El próximo 6 de junio, en las elecciones federales, habremos de elegir 300 diputaciones por mayoría relativa y 200 más por representación proporcional, un principio que dicho sea de paso, sigue causando ruido en los electores dado a que se otorga a interés o conveniencia de los propios institutos políticos a perfiles que incluso no cuentan ni con la profesionalización ni con los conocimientos que debían tener para ocupar un encargo de este tipo.
Vale la pena recordar que actualmente, Morena concentra una cantidad histórica de legisladores con 338 diputados federales, de los cuales 320 conformaron la coalición Juntos Haremos Historia, con integrantes de este partido a los que se sumaron el del Trabajo, el Partido Encuentro Social, el Partido Verde y cinco independientes. Una bancada con la disposición de aprobar casi todas las leyes de la Cuarta Transformación.
Mientras, en las elecciones locales se elegirán 21,383 cargos, de los que 15 son gubernaturas. Es aquí otro terreno donde se muestra la complejidad de estas elecciones. El 2021 puede mostrar qué tanto apoyo retiene AMLO con sus primeros dos años o, por el contrario, cuánto espacio recuperará la oposición; siendo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) el que más tiene en juego pues rige 8 de las 15 gubernaturas que se renovarán.
Las encuestas señalan que a menos de mes y medio para la jornada electoral, es justamente el partido de la Cuarta Transformación el que arrasará y con buena ventaja, estas posiciones que están en juego, se van a llevar casi todas las gubernaturas y van a conservar la mayoría en el Congreso.
Quizás no hemos dimensionado la importancia de este proceso electoral en el que se prevé la participación de 94 millones 800 mil ciudadanas y ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral, esto es, unos 5 millones más que en 2018. Ya nos ha informado el Instituto Nacional Electoral que para ello será necesaria la instalación de 161,000 casillas de votación, 4,000 más que cuando hubo elección presidencial.
En total serán renovados 30 congresos locales, es decir, 1,063 diputados estatales; además de 1,926 ayuntamientos y juntas municipales, igual en 30 entidades. Según la consultora EPLOC, 10 entidades implementarán el voto electrónico para los mexicanos residentes en el extranjero: Baja California Sur, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas y el diputado migrante de Jalisco.
Así de grande es este proceso electoral, y con todo y todo, la pobreza de las campañas, candidatos de poca altura algunos de ellos y específicamente de Morena hasta implicados en casos de corrupción y abuso sexual, es ya una obligación que como electores podamos emitir un voto reflexivo pero al mismo tiempo que permita un equilibrio que a todas luces el gobierno federal quiere impedir.
Basta recordar que es justamente con esta mayoría en el Congreso de la Unión que se han impulsado, desde el gobierno que encabeza López Obrador, varias reformas que necesitan aprobarse lo más pronto posible: la Reforma Eléctrica es un ejemplo; recabar ya, los datos biométricos de las personas que utilizan telefonía celular, ya de una vez, así de forma exprés.
Regular las redes sociales, y por supuesto cómo poder dejar de lado el albazo en el Senado de la República que en lo oscurito, por debajo de la mesa, se aprobó la ampliación a dos años más al ministro Arturo Zaldívar para que siga ostentando la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar.
El argumento fue que el ministro Zaldívar está llevando a cabo una ”gran reforma” en el Poder Judicial, y como se atravesó la pandemia, pues necesita más tiempo para poder llevarla a cabo, por su puesto hay aval del propio Presidente aún y cuando alguno de sus mismos compañeros ministros califican este hecho como anticonstitucional.
En estas aguas nos movemos todos: partidos, candidatos, electores y por supuesto el Presidente. No podemos seguir quejándonos y dejar que unos cuantos decidan quiénes nos van a representar. No debemos hacernos de la vista gorda, no podemos ya olvidarnos de lo que los políticos están haciendo con nuestro país, una nación cada vez más pobre en todos los sentidos y desde todas las vertientes.