Estoy convencido que el 30 de septiembre del 2024, Andrés Manuel López Obrador se va a ir a La Chingada, el presidente ha insistido en que no tiene ánimo de reelegirse y que al finalizar su periodo se retirará a su finca en Chiapas a escribir un libro que tiene pendiente sobre el conservadurismo. Le creo y le quiero creer, por eso desestimo la opinión de quienes argumentan que desde ahora está planeando todo para poder reelegirse.
Dicho lo anterior, no se puede dejar de considerar que en México cada seis años se repite la misma historia, en el último año del sexenio, cuando más solo está el presidente en Palacio, cuando sus decisiones dejan de tener peso porque todas ellas se relacionan con a quien haya designado como su sucesor, comienzan los rumores en torno al deseo de que el titular del Ejecutivo Federal quiere reelegirse. A eso nos acostumbraron los regímenes priistas, esos proyectos de extender los seis años en la silla presidencial no tuvieron éxito, a lo más que se llegaba era a otorgarle al presidente saliente la oportunidad de destapar a su delfín, como una forma de indicar que será quien continuará su proyecto.
Las reglas no escritas del poder presidencial, sin importar el partido al que pertenezca el mandatario, indican que su opinión es esencial para designar a su sucesor, sin siquiera pensar en que esa decisión corresponde a los electores, de ahí que en el último tramo de una administración, al solitario en palacio lo rodeen los murmullos, alentando las ideas más disparatadas para ganarse el favor presidencial, tan disparatadas como la de reelegirse.
La decisión de ampliar por dos años el periodo de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea al frente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación será presentada hoy al pleno de la Cámara de Diputados, los tetratransformistas que impulsan este proyecto insisten en que no se viola la Constitución. La opinión de algunos legisladores de Morena es en sentido contrario a quienes defienden la prolongación del mandato del magistrado presidente, han dicho que no recibirán línea y que votarán por la eliminación del artículo transitorio.
López Obrador ya ha dictado línea, lo hizo en la mañanera, dijo que pidió la opinión del consejero jurídico de la presidencia y que Julio Scherer Ibarra le indicó que no es inconstitucional; pero el presidente indicó algo más importante sobre el asunto, que considera que sí se debe ampliar el tiempo de Arturo Zaldívar al frente de la Suprema Corte porque lo considera “un hombre íntegro, honesto, con principios, y se requiere que las leyes que se aprobaron para renovar el Poder Judicial se conviertan en realidad, y para eso se necesita una gente honrada como el presidente de la Corte, el ministro Zaldívar. Si no es él, van a quedar como letra muerta las leyes que se aprobaron para renovar el Poder Judicial”.
El presidente idolatra las biografías en la historia, en sus relatos, cuando alude al pasado para dar lecciones, invariablemente selecciona un momento, definitivo, que se concentra en las decisiones de los individuos, los grandes hombres deciden y el pueblo apoya la elección.
En la mañanera, López Obrador no sólo ensalzó a Arturo Zaldívar, descalificó a los demás magistrados “porque la mayoría en la Suprema Corte la tienen quienes vienen del antiguo régimen y se requiere que los jueces, los magistrados, los ministros, estén al servicio del pueblo, no al servicio de los grupos de intereses creados, que los jueces no sean empleados de los potentados, que los jueces defiendan al pueblo”.
Con esta decisión de los diputados, los lambiscones del presidente han introducido un elemento que intenta eliminar el rechazo nacional hacia la reelección, señalan que no se trata de que repita en el cargo, sino de ampliar el periodo, sólo eso.
Durante su último año de gobierno, López Obrador tendrá que lidiar con los lambiscones que le susurrarán al oído que es necesario ampliar su periodo para que finalice su tarea, para que pueda pasar la estafeta de la Cuarta Transformación, obcecado como es el presidente, entre terminar un libro pendiente y dejar listo su proyecto personalísimo, no es difícil verlo caer en tentación.
La tentación es grande, al presidente ya le ofrecieron la manzana envenenada: no es reelección, es ampliación.
Coda. El coordinador de los diputados de Morena defendió su proyecto diciendo que aunque haya votos en contra, “en nuestro país suceden milagros”, yo quiero que López Obrador cumpla con la ley y en el 2024 se retire a La Chingada, no es una cuestión de fe.
@aldan