Aguascalientes y la violencia contra las mujeres, primera parte - LJA Aguascalientes
23/11/2024

  • Panorama nacional sobre la situación de la violencia contra las mujeres
  • Aguascalientes entre las entidades con mayor prevalencia en violencia emocional, económica y patrimonial, escolar y sexual contra las mujeres

 

Claudia Rodríguez, Adrián Flores, Gabriel Soriano y Tania Magallanes

 

El Inegi publicó el informe Panorama nacional sobre la situación de la violencia contra las mujeres, un análisis descriptivo de los resultados de la ENDIREH-2016, que abarca todas las temáticas relacionadas con este tema con el propósito de brindar información que permita dimensionar la magnitud de las violencias que viven las mujeres en todos los ámbitos y todas las relaciones sociales. 

El análisis se divide en seis capítulos: 1) Condiciones de vida de las mujeres. Viviendas y hogares; 2) Espacios de participación, acceso a los recursos y autonomía de las mujeres; 3) La relación de pareja y la violencia contra las mujeres; 4) Las violencias en otros ámbitos: escuela, trabajo, familia y comunidad; 5) Información sobre la extensión de la violencia, por tipo de agresor y por tipo de violencia; 6) Nuevas aproximaciones a otras formas de violencia. 

LJA.MX presenta los datos más relevantes de este informe con el fin de auxiliar a la prevención, atención y erradicación de violencia contra las mujeres. 

 

1

Es necesario abrir más espacios de participación y acceso a recursos para las mujeres


En México, el 76.5% de las viviendas con una mujer de 15 años o más tiene alguna necesidad básica insatisfecha (vivienda, acceso a educación o a servicios sanitarios)

Por la falta de equidad laboral y otros aspectos sociales, sólo el 37.6% de las mujeres de 15 años o más tienen ingresos monetarios propios. El 35.4% no dispone de ningún tipo de ingresos

 

Para conocer las raíces de la violencia que sufren las mujeres en México, el Inegi tuvo que analizar el contexto del entorno inmediato de las mismas, es decir, las condiciones de vida en sus hogares para ver qué necesidades básicas sí están teniendo y cuáles no. Para ello se tomó como referencia el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (INBI) que se compone por el acceso a la vivienda; acceso a los servicios sanitarios en la vivienda; acceso a la educación; y capacidad económica. 

Según el informe, el 76.5% de las viviendas con mujer de 15 o más años tienen al menos una necesidad, de las cuatro mencionadas, insatisfecha; 62.3% son vulnerables por capacidad económica; 55.1% por acceso a la educación; 26.5% por acceso a la vivienda; y 11% por acceso a servicios sanitarios. Sobre el acceso a servicios sanitarios, se consignó que el mayor problema era el abastecimiento de agua, además, “8 de cada 100 viviendas carecen de agua entubada en su vivienda, y cuatro de cada 100 no cuenta con un adecuado sistema de eliminación de excretas”.

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Continúan los estereotipos de género aún entre las mujeres de México

 

32.2% de las mujeres cree que “deben vestirse sin escotes para que no las molesten los hombres”

37.3% de las mujeres opinaron que ellas deben de ser las responsables del cuidado de los hijos, de las personas enfermas y de las ancianas

 

 

Otra de las grandes problemáticas encontradas en el informe Panorama nacional fue que los espacios de participación para la mujer están reducidos pues, aunque tienen las capacidades de realizar ciertos trabajos, sus espacios laborales y por tanto, sus ingresos y su autonomía, se ven limitados por la construcción social en las que se les estigmatizó. 

Sobre este tópico se encontró que el 37.6% de las mujeres de 15 años o más tienen dinero por ingresos meramente propios, en cambio, el 35.4%, por distintos factores sociales, no dispone de ningún tipo de ingresos. En esa distribución porcentual se encontró también que el 7.5% obtiene dinero por ingresos propios y por programas gubernamentales; el 14.3% sólo por programas de gobierno y/o becas; y el 5.3% solamente por ayuda de familiares. 

Sin embargo, además de los recursos monetarios que obtienen las mujeres de 15 o más, el Inegi analizó la disponibilidad que ellas tienen para usar esos ingresos. Sobre ese tema, se encontró que el 59.3% de las mujeres sí pueden usar como ellas quieran los ingresos propios con o sin dinero de programas gubernamentales, no obstante, el 40.7%, no. 

Incluso, en los otros tres rubros, dinero con ayuda de familiares, dinero sólo por programas o becas, o aquellas que no cuentan con ingresos propios, se encontró que la mayoría contestó que no tenían la disponibilidad de usar ese dinero como les plazca. 

En relación con lo anterior también se encontró que apenas el 5.4% de las mujeres de 15 años o más cuentan con bienes propios; el 17.4% cuenta con propiedades; el 5.4% con propiedades y bienes; pero el 47.5% no cuenta con algún bien o propiedad, en otras palabras, casi la mitad no tienen nada a su nombre. Además, en el 24.3% de los hogares donde habita una mujer de la edad mencionada, o más, nadie –de los otros integrantes del hogar– cuenta con bienes o propiedades propios, lo que indica que no hay independencia económica.

También el análisis evidenció que la participación de la mujeres indígenas en la sociedad todavía está más reducida, ya que de “acuerdo con su condición de habla de una lengua indígena y/o pertenencia a un hogar indígena se puede observar que la mayoría de las mujeres que hablan y/o pertenecen a un hogar indígena sólo cuentan con dinero por programas de gobierno o apoyos (27.4%), seguido de las mujeres que no cuentan con ningún tipo de recursos, es decir, ni materiales (bienes y propiedades) ni monetarios (25.6%)”. Ello se contrapone a que la mayoría de las mujeres (29.2%) que no habla ni pertenece a un hogar indígena sí cuenta con ingresos propios. 

Se revela la exclusión laboral y educativa que hay hacia la mujer: de cerca de 46 millones de mujeres, censadas en el 2016, el 4.1%, casi dos millones, nunca ha trabajado o estado en una escuela; el 42.6%, 19 millones 807 mil mujeres, aproximadamente, “alguna vez asistió a la escuela y/o trabajo”, pero no lo hizo en el último año previo al cuestionario. Por lo que respecta al 53.3% restante, 24 millones de mujeres, sí estudió y trabajó en los últimos 12 meses [2016], pero principalmente participaron en el ámbito laboral, más que en el educativo. 

Otro aspecto importante que se analiza en el documento es la distribución porcentual de las mujeres en México que toman decisiones solas según las reacciones de su pareja ante dicha decisión. Ahí se reveló que al 5.8% de las mujeres su pareja las maltrata por estudiar; el 4.6% por salir de casa; el 8.8% tiene peleas o es maltratada por decidir cuándo tienen relaciones sexuales; el 5.9% por usar anticonceptivos; el 9.8% por decidir tener hijos o no; y el 10.4% por decidir cuándo y cuántos hijos deberían tener.

Otra problemática detectada que tiene que ver con el cierre de espacios y la participación de la mujer en la sociedad es “la permanente división sexual del trabajo en el hogar”, lo cual es importante ya que, al no tener una división equitativa en el trabajo doméstico, se crea un sesgo que no permite que “que las mujeres se desempeñen en otro tipo de espacios y tareas que no sean propiamente del hogar”. 

Además de que los espacios laborales para las mujeres mexicanas están reducidos y estigmatizados, el informe del Inegi también revela la opresión en la que están inmersas pues el 32.2% de las mujeres coinciden en que “deben vestirse sin escotes para que no las molesten los hombres”, también el 37.3% de las mujeres opinaron que ellas deben de ser las responsables del cuidado de los hijos, de las personas enfermas y de las ancianas, aún cuando estos roles domésticos no deben de ser sólo para la mujer. En contraparte, también se les cuestionó sobre si los hombres deben encargarse, al igual que las mujeres, de las tareas de la casa, el 87.3% estuvo de acuerdo, sin embargo, todavía un 12.7% opinó que eso no debería ser labor de los hombres. 

También en esa misma encuesta sobre los roles de la mujer, se encontró, de manera preocupante, que el 8% estaban de acuerdo en que debían tener relaciones sexuales con su esposo cuando él quisiera e, incluso, el 10.4% opinó que los hombres deben ocupar mejores puestos que las mujeres en los trabajos, lo que también termina incidiendo en la reducción de espacios laborales para las mujeres. 

Si bien no existe un modelo específico de empoderamiento de la mujer para que se reconozca, y sea reconocida, equitativamente, “algunos factores como son el acceso de las mujeres a recursos ya sean monetarios o materiales, participación en la toma de decisiones, libertad para realizar sus actividades e inclusive su postura ante atribuciones que les han sido asignadas de forma tradicional a las mujeres podrían influir en las aspiraciones que puedan tener para sí mismas y la participación en dichos aspectos podría permitirles incrementar su capacidad para realizar elecciones estratégicas de vida”, dice el informe.  

 

3

Aguascalientes entre las tres entidades con más alta prevalencia de violencia de pareja

 

Aguascalientes, Jalisco y Estado de México en el rango más alto en tres de los cuatro tipos de violencia

El costo de la violencia por días perdidos de trabajo asciende a 4 mil 434 millones 11 mil 143 pesos, el 0.03% del del PIB 

De 19.1 millones de mujeres que declararon al menos un acto de violencia de pareja, sólo el 48.2% lo ha hablado con alguien

 

La violencia de pareja sigue constituyendo un tabú social y cultural, a pesar de ser un fenómeno de gran magnitud en México y un grave problema de salud pública en el mundo. Debido a que el ejercicio de la violencia masculina se sigue considerando como algo ‘normal’, con frecuencia resulta ‘invisible’ aun para las propias mujeres maltratadas y esto incide en una inadecuada respuesta al problema, señala el apartado de La relación de pareja y la violencia contra las mujeres, que basa sus datos en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH-2016).

Se destaca que esta naturalización del problema resulta relevante porque puede poner en riesgo la vida de las mujeres, no solo por las agresiones físicas sino también por el maltrato emocional o las agresiones sexuales de la pareja hacía ellas, las cuales pueden ser tan severas que causan un daño grave a su integridad física y emocional.

Es importante destacar que en este capítulo de la ENDIREH 2016 se habla única y exclusivamente de las mujeres de 15 años y más que tienen o han tenido una relación, es decir, esposo, pareja o novio; las cuales ascienden a 43 millones 464 mil 520 mujeres de 15 años y más; de ellas se reportan 26 millones 567 mil 687 casadas o unidas, 8 millones 499 mil 243 separadas, divorciadas o viudas y 8 millones 397 mil 590 solteras. Por otro lado, se excluyen a 3 millones 037 mil 220 mujeres solteras de 15 años y más que declararon nunca haber tenido una relación de pareja.

Algunas características sociodemográficas de las mujeres de 15 años y más que han tenido al menos una relación de pareja: 

*El 96.7% de las mujeres actualmente casadas o unidas vive con su esposo o pareja.

*Con respecto al tipo de localidad de residencia se observa que la mayoría de ellas ya sean casadas o unidas, separadas, divorciadas o viudas y solteras residen en localidades urbanas.

*Con respecto al tipo de hogar el mayor porcentaje de las mujeres casadas o unidas con al menos una relación de pareja residen en un hogar familiar nuclear (68.6%), el mayor porcentaje de las mujeres separadas, divorciadas o viudas residen en hogares familiares no nucleares (53.1%) y el 53.4% de las mujeres solteras residen en hogares familiares nucleares.

*Por grupo de edad, las mujeres casadas o unidas declararon que el 44.7% tiene de 20 a 39 años, el 57.3% de las mujeres separadas, divorciadas o viudas declaró tener 50 a 60 años y más y el 70.9% de las mujeres solteras declaró tener de 15 a 29 años.

*También se observa por nivel de escolaridad altos porcentajes en las mujeres que reportaron que no tienen un nivel escolar o cuentan con educación básica incompleta (37.4% en las mujeres casadas o unidas y 52.0% en las mujeres separadas, divorciadas o viudas). 

*En cuanto a la condición de actividad, más de la mitad de las mujeres casadas o unidas reportaron que sólo se dedicaron a los quehaceres del hogar (57.5%), más de la mitad de las mujeres separadas, divorciadas o viudas reportaron que trabajan (53.1%) al igual que el 50.9% de las mujeres solteras que reportaron que trabajan.

Algunas características de las parejas o exparejas

Las características de la pareja actual o última, se destaca que 17 de cada 100 mujeres casadas o unidas sus esposos o parejas tienen actualmente 60 años y más, respecto al grupo de las mujeres separadas, divorciadas o viudas, donde 29 de cada 100 mujeres sus exesposos o exparejas tienen o tenían 60 años y más, y en 2 de cada 100 mujeres solteras sus novios o exnovios tienen 60 años y más. Aproximadamente una cuarta parte de las mujeres solteras indican que sus novios o exnovios son jóvenes, tienen menos de 20 años (25.7%).

Respecto al nivel de escolaridad destaca en las mujeres casadas o unidas que el 27.7% de sus parejas o esposos estudiaron hasta la primaria, igual para las mujeres separadas, divorciadas o viudas, donde el porcentaje más alto se presenta entre las mujeres cuyos exesposos o exparejas estudiaron hasta la primaria (33.2%), sin embargo, entre las mujeres solteras el porcentaje más alto en el nivel de escolaridad con el que cuentan sus novios o exnovios es de educación media superior (35.4%).

Por estado conyugal, en las mujeres casadas o unidas el mayor porcentaje indicó que su esposo o pareja sí trabaja y aporta para el hogar y por el contrario en las mujeres separadas o divorciadas el mayor porcentaje indicó que su exesposo o expareja no trabaja o no sabe si trabaja, pero no aporta para el mantenimiento del hogar.

Respecto a las mujeres de 15 años y más y la pareja actual o última también se presenta la diferencia de condición de actividad económica por estado conyugal. Los porcentajes más bajos para las mujeres casadas o unidas y solteras se encuentran en las que declararon que sólo ellas trabajan por un ingreso salario o ganancia. Un poco más de la mitad de las mujeres casadas o unidas (51.9%) reportan que sólo su pareja actual trabaja por un ingreso salario o ganancia y ellas no. En las mujeres separadas, divorciadas o viudas el 31.6% indica que ambos trabajan por un ingreso, salario o ganancia. Para las mujeres solteras el porcentaje más alto (34.4%) se encuentra en el grupo que indican que tanto ella como la pareja actual o última trabajan por un ingreso, salario o ganancia.

Tensiones o conflictos en las relaciones de pareja

Según la encuesta, tanto mujeres como sus parejas reaccionan de manera violenta cuando se enojan. Las reacciones ante el enojo de las mujeres y sus parejas o exparejas, que son muy diferentes: las mujeres tienden a tener reacciones de indiferencia (46.1%), siendo más frecuente que le deje de hablar o lo ignore (44.1%); le siguen las reacciones de amenazas, intimidación o degradación (29.3%) y entre ellas lo más frecuente es que las mujeres discutan o le griten a sus parejas (26.4%), seguido de que lo ofendan o insulten (12.2%), y en último lugar se encuentran en una baja proporción las mujeres que ante el conflicto agreden físicamente a su pareja (4.8%) o dejan de dar dinero o de aportar para los gastos de la casa (1.5%).

Entre lo reportado por las mujeres que refirieron que sus parejas tienden a reaccionar de manera violenta, se observan que las reacciones de indiferencia (43.2%); de amenazas, intimidación o degradación (30.5%) se mantienen en niveles similares a cómo reaccionan ellas, sin embargo, al explorar de manera específica qué es lo que hacen ellos cuando se enojan, se visualizan incrementos considerables en acciones más violentas, por ejemplo que él la ofenda o insulte cuando se enojan es mayor por 5 puntos porcentuales, los golpes para intimidar o las amenazas prácticamente se duplican en cuanto al porcentaje en que ellas reaccionan así. De igual manera se observan incrementos considerables en las agresiones físicas o económicas que tienen ellos cuando se enojan en comparación con ellas.

De octubre de 2015 a octubre de 2016, la cifra de mujeres con al menos un incidente de violencia se estima en 11 millones 112 mil 743 mujeres, de las cuales 10 millones 070 mil 034 señalan violencia emocional, 4 millones 368 mil 103 económica y/o patrimonial, 2 millones 819 mil 534 física y alrededor de 902 mil 287 mujeres vivieron violencia sexual, acompañada de algún otro tipo de violencia.

Las prevalencias de violencia de pareja por los tipos de violencia mencionados permiten analizar los resultados desde una perspectiva diferente, donde se puede observar en la prevalencia a lo largo de la relación que 19.4%, casi la mitad de las mujeres vivieron al menos un acto de violencia física y/o sexual ya sea con algún otro tipo de violencia o solo alguno de estos dos tipos, por otro lado, casi una tercera parte (15.8%) señaló que los actos vividos fueron sólo de violencia emocional y una quinta parte (8.7%) experimentó violencia económica y/o patrimonial ya sea sola o acompañada de emocional. En términos generales se observa que el mayor componente lo aportan quienes experimentaron violencia física y/o sexual, sin embargo, esto no ocurre en los últimos 12 meses donde se observa que la mayoría declara sólo violencia emocional.

Prevalencia de las violencias en Aguascalientes y el país

Las tres entidades con la prevalencia más alta de violencia de pareja a lo largo de la relación son: Estado de México (53.3%), Ciudad de México (52.6%) y Aguascalientes (49.8%); en los últimos 12 meses son: Aguascalientes (33.0%), Estado de México (31.0%) y Jalisco (30.0%). Aguascalientes, Jalisco y Estado de México son entidades que se mantienen en el rango más alto para tres de los cuatro tipos de violencia. Asimismo, destaca Chiapas, Nuevo León y Tamaulipas que se mantienen en los rangos más bajos para todos los tipos de violencia.

En el caso de la violencia sexual las prevalencias que se encuentran entre 6.5% y 7.8% se concentran en la región centro y centro sur, siendo Ciudad de México y el Estado de México las que más la reportan, seguidos de Morelos y Puebla con 7.4%, Hidalgo y Jalisco con el 7.3% y Aguascalientes con 7.2 por ciento.

Las entidades que presentan las mayores prevalencias por tipo de violencia son:

*Emocional: Aguascalientes (31.0), Estado de México (28.3) y Jalisco (27.4).

*Económica y/o patrimonial: Aguascalientes (14.6), Jalisco (12.5) y Yucatán (12.3).

*Física: Estado de México (8.1), Hidalgo (7.7) y Oaxaca (7.2).

*Sexual: Aguascalientes (2.9), Jalisco (2.8) y Estado de México (2.6).

Observamos que la prevalencia de la violencia ejercida por la pareja actual o última, tanto a lo largo de la relación como en los últimos 12 meses, entidades como Aguascalientes y Estado de México se mantienen en el grupo de los estados donde más se reporta violencia hacia las mujeres por parte de su actual o última pareja.

El 59 de cada 100 mujeres separadas, divorciadas o viudas, declararon haber experimentado violencia por parte de su último esposo o pareja, le siguen las mujeres actualmente casadas o unidas donde aproximadamente 42 por cada 100 manifestaron que su esposo o pareja las ha agredido en algún momento de su relación y finalmente entre las solteras alrededor de 35 por cada 100 señalaron que han vivido al menos un acto de violencia por parte de su actual o último novio o pareja.

En cuanto al tipo de violencia se observa que las mujeres separadas, divorciadas y viudas siguen teniendo las prevalencias más altas en cualquier tipo, sin embargo, también destacan otras diferencias relevantes. Entre las casadas o unidas la violencia económica y física se mantiene en niveles muy similares.

El silencio de las mujeres

Poco menos de 19.1 millones de mujeres declararon al menos un acto de violencia por parte de su pareja actual o última, sólo el 48.2% lo ha hablado con alguien. De entre las mujeres que han hablado con alguien, la mayoría lo ha hecho con algún familiar (79.0%), las siguientes personas con las que más comentan este tipo de situaciones son amigas o compañeras y en proporciones mucho más bajas se observa que hay mujeres que se acercan con algún especialista ya sea en sicología (14.9%), derecho (6.5%) o un representante de alguna religión (6.2%).

Sin embargo, casi 9.4 millones de mujeres hasta el momento de la entrevista no se habían atrevido a contarlo a alguien más, siendo las mujeres casadas o unidas las que menos hablan de estas situaciones con alguien más, el 52.6% así lo reportó. Mientras que las solteras son quienes más lo hacen, 58.4% señaló que ya lo había contado antes.

En lo general la mayoría no sabe a dónde acudir para solicitar ayuda. Según los resultados de la última encuesta, a nivel nacional por cada 100 mujeres que experimentaron algún incidente de violencia por parte de su pareja actual o última sólo 12 han presentado alguna denuncia o solicitaron apoyo, de estas 6 únicamente solicitaron apoyo a alguna institución, 3 sólo denunciaron y las restantes 3 hicieron ambas acciones.

Medición de la severidad de la violencia de pareja son los daños tanto físicos como emocionales que ponen en riesgo la integridad física y mental de las mujeres.

De las 8 millones 421 mil 037 mujeres que reportaron violencia física o sexual por parte de la pareja, el 35.8% refirió haber tenido daños físicos, entre los principales daños físicos que reportan las mujeres se encuentran los moretones e hinchazón (83.3%) seguido de hemorragias o sangrado (14.4%) y hospitalización u operación (11.2%).

Al considerar a las mujeres actual o anteriormente unidas con violencia de pareja, los resultados señalan que poco más de 8 millones de mujeres (49.6%) reportaron daños físicos o emocionales. 30 de cada 100 mujeres declararon únicamente daños emocionales mientras que para 19 de cada 100 los daños fueron físicos y emocionales. Dichas proporciones presentan variaciones dependiendo de la edad, siendo las mujeres de 55 a 59 años las que reportan en mayor proporción daños derivados de la violencia.

En México, 50.3% de las mujeres con violencia de pareja han experimentado violencia severa y muy severa a lo largo de su relación.

En el caso de Aguascalientes la prevalencia total de violencia de pareja es de 49.8 16.3 es considerada como leve, 31.3 como moderada, 28.4 como violencia severa y 24.0 se señala de muy severa.

Costo de la violencia 

Con la información de la ENDIREH 2016 se consideraron dos tipos de costo para realizar una primera aproximación del costo estimado de la violencia de pareja: desde la perspectiva del número de días perdidos a causa de las agresiones o las consecuencias emocionales. Dicha estimación incluye:

*Costo del trabajo remunerado: La pérdida de ingresos por trabajo debido a los días que la mujer dejó de trabajar por las consecuencias derivadas de la violencia por parte de la pareja actual o última.

*Costo del trabajo no remunerado: La pérdida de ingresos estimados debido a los días que la mujer dejó de hacer sus actividades cotidianas o sus quehaceres a causa de las agresiones por parte de la pareja actual o última.

En total 401 mil 050 mujeres de 15 años y más reportaron que sufrieron violencia por parte de la pareja actual o última a lo largo de la relación y además dejaron de trabajar al menos un día a causa de la violencia por parte de la pareja actual o última. De este conjunto de mujeres, en promedio cada mujer tuvo 29.7 días perdidos entre octubre de 2015 a octubre de 2016 de trabajo remunerado a causa de la violencia por parte de la pareja actual o última.

Cada mujer en promedio perdió 27.8 días de octubre de 2015 a octubre de 2016 de trabajo no remunerado.

El costo que ha causado la violencia por parte de la pareja actual o última en México entre octubre de 2015 y octubre de 2016 en términos de los días perdidos de trabajo remunerado y no remunerado fue de 4 mil 434 millones 011 mil 143 pesos lo que representa un 0.03% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2016. Datos de la ENDIREH 2016 estima que la pérdida de ingresos por días que dejaron de trabajar representa un 0.01% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2016 y un 0.02% del Producto Interno Bruto (PIB) por los días en que tuvieron que dejar de hacer sus quehaceres.

Es decir, que el costo del trabajo remunerado perdido a causa de la violencia en el año 2016 fue de 1 mil 654 millones 613 mil 625 pesos y el del trabajo no remunerado perdido a causa de la violencia fue de 2 mil 779 millones 397 mil 518 pesos.

Por tipo de trabajo remunerado las entidades con el mayor número de días de inactividad de las mujeres son: Tlaxcala con 59, Morelos y Oaxaca con 51 y Aguascalientes con 46; mientras que los tres promedios más bajos se presentaron en: Coahuila de Zaragoza con 10, Tabasco con 15 y tanto Baja California con Sonora con 18 días en promedio.


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