- Entrevista con Marisol Gámez sobre Aves negras
- Retratos de la cotidianidad de las mujeres de distintos ámbitos y estratos, en los que se asoma la humanidad que pesa sobre ellas, el amor, el desamparo y las carencias de todo tipo
Marisol Gámez es una escritora emprendedora. A través de sus letras, busca el encuentro con ella y con los otros. Aguascalentense, maestra en ciencias Humanísticas y Literatura, obtuvo el premio Cuéntale tu cuento a la Nota Latina, en el concurso estadounidense para escritores latinos y en español en 2016, fue miembro de la Asociación Poetas y escritores de Miami; y cuenta con su blog Escritura a pleno sol, donde difunde sus textos. En 2020 publicó su libro Aves negras, conformado por cinco cuentos breves e intensos que permanecen como retratos de la cotidianidad de las mujeres de distintos ámbitos y estratos, en los que se asoma la humanidad que pesa sobre ellas, el amor, el desamparo y las carencias de todo tipo. Sobre esta, su obra más reciente, charló con LJA.MX:
Tania Magallanes (TM): Estos textos más que una reivindicación feminista siento que es una reivindicación femenina, los escribes sobre mujeres con historias reales, íntimas…
Marisol Gámez (MG): Lo que quise fue asomar un poco la crítica social en cada uno de sus aspectos, a todas las atraviesa una carencia, no precisamente económica, sino de afecto. El primer cuento, “Me debes cien pesos”, deja ver a dos amigas que tienen una disputa por dinero, pero no es la carencia económica, no es la carencia material, es la afectiva; en “Redención” abarca la carencia de cariño, de atención, alrededor de una infección vaginal y afectaciones patriarcales. Sobre “Experiencia celestial” fue un sueño, un hombre con carencias emocionales, de apoyo familiar, se refugia en creencias como la lectura del tarot, él cree que se puede volar. La intención es entrelazar esas carencias, incorporar experiencias, temas de la humanidad.
TM: ¿Existe literatura femenina o literatura escrita por mujeres?
MG: Hay estudios que revelan que estas mujeres escribían bajo una conciencia de sujeto, es decir, ellas sabían de la desigualdad y desventajas de ser mujer en el mundo, por ejemplo, Alfonsina Storni o Gabriela Mistral, que abordaban estos temas y se les permitió sobresalir porque utilizaban el género de la poesía, la carta, las confesiones o las memorias, a Virginia Woolf se le reconoció por la novela, a estos géneros se les permite la sensibilidad, la ternura, la ficción, por eso sobresalieron, sin embargo, no se reconoció a mujeres que quisieron incursionar en el ensayo, porque requiere una reflexión, una intelectualidad más profunda para ser reconocidas. Decía Alfonso Reyes, el ensayo es el centauro de los géneros, entonces, una mujer cómo iba a incursionar ahí. Pasa el tiempo y llega Simone de Beauvoir con El segundo sexo, donde dice la mujer no nace, la mujer se hace, lo que ella plantea es que la mujer primero es ser humano y después se nos pone el nombre de mujeres, se nos pone un nombre para diferenciar los órganos sexuales, pero va más allá de eso, se nos están asignando roles específicos, maneras de ser, etapas por vivir, y otros estereotipos. Salirse de estos es la base de todos los feminismos existentes, considero yo, pero ¿qué pasa con la literatura después de este libro? Pues que es una idea desalienante, permite separar a las mujeres de todo lo que se nos ha asignado, primero somos individuos. Lo mismo pasó con todos los movimientos políticos que se han vivido de los 50 para acá, dijimos, si somos iguales puedo escribir todo lo que yo quiera, podemos escribir sin que nuestros temas sean menospreciados, en todos los géneros, novela negra, ficción, fantasía, erotismo, novela histórica. Sí hubo literatura femenina, ahora hay literatura escrita por mujeres.
TM: ¿Cómo incide esta condición de tu feminismo y los feminismos actuales con lo que escribes?
MG: Todos los escritores tratamos de crear una realidad sobre lo que nos cosquillea. Mi postura en el feminismo no es radical, yo no odio a los hombres ni creo que seamos superiores moralmente a ellos. A mí lo que me interesa mucho mostrar en mis minificciones y en este libro de Aves Negras es la manera en que las ideas nos conforman, con las que hemos crecido como sociedad son las que sostienen el patriarcado, las mujeres tenemos ciertas cosas que hacer, hay cosas que se esperan de nosotras sólo por ser mujeres. Hablo por las mujeres de mi generación, que todavía sentimos que hay roles que “nos tocan”. Cuando hago literatura a mí me interesa quitármelo a mí misma y compartirlo con mis lectores, que esas nociones son subconscientes pero que podemos quitárnoslas como quien se quita una calcomanía.
TM: ¿Cuál es tu perspectiva sobre la obra escrita por mujeres en este momento?
MG: El feminismo es un movimiento político, y muchas veces utilizamos la literatura como un medio de difusión para fortalecer el movimiento, como una especie de literatura comprometida, pero las que nos dedicamos a esto tenemos un amor igualmente profundo que es la creación artística. Yo tengo una novela sobre una alcaldesa que es corrupta, es que hay veces que nos apetece otras cosas. Lo trascendente es que esta literatura es protagonizada por mujeres fuertes, líderes, no las víctimas que van a ser rescatadas por el héroe, como todo personaje interesante y que interesa al lector y que lo puedas colocar en situaciones interesantes, pues lo tienes que dotar de personalidades complejas, difíciles, contradictorias. Si queremos rescatar la actualidad, situaciones vigentes, tenemos que dotar al personaje de maldad, la que demande la narración, eso también creo que es reivindicar la imagen de la mujer en el colectivo. A la protagonista de “Destiempos” yo no la pensé como una mujer “no buena” aunque le es infiel a su marido, yo la pensé como una mujer limitada desde el punto de vista de lo que para ella representa el amor, es una mujer de hoy, es una mujer independiente, que viaja sola, sin embargo, solo se siente amada si un hombre está con ella, por eso está atada a ese noviazgo largo que perdió el sabor y que se casa con el largo noviazgo, porque el matrimonio en su mente le está prometiendo experiencias que ella traduce como que las viven los seres amados, sin embargo, pues casarse no es sinónimo de sentirse amado. Cuando ella conoce al italiano y tiene esta aventura con él, él la halaga, le despierta la pasión, ella lo interpreta como amor, pero ahí no hay nada, ella lo siente, ella traduce las situaciones amores como sentirse amada. Ella comete infidelidad, pero no es que sea un tema de maldad, sino un tema de carencia.
TM: ¿Intentas hacer una especie de denuncia con tus textos?
MG: En Aves Negras todos los cuentos hacen una denuncia a diferentes cosas, las protagonistas viven circunstancias como consecuencias de haber crecido en una sociedad en la que no han sido formadas para que tomen las riendas de su vida, unas de dinero, una falta de autoridad sobre sus vidas, eso las lleva al sufrimiento al experimentar situaciones a las que llegan como hojitas arrastradas por el viento. Yo creo que los cuentos que más lo demuestran son “Redención” y “Destiempo”, no toman decisiones, carecen de herramientas, ellas están superponiendo ideas sobre el amor, otras cosas, antes que a ellas mismas. Gran parte del estereotipo que se tiene de la mujer se dio en la literatura a lo largo de los siglos que dibujó a la mujer como un ser pasivo que espera ser rescatada, al ser amado que le va a dar valía en el mundo, esa fue un poco la intención, al final unir el cuento de “Mujer Narrada” es por eso, luchar contra las imposiciones es una de las aportaciones que yo quisiera hacer al feminismo.
