APRO
No hay un solo hogar en India donde el covid-19 no haya proyectado su sombra opresiva y ominosa, declaró Anshu Sharma, a la agencia de noticias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Sharma, quien forma parte del equipo en hindi de ONU Noticias y ha vivido en carne propia los estragos del virus en el país, recordó que el número de contagios supera los 300 mil por día, y que hasta el 27 de abril habían muerto 198 mil personas a causa de la enfermedad.
“Cuando el covid-19 comenzó a propagarse en India en marzo de 2020, nadie entendió realmente la gravedad de la situación, pero hoy, más de un año después, la pandemia ha dado un giro muy feo y nos ha afectado a todos, incluida mi familia”, afirmó.
Sharma relató que en un principio se dedicó a observar el impacto de la pandemia en el sur de Asia, sin embargo, esta situación cambió cuando un miembro de su familia falleció debido a que el sistema de salud se encontraba abrumado y retrasaba los tratamientos.
“Fue un momento terriblemente triste y surrealista para todos en mi familia. Lo vivimos mientras nos consolábamos durante el encierro”, recordó.
En julio del año pasado otro de sus familiares que llevaba meses varado en Nigeria logró regresar, sin embargo, presentó fiebre y fue trasladado de urgencia al hospital mientras cumplía la cuarentena obligatoria en un hotel.
“Falleció debido a una falla orgánica múltiple. Más tarde supimos que había muerto de malaria. Aunque indirectamente, una vez más el coronavirus se había apoderado de otro miembro de mi familia”, lamentó.
Meses después, luego de visitar a su madre y a su hermano en otra ciudad con todas las precauciones, los tres dieron positivo a covid-19. “Cada día se sentía como una lucha y experimentaba una ansiedad sin fin. El único alivio fue que nos recuperamos en cuarentena domiciliaria y ninguno de nosotros tuvo que ser hospitalizado”, comentó.
“Ahora puedo decir que debido a las incertidumbres que genera, el covid-19 causó estragos en mi salud mental, más que en la física. ¡Es un juego mental perverso! Esta experiencia ha cambiado absolutamente mi perspectiva y ahora comprendo el valor real de la vida. Es importante vivirla al máximo y pasar tiempo con los seres queridos”, destacó.
La reportera recordó que a finales de 2020, los casos comenzaron a disminuir y el país se dedicó a prepararse para iniciar la campaña de vacunación más grande del mundo.
“Parecía como si el fin de la pandemia estuviera a la vista y la vida volviera a la normalidad. Los mercados y centros comerciales estaban llenos de actividad. Se seguían observando precauciones a gran escala, pero la gente empezaba a descuidarse. Fue la calma antes de la tormenta”.
La segunda ola los tomó por sorpresa. El número de infecciones pasó de unos pocos miles por día a más de 300 mil, en lo que la comunicadora calificó como “un tsunami de covid-19”.
“Tres miembros más de mi familia inmediata contrajeron el virus y mi corazón se hundió. Pasé por una montaña rusa de emociones. Al principio, estaba enojada conmigo misma por haber dejado de lado la precaución en las últimas semanas y haber bajado la guardia. Experimenté una impotencia extrema frente al virus y estaba ansiosa por saber si los anticuerpos de mi infección anterior me protegerían de una reinfección”, confesó.
Actualmente, muchos estados y ciudades están bajo toque de queda en el país, los trabajadores de salud luchan para contener la propagación, mientras que los medios y las redes sociales están repletos de historias trágicas relacionadas con la pandemia.
“Mis manos y mi corazón están cansados de escribir mensajes de condolencias. El sistema de salud está abrumado. Las súplicas desesperadas por medicamentos, camas de cuidados intensivos en hospitales, tanques de oxígeno e inyecciones dominan las redes sociales. Esta pandemia ha puesto de rodillas a este país de mil 300 millones de habitantes”, lamentó.
A pesar de esta situación, Sharma identificó algunos aspectos positivos durante la segunda ola de covid-19 en el país. La reportera recordó que al comienzo de la pandemia la sociedad rechazaba a los pacientes que estaban infectados, pero ahora la gente se ayuda entre sí.
“Los vecinos se apoyan mutuamente, los comerciantes entregan productos a los necesitados, los lugares de culto se están convirtiendo en centros de aislamiento para satisfacer la escasez de camas de hospital y los barrios locales están recolectando dinero y consiguiendo concentradores de oxígeno”.
“La primera ola separó a los seres queridos, y aunque la segunda ha unido a la gente, no hay un solo hogar en India donde el covid-19 no haya proyectado su sombra opresiva y ominosa. Como individuos y como país, seguimos buscando esa luz al final del túnel.”