En el nombre del pueblo/ Visiones a la distancia  - LJA Aguascalientes
25/11/2024

En el nombre del pueblo suele Andrés Manuel López Obrador justificar cualquier acto o dicho aunque esto implique violar la Ley, lo que es correcto desde su punto de vista, siempre y cuando no sean sus opositores quienes lo hagan. 

En el nombre del pueblo el entonces presidente electo ya había decidido en 2018 mediante una consulta que definió como democrática que cancelaría el nuevo aeropuerto que se estaba construyendo en Texcoco. En el nombre del pueblo mediante otra consulta realizada bajo su concepto de democracia canceló una inversión privada millonaria en Baja California, de esa forma, en el nombre del pueblo pretende doblar al INE para imponer ese mismo concepto de democracia, esa en la que sólo él puede ganar.

Porfirio Muñoz Ledo, durante una entrevista en el programa Me lo dijo Adela, que se difunde a través de YouTube, le dice a Adela Micha que “el poder marea y el poder absoluto marea absolutamente, (López Obrador) está mareado” y acusa al presidente de perjurio que “es un delito del orden común, perjurio es violar la palabra que diste”. “Tiene fijaciones de adolescente” y luego se le va una frase que acredita a Doña Ifigenia Martínez: “viene de pueblo chico, que quieres”.

Así describen los amigos y compañeros de lucha de años al presidente. Y no son conservadores, tampoco puede acusárseles de ser miembros de la “mafia del poder”. Son ni más ni menos que los suyos, los más cercanos, que no los más cómplices, que es diferente. Me refiero a quienes le endosaron su prestigio de lucha social y democrática para que López Obrador pudiera acreditar la honestidad de su aspiración. Al quitársela estos dos personajes, queda solamente el agitador social y por supuesto el presidente aspirante a autócrata autoritario.

Cuando Adela Micha le pregunta a Muñóz Ledo acerca de la tragedia ocurrida en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México que según los datos oficiales dejó un triste saldo de 26 muertos que serán indemnizados con la insultante cantidad de 50 mil pesos y 79 heridos, no tiene empacho en acusar que “estamos enfrentando un tema de corrupción, o más bien, está revelando la corrupción acumulada, pero no la del antiguo PRI sino de lo que llaman 4T que es una vaciedad, nadie sabe que es la 4T, es una manera de lavarle el cerebro a la gente…”.

En el nombre del pueblo López Obrador tomó la bandera de la lucha anticorrupción y despertó la esperanza de la gente de que él sí sería honesto y aunque el presidente no tenga las manos sucias en ese tema, si se mancha al mostrarse lejano a las víctimas y sus familias, al no visitarlas, dar la cara y prometerles cara a cara justicia como lo ha hecho con las víctimas de sucesos ocurridos en otros gobiernos. “No es mi estilo, no me gusta la hipocresía; estoy pendiente solidarizándome con familiares de las víctimas, pero esto no es de irse a tomar fotos, eso ya también al carajo”. Al carajo, la frase clave para entender que el dirigente social hoy convertido en presidente está superado por la silla que ocupa.

En el nombre del pueblo eliminó la reforma educativa, en el nombre del pueblo revirtió las reformas energéticas relativas a petróleo y energía eléctrica, esas que hoy están suspendidas por inconstitucionales y violatorias de tratados internacionales, en el nombre del pueblo pretende acabar con instituciones autónomas y en definir quienes si deben ganar elecciones y quienes no.

“Claro que si estoy metiendo las manos en las elecciones”. En el nombre del pueblo ayer el primer mandatario confesó este nuevo delito -¿se acuerda que ya había aceptado que ordenó la liberación de Ovidio? Decide entrometerse de manera ilegal en el proceso electoral al acusar a candidatos de oposición de supuestos delitos y de dar órdenes a una Fiscalía General de la República que debería ser autónoma. “Lo seguiré haciendo, seguiré denunciando”. En el nombre del pueblo López Obrador puede violar cuantas veces lo crea necesario, la Constitución que juro cumplir y hacer cumplir.

A Porfirio Muñoz Ledo le preocupa “… que pasemos de una transición democrática a una regresión autoritaria, de que pueda llegarse a un límite de golpe de estado silencioso, entonces va a ser tarde, pero la reacción de la gente ya no va a ser pacífica, de que iremos antes de que termine este sexenio o a principios del próximo si hay intención de reelección a un confrontamiento armado cívico del país”. No es para menos. La constante polarización social fomentada por el propio presidente de todos los mexicanos y su invitación a desconocer al árbitro electoral nos encamina a eso, a un 7 de junio sangriento. ¿Será por eso que Kamala Harris visitará nuestro país el 8 de junio?


Muñoz Ledo, a quien López Obrador distinguió para ponerle la banda presidencial como señal de que tenía su aval, hoy dice del presidente que “…me preocupa que el Presidente haya hecho de la mentira su segunda naturaleza cuando decía ‘no mentir, no robar y no traicionar’, creo que miente todos los días y si no roba, deja robar en abundancia. Sus actos de Gobierno violan la Constitución y traicionan el régimen republicano de Gobierno”. Pero López Obrador jura que 30 de los 90 millones de votos le dan permiso para hacer y deshacer lo que se le antoje, el nombre del pueblo.


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