- Presume Martínez logros de género en reunión con Instituto Nacional de las Mujeres
- Además, asegura, que en el poder logran reducir desvíos de recursos y gastos superfluos
Las mujeres en posiciones de liderazgo hemos sabido utilizar adecuadamente el capital humano e intelectual, generando círculos virtuosos que generan riqueza no sólo material sino traducida también en mejor calidad de vida, respondiendo así a la integralidad del ser humano, señaló la secretaria general adjunta del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Lorena Martínez, durante su participación en Mujeres y Poder en México: Encuentro Sector Público, Iniciativa Privada y Sociedad Civil, convocado por la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).
Durante su participación en la mesa redonda ¿Qué aportan las mujeres en posiciones de liderazgo a la sociedad en su conjunto? Lorena Martínez señaló que “las aportaciones que las mujeres en posiciones de liderazgo hemos hecho a la sociedad son de vital importancia, particularmente en la construcción de una nueva cultura y un nuevo modelo de relaciones. Si dichas aportaciones debiera de resumirlas en una sola palabra diría sin temor a equivocarme que las mujeres hemos aportado: desarrollo”.
“Y lo hemos hecho a través de liderazgos transformacionales, a través del modelaje cotidiano, de una nueva y mejor forma de entender al mundo. Es decir, a partir del ejercicio mismo del poder, ya que hemos evidenciado nuevos valores, actitudes y aptitudes que corresponden al tipo de liderazgo que la sociedad en su conjunto exige hoy en día”.
Las mujeres, continuó, hemos aportado desarrollo, a través de la transformación social y la colaboración solidaria, hemos aportado una visión de largo alcance que mira más allá de los sexos, de la sangre y de las fronteras, que le apuesta a la renovación del mundo.
Sostuvo también, que diferentes estudios en el mundo, comprueban que las organizaciones públicas o privadas lidereadas por mujeres, tienden considerablemente a reducir la corrupción, el estrés, la competencia desleal, el desvío de recursos y los gastos superfluos.
Al mismo tiempo, contribuyen a implementar valores éticos y congruentes, propician relaciones interpersonales de mejor calidad, estimulan el desarrollo humano, se comunican de manera asertiva y efectiva e incrementan los resultados positivos, llegando a las metas y objetivos de manera más rápida y con menores costos.
Finalmente, dijo que las liderezas de este siglo, sabemos que movernos desde y en el poder es un reto; sabemos que eliminar el patriarcado no implica la instauración de un matriarcado, sino el deseo de explicar el mundo y de transformarlo en la posibilidad de ser hombres y mujeres en procesos liberadores, capaces de inventar futuros y de vivir presentes democratizados por deseos afines y esfuerzos compartidos, a partir del respeto a la semejanza y a la diferencia en la libertad y en la integridad de cada quien.