En 1953, hace nada menos que 68 años los chamacos de primaria vimos en el cine una película que a pesar de nuestra ingenuidad infantil, nos pareció ridícula y durante muchas semanas nos reímos y burlamos de la cinta. Resulta que Kashma el hijo de Ali Babá terminó siendo amigo de los hijos de los 40 ladrones y seguían siendo dueños del tesoro. Se unieron para evitar que un perverso califa se los robara. Entre nosotros comentábamos que los hijos de los grandes personajes no suelen ser igualmente notables. Particularmente en política y en deportes. Desde los hijos de los faraones y emperadores romanos, abundan los ejemplos de hijos que en vez de continuar con la grandeza de sus padres terminan haciendo el ridículo. Veamos lo que ocurre en nuestro país. Ni Hidalgo, Guerrero, Bravo, Madero, Carranza y Obregón tuvieron hijos que siguieran su notable ejemplo. Morelos siendo sacerdote católico sí tuvo un hijo que terminó siendo un traidor porque favoreció la intervención francesa. ¿Cuál ha sido el ejemplo de los hijos de Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo y todos los demás presidentes hasta la fecha? Una larga lista de escándalos, corrupción y vergüenza. Y si nos vamos a los ejemplos de los deportistas la situación no cambia en lo absoluto. No soy experto en el tema, pero solamente recuerdo a Zague como un futbolista que resultó igual de exitoso que su padre. Y el número de hijos de futbolistas, boxeadores, beisbolistas y otros que han fracasado es interminable. Actualmente la historia se repite y es lógico que adivinemos cuál será el resultado. Los hijos de los políticos, de buena y también de mala reputación son ahora los candidatos a puestos de elección popular ¿Con qué justificación? Ninguna, solamente que son hijos de un funcionario que ya ocupó o sigue ocupando puestos públicos. El actual gobernador del Estado de México es hijo y nieto de gobernadores. Y hasta el momento se ha distinguido por sus errores y pésimas decisiones. Afortunadamente hay una excepción a esta regla. Los hijos de los científicos y académicos, suelen seguir de buena manera los pasos de sus progenitores. Pierre y Marie Curie ganaron dos premios Nobel en Física y Química. Su hija Irene continuó sus investigaciones y obtuvo el Nobel de Química. Y el enlistado de los ganadores de premios Nobel en todas las disciplinas están repletos de hijos de notables científicos. La mejor gobernante de la era actual la alemana Angela Merkel es física notable con una meritoria especialidad en física cuántica. Los presidentes de México mejor evaluados son Miguel Alemán y Ernesto Zedillo, ambos de origen humilde que destacaron en la academia. Miguel Alemán fue abogado, miembro de la Academia de la Lengua Española de México y otros países, presidente de la Academia de Derecho Internacional y recibió Doctorado Honoris Causa por varias universidades extranjeras. Zedillo fue economista y al terminar su mandato pasó a ser profesor de la Universidad de Yale y es Doctor Honoris Causa de la Universidad de Harvard. El mensaje es claro, los hijos de los políticos y los deportistas suelen deshonrar los cargos públicos, en cambio los científicos los enaltecen. Entonces nos corresponde a nosotros llevar a los cargos de elección popular a nuestros académicos.