las mujeres para este tipo de violencia es: Le han impedido o prohibido estudiar o trabajar con un 1.7 por ciento, el cual conforma la clase control o chantaje económico.

La violencia sexual contra las mujeres dentro de su entorno familiar resulta ser una de las formas menos visibles. Dado que en la mayoría de los casos las agresiones son cometidas por el padre u otro pariente, es decir, por una persona que debería desempeñar una posición de confianza dentro del hogar. Los actos de violencia sexual en el ámbito familiar indagan sobre el abuso sexual, intento de violación y violaciones. En el ámbito nacional, 528 mil 212 mujeres (1.1%) experimentaron algún acto de violencia sexual por parte de algún familiar. El acto más declarado por las mujeres es: La han manoseado, tocado, besado o se le han arrimado, recargado o encimado sin su consentimiento con 0.8 por ciento, el cual forma parte de la clase abuso sexual. Los intentos de violación o violaciones concebidas por familiares resultaron con 0.5 por ciento.

 

Una de cada cuatro mujeres no cuenta con ingreso alguno y no cuenta con algún bien

 

47.4% de las mujeres en Aguascalientes reporta haber sufrido de algún tipo de violencia el múltiples ocasiones y de manera reiterada

A mayor nivel de escolaridad de las mujeres se reporta un mayor número de actos violentos en su contra

En mujeres entre 15 y 24 años hay una mayor índice de violencia sexual

 

El 66% de las mujeres en México ha sufrido por lo menos un episodio de violencia de cualquier tipo. Si se analiza según la zona hay un aumento de incidencias en áreas urbanizadas con un 69.3% de incidencias y, por el contrario, hay una ligera disminución en zonas rurales con 54.2%. El tipo de violencia más común es la sicológica pues un 49% de las entrevistadas dijeron haberla sufrido; le sigue la violencia sexual con 41.3%, física con 34%. La menos común es la violencia económica, también conocida como violencia patrimonial con un 29% de incidencia. 

Un cuarto de las entrevistadas reportaron agresiones en el ámbito escolar y laboral, 38% en el ámbito comunitario. Cuatro de cada diez mujeres reportó haber sido agredidas por parte de alguna de sus parejas.

Para muchas mujeres la independencia económica sigue siendo una limitante para que algunas mujeres logren salir de la violencia pues una de cada cuatro de las mujeres entrevistadas dijeron no tener dinero y carecen de algún bien o propiedad. Llama la atención la relación que tiene la violencia de género y el nivel de escolaridad de las mujeres pues, entre más alto sea, mayor la incidencia. La mitad de las mujeres sin educación reportan episodios de violencia; 67.2% de las mujeres que terminaron la educación básica sufrieron alguna agresión; 70.7% de mujeres con bachillerato y 72.6% de mujeres con educación superior.

Sobre la violencia sexual, destaca que el 6.5% de las mujeres reportó haber sido agredida por su pareja actual o la última, 38.8% señaló que sus agresores son distintos a la pareja.

Dentro del informe también se analiza a profundidad la violencia longitudinal, es decir, “si la violencia reportada proviene de un solo acto experimentado, dos actos violentos, tres actos, cuatro o más”. Al analizar esto permite analizar la intensidad hacia qué espacios llega la violencia.

En el ámbito escolar, el 51.3% de las mujeres reportaron un acto de violencia en la escuela, 1 de cada diez reportaron 3 episodios de violencia, 9.4% dijeron sufrir de 4 a 5 actos de violencia a lo largo de su vida y 7% reportó haber experimentado de 6 a 17 actos.

El tipo de violencia que tiene un mayor número de incidencia es la sexual pues el 58.9% de las mujeres reportó un episodio de agresión a lo largo de su vida, 31.4% de uno a dos actos y 9.7% de 4 a 10 actos.

En el ámbito laboral se encontraron diecinueve situaciones de violencia contra las mujeres, incluyendo discriminación por razones de embarazo. 57% de las mujeres reportaron un acto de violencia a lo largo de su vida laboral, 9.3% reportaron de tres a cinco hechos y 8.3% de seis a diecinueve. 

Más de tres cuartas partes de las mujeres mayores de quince años experimentaron violencia física, 17.5% reportó de dos a tres actos de violencia en este espacio. 16.4% de las mujeres entrevistadas reportaron de cuatro a diez actos de violencia sexual a lo largo de su vida. 

En un ámbito comunitario, cuatro de cada diez mujeres dijeron haber sido víctimas de algún acto de violencia a lo largo de su vida, cinco de cada diez declaró que sufrió un acto en los últimos diez meses. 14.2% reportó tres actos violentos, 14% reportó de cuatro a cinco actos violentos y 9.3% de seis a quince.

La violencia sexual también es una constante en las comunidades pues 24.1% de las entrevistadas dijo haber sido víctima en dos ocasiones, 12.9% en tres, 13.6% de cuatro a nueve ocasiones.

Tres cuartas partes de las mujeres encuestadas reportó violencia emocional a lo largo de su vida en este ámbito. 23.1% dijeron haber sufrido violencia emocional, física o emocional en múltiples ocasiones.

Un cuarto de las mujeres mayores de quince años que tienen o tuvieron una relación de pareja reportó ser víctima de un acto de violencia, pero al contrastarlo solo con un año esta cifra aumenta pues poco más de la tercera parte dijo haber sufrido violencia. 37.7% dijo haber sido víctima en dos a cinco ocasiones, 17.6% de seis a diez actos violentos.

Al estudiar la violencia de manera transversal, es decir, considerando el conjunto de espacios públicos y privados, se puede comprender el nivel de riesgo y la exposición que tienen las mujeres dentro de sus actividades cotidianas. Una de cada cinco mujeres sufre violencia en dos ámbitos, 18.8% en tres o más ámbitos en un tiempo de 12 meses.

La violencia sicológica es la que más ocurre en distintos ámbitos pues 11.5% dijo haber sido víctima de estas agresiones en dos ámbitos, 6.9 en tres o más; le sigue la violencia sexual con 9.9% y 3.9% respectivamente; y la violencia física con 7.2 y 2.2%.

De los 9 millones 837 mil 362 de mujeres de quince años y más que residen en localidades rurales, 5 millones 335 mil 694 de mujeres reportaron algún tipo de violencia a lo largo de su vida, el 14.6% sufre de violencia en dos ámbitos y 10.9% en tres o más.

Estas cifras aumentan considerablemente en zonas urbanas pues de los 36 millones 664 mil 378 de mujeres que residen en localidades urbanas, 25 millones 416 mil 141 mujeres reportaron algún tipo de violencia, 20.7% es víctima en dos ámbitos y 20.9% reporta violencia en tres o más. En estas zonas es donde se reporta un mayor número de incidencias en violencia de todo tipo. Mujeres entre 25 y 34 años son las más propensas a sufrir de violencia en más de un ámbito pues el 20.6% dijo sufrir de violencia en dos ámbitos, 23.3% en más de tres, en el grupo de 34 a 44 años estos porcentajes sólo disminuyen ligeramente.

La violencia sexual prevalece en mujeres entre 15 a 24 años pues 31.6% dijo haber sido víctima en un ámbito, 12.5% en dos ámbitos y 3.7% en tres o más ámbitos. 15.1% de las mujeres reportan haber sido víctima de algún tipo de violencia en varias ocasiones y con frecuencia, este dato se duplican cuando se está en pareja con 30.8% de incidencia.

Entre más ocupen espacios las mujeres aumentan la posibilidad de que sufran de violencia de manera frecuente y con múltiples actos. Solo el 3.9% de las mujeres que nunca estudiaron ni trabajan reportó haber sido víctima de violencia múltiple y reiterada, ocurre lo mismo con el 14.8 de quienes trabajan o estudian.

 

Aproximaciones a otras formas de violencia

 

Casi 4.4millones de mujeres, dijo haber sufrido de violencia sexual

En los últimos cinco años, poco menos de 1.1 millones de mujeres tuvieron uno o más abortos

808 mil mujeres fueron presionadas para que operarlas para no tener hijos

 

Aunque los estudios sobre la violencia de género se han centrado en el ámbito público y en relaciones de pareja, la realidad es que son diversas las expresiones en donde se puede dañar la integridad física o emocional de las mujeres. Hay que resaltar el abuso en la infancia, el maltrato obstétrico y la violencia en adultos mayores.

Es importante resaltar que el impacto que tiene el abuso en la infancia en el desarrollo de las personas en donde las agresiones pueden ir desde insultos, golpes e incluso hasta violaciones.  Varios especialistas coinciden en que la violencia familiar es un proceso y rara vez se presentan actos de violencia de manera aislada, siempre le siguen más actos de violencia. 

Crecer en un hogar en donde es común la violencia suele asociarse con el desarrollo de una especie de tolerancia a ella y es validada como un medio para resolver conflictos, reforzando patrones tradicionales de roles de género en donde se cree que la mujer debe de tener un rol de subordinación.

De las 46.5 millones de mujeres que hay en México, 17 millones 770 mil 357 declaró haber experimentado algún incidente durante su niñez, es decir, cuatro de cada diez sufrieron algún tipo de violencia antes de cumplir quince años.

En zonas rurales prevalece la violencia física y emocional, mientras que en zonas urbanas hay mayor incidencia de violencia sexual.

Más de 40% de las mujeres entre 30 y 59 años reportó haber sido víctima de algún tipo de violencia durante su niñez, ya sea física, emocional o sexual; estas cifras disminuyen casi a la mitad en los rangos de edad entre 15 y 17 con 25.8% reportes de abuso en su infancia, mientras que en mujeres entre 18 y 19 es de 27.0%.

Las mujeres que se encuentran en viviendas con hacinamiento tienen porcentajes más grandes de violencia en la infancia con una incidencia del 40.5%, mientras que en aquellos hogares en donde no se tiene este fenómeno hay una ligera disminución con un 37.4%. De la misma manera hay un aumento de violencia en aquellos hogares donde hay necesidades insatisfechas con 39.1% contra en aquellos hogares donde todas las necesidades están satisfechas que es del 35.3%.

Un tercio de las mujeres entrevistadas en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares (Endireh) declaró haber sido víctima de violencia física. 9.4%, casi 4.4millones de mujeres, dijo haber sufrido de violencia sexual. Los actos más frecuentes son el abuso sexual con 7.4%, mientras que 5.1% de las entrevistadas fueron violadas o tuvo un intento de violación.

Al analizar los agresores sexuales destaca que, si se enfoca en los progenitores, en 0.5% de los casos fueron perpetrados por las madres, pero esta cifra se eleva fuertemente en el caso de los padres con 5.8% de incidencias.

En dos terceras partes de los casos de abuso sexual los agresores fueron familiares, en 20.1% fueron perpetrados por tíos, 15.7% por primos, 8.4% por hermanos, por padrastros u otros familiares con 6.3% respectivamente y 3.7% por abuelos. En el 33.2% de los casos los agresores son distintos al núcleo familiar.

Las mujeres que fueron víctimas de violencia sexual durante la infancia tienen un 93.6% de probabilidad de que sufran nuevamente de algún tipo de violencia durante su vida adulta; cuando no ocurre la violencia sexual se reducen las probabilidades en 30.4%. De la misma manera, las mujeres que han sufrido de violencia en la infancia son más propensas de que experimenten violencia en otros ámbitos a lo largo de su vida.

Un cuarto de las 46.5 millones de mujeres en el país atestiguó violencia física en su familia durante la infancia. Del 62.3% de las mujeres que atestiguó y experimentó violencia física, el 46.8% ejerce violencia del mismo tipo contra sus hijos.

En la etapa adulta, específicamente en la edad fértil de las mujeres, el maltrato en la atención obstétrica apenas se ha reconocido y se ha trabajado arduamente para visibilizarlo en donde generalmente prevalece la negligencia del personal, esto con base en los derechos reproductivos y sexuales.

El 75% de las mujeres en México reportó haber tenido por lo menos un embarazo, más de 6 millones de mujeres reportaron haber tenido un hijo o hija nacida viva como resultado de ese embarazo. Mientras que casi 526 mil mujeres declararon que su embarazo resultó en uno o más abortos. En los últimos cinco años, poco menos de 1.1 millones de mujeres tuvieron uno o más abortos.

Las personas de la tercera edad son quizá las más vulnerables pues su capacidad física y su productividad van en disminución provocando que usualmente dependan de las personas a su alrededor.

La porción de mujeres que se han practicado un aborto aumenta conforme incrementan los rangos de edad. Las mujeres entre 15 y 19 años que dijo haberse practicado un aborto es de 7.3%, las que tienen entre 20 y 29 es de 10.1%; entre 30 y 39 es de 12.4% y la mayor porción de abortos se encuentra en mujeres entre 40 y 49 con un 18.6%.

Aquellas mujeres que cuentan con un empleo o están estudiando o ya terminaron la educación superior tienen mayores probabilidades de practicarse un aborto por cuestiones de desarrollo personal o profesional.

También hay que resaltar que solo una de cada cien mujeres acude periódicamente con el médico para control prenatal. El 76.1% de las mujeres reportó que asistió a un hospital público, 15.1% acudió a un hospital particular, 3.2% acudió a más de un lugar mientras que el 4.3% fue a algún dispensario médica, consultorio de farmacia, con una partera o curandera.

En el 2015 reportaron que menos de la mitad de las mujeres acudieron a una clínica, hospital o centro de salud público del estado para atender sus partos o cesáreas.

De las 3.8 millones de mujeres cuyo último hijo nació por cesárea, 364 mil mujeres no dieron permiso o autorización para que se les realizara dicho procedimiento, en el 15.8% de los casos nadie autorizó el procedimiento. Mientras que 385 mil no les informaron adecuadamente sobre la operación.

808 mil mujeres que reportaron que fueron presionadas para que aceptaran que se les colocara un dispositivo de control natal o para operarlas para que no tuvieran hijos, a 365 mil les colocaron algún dispositivo anticonceptivo, operaron o esterilizaron para que no tuvieran hijos.

A  423 mil les negaron la anestesia o bloqueo para disminuir el dolor sin darles explicaciones, a 143 mil les obligaron a que firmaran un papel sin informales para qué era.

En las instituciones públicas es en donde más se realiza la violencia obstétrica, mientras que en centros particulares la incidencia se reduce a la mitad. Este tipo de violencia tiene una mayor incidencia en zonas urbanas con 73.7% de incidencia sobre 26.3% de zonas rurales. Es más común en mujeres que solo cuentan con educación básica.

Los estados en donde hay una mayor incidencia de violencia obstétrica están el Estado de México, la Ciudad de México, Tlaxcala, Morelos y Querétaro. Aguascalientes ocupa una incidencia alta, entre 33.5 y 39.7%.

Ahora las mujeres de la tercera edad también experimentan violencia son más vulnerables, pues su capacidad física y va en disminución provocando una mayor dependencia de las personas a su alrededor. Las personas de la tercera edad están expuestas al abandono, a la dependencia económica y a la muerte de sus parejas.

17 de cada cien mujeres tienen alguna enfermedad, limitación física o discapacidad que impide desplazarse solas. En un año 360 mil 108 fueron abandonadas o viven solas.

En México hay 7 millones 043 mil 622 mujeres tienen 60 años, por cada cien mujeres, 78 viven en localidades urbanas, 22 residen en localidades rurales.

El 60% de las mujeres de la tercera edad se dedica únicamente a quehaceres del hogar, 21 trabajan, 10 dijeron estar jubiladas y 4 dijeron estar en otra situación. La dependencia económica es un elemento común en casi todas las mujeres: 39.5% depende económicamente. 2 de cada diez no tiene ningún ingreso, solo una de cada cuatro tiene ingresos propios ya sea por su trabajo, jubilación, rentas o intereses bancarios.

También un tipo de violencia común en mujeres de la tercera edad es la violencia emocional con 15.2% de incidencia, 6.3% con violencia económica, 1.2 con violencia física y 0.5 violencia sexual. Los hijos son los principales perpetradores con 50.6% de incidencia, 28.3 son hechos con otro familiar.


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