Somos arquitectos de los paisajes que habitamos. Estamos en ellos acompañados de historia, de imaginación y de creatividad. En ellos proyectamos nuestra vida cotidiana que nos hace ser, estar y dar sentido a nuestras vidas viviendo en comunidad.
En este invierno inmerso en la pandemia mundial por la enfermedad producida por el virus SARS-CoV-2, viene al presente el proyecto Colectivo Comunitario de Fotografía de alcance nacional, realizado en importante número de municipios y comunidades del país, el cual fue promovido por la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal, siendo acogido con positivo consenso.
Este proyecto educativo, artístico y ambiental, se orientó a niñas, niños y jóvenes en situación de riesgo: “…con la finalidad de posicionar al arte y la cultura como herramientas para la transformación, cohesión y prevención social, contribuyendo a la reconstitución del tejido social en las comunidades vulnerables”, además del reforzamiento de la identidad y la generación de cultura de paz, mediante actividades formativas que desarrollasen valores universales y comunitarios, siendo conducidos por profesores locales, y gestionados por las instancias culturales de las entidades federativas.
Bajo este amplio paraguas, las niñas y niños fotógrafos del Colectivo de Fotografía Infantil los Pargas, enclavado en el Bosque de Cobos del Municipio de Aguascalientes, fueron beneficiarios de este programa.
A través de talleres, han sido creadores de nuevos paisajes y poéticas narrativas visuales. Les ha reunido el arte, la creatividad y la convivencia, para expresar un mundo no visto antes, nunca, por ser el propio, el interno, el que se materializa en celebración colectiva entre vida silvestre y humanidad, por medio de la imagen fija, que ofrece una original forma de apreciarla, interpretarla y traducirla, encargándose de comunicar con autenticidad lo que antes era invisible.
De esta manera el Colectivo, vive e invita a vivir el patrimonio al compartirlo, al tiempo que valora a la fotografía en su dimensión educativa como un recurso extra académico que diluye de tanto en tanto, las rígidas fronteras impuestas por el aula de la educación formal, proponiendo así una conexión en directo con el mundo material y social circundante, para propiciar experiencias significativas que se enlazan en directo con ellos para formar parte de sus vidas.
Este proyecto se ha dado en la comunidad Los Pargas con sitio en el bosque mencionado, en un contexto de protección, defensa y conservación de un bien patrimonial natural común a todos. En este lugar se encuentran involucradas distintas organizaciones ambientales civiles y la comunidad misma, quienes asincrónicamente con visiones y estrategias variadas de organización y objetivos, fomentan la cultura ecológica.
Por su parte la comunidad desempeña una sólida misión en la construcción de valores orientados hacia la convivencia y el entendimiento mutuo entre su población, y con las autoridades, lo que es posible apreciar a través del trato hospitalario que brindan a los visitantes a ese bosque espinoso, declarado parcialmente Área Natural Protegida Bosque Los Cobos-Parga, que se suma a las más de 145 mil hectáreas de jurisdicción estatal en el Estado de Aguascalientes y una federal, política pública que abriga la sugestiva interpretación de que nuestro patrimonio natural no solo es un trozo de tierra, sino el planeta entero.
Observa el clérigo Leonardo Boff, representante de la Teología de la Liberación, cristiana, que: “Una sociedad que decide organizarse sin una ética mínima, altruista y respetuosa de la naturaleza, está trazando el camino de su propia autodestrucción”.
Por esta razón, la comunidad donde viven los miembros de este Colectivo, es una área natural que potencialmente puede ofrecer entre otros servicios ecosistémicos, los culturales, esos pueden mirar a la naturaleza no como una mercancía, sino como un recurso que orientados hacia un modelo de economía solidaria, fomente el arraigo, y conduzca a la comunidad hacia el bien común, y a la inaplazable distribución equitativa de la hacienda, generada armónicamente con el entorno de manera sustentable, y de la observancia al respeto de los derechos humanos universales, para paliar las profundas desigualdades sociales aún presentes en nuestra sociedad.
Al respecto, los indicadores de la Secretaría de Bienestar de Gobierno Federal correspondientes al año 2019, señalan que en el estado de Aguascalientes viven alrededor de 400 mil habitantes en pobreza, de 1 millón 425 mil 607 personas, del total en el estado, de conformidad con el Censo de Población y Vivienda de 2020, (Inegi, 2021).
A nivel nacional y mundial hay muchos casos exitosos de emprendimientos que van más allá de la economía de subsistencia, con una perspectiva fincada en la autogestión, en el desarrollo local, la generación de ingresos, el empleo y el bienestar. Algunos son incluso de alcance global, exentos de aquella etiqueta despectiva impuesta a este tipo de modelo como productores de palanquetas.
Se requiere de un enfoque de actividades productivas con base en el buen vivir, en equilibrio y sincronía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, siendo prioridad el bienestar colectivo y el cuidado del medio ambiente, por encima de la generación de capital y en defensa de la propiedad conjunta, modelo que entra en oposición al capitalista, el cual produce desigualdad, inequidad social, marginación, explotación y depredación. La economía solidaria no proclama la extinción de ese sistema económico-social, es un recurso que puede aplicarse en ámbitos de marginación, que para el caso de Aguascalientes alcanza a la mitad de sus municipios con más de 50% de habitantes en pobreza. Los proyectos con fuente en el usufructo en la naturaleza, deben venir acompañados de una real prosperidad social en todos los ámbitos de la vida, de forma estructural y sistémica.
Se trata de estar en sincronía en la naturaleza, con ella, y no a pesar de ella, y en este caso particular, allegándonos de los beneficios no materiales que nos permiten la reflexión, el estar con uno mismo de manera espiritual, en tanto nos enriquece mediante el goce estético, el desarrollo cognitivo y el mutualismo, experiencias de aprendizaje que se llevan los infantes en su participación en este tipo de proyectos.
Es por eso que Bosque de Cobos-Parga en primera instancia, puede invitar al turismo de proximidad a apreciar su riqueza biocultural, sus recursos, en cuyos entornos y ecosistemas es posible encontrar una fuente de evocación para el arte, y para la tradición.
En la geografía es posible encontrar los elementos para la creación de símbolos identitarios de un país o de una región, por ejemplo, a través de la conjunción de la flora y la fauna con elementos abióticos. Como ocurre con la representación simbólica de la fundación de México Tenochtitlan, en la bandera mexicana; o la creación de lemas que definen a los grupos humanos, que les asocian y distinguen, como la sociedad aguascalentense entorno a una serie de atributos y valores: Tierra Buena, Gente Buena, Agua Clara, Cielo Claro.
En la diversidad, aflora la educación y la cultura que aconseja la toma de distancia con la folklorización reduccionista, que convierte el ser de los pueblos en una mágica mercancía que descansa en una visión eurocéntrica y colonial, la cual no ha logrado sustraer a los grupos humanos de la marginación, en la que históricamente han vivido, en países dependientes de las economías mundiales hegemónicas, cuyo modelo de producción y transferencia de estilos de vida con base en el mercado y el hiperconsumo, conducen a la crisis civilizatoria que enfrentamos, acentuando los principales problemas ambientales globales, que afectan de manera inequívoca a las sociedades pobres y vulnerables, a los pueblos originarios, o aquellos que viven concentrados en las viviendas dormitorio de las degradadas ciudades, a pesar de los programas y recetas impuestas por organizaciones para el desarrollo como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, que como institución financiera propone apoyar la recuperación de América Latina y el Caribe a través de la economía verde, con Soluciones basadas en la Naturaleza, siendo en el papel, su objetivo, la reducción de la pobreza y el impulsar el crecimiento sostenible permanente en la región, mediante el aprovechamiento del capital natural.
Son recursos también para este territorio, el turismo de naturaleza: los senderos interpretativos, la recreación, actividades al aire libre, el ciclismo o paseos a caballo, pues posee el sitio, en suma, un importante patrimonio paleontológico, arqueológico, histórico, así como de memoria y vida cotidiana.
Es, igualmente, campo fértil para realizar actividades al aire libre, senderismo, fotografía, dibujo y pintura de paisaje rural, ciclismo y muchas más, que permitan a los visitantes tener experiencias agradables e interesantes con el patrimonio, además de establecer conexiones íntimas en diálogo con la naturaleza, de forma empática, que aliente su cuidado y conservación estableciendo lazos de solidaridad y de convivencia con los portadores de esos patrimonios en la mencionada comunidad, en los que muy probablemente encontraremos a esas chicas y chicos haciendo de anfitriones.
Su alto valor desde el punto de vista de la biodiversidad, hace a esta zona un enclave para la vida silvestre en cercanía a la mancha urbana de la ciudad de Aguascalientes, registrándose alrededor de: “…67 especies de vertebrados (anfibios, reptiles, aves y mamíferos) y 125 especies de plantas (…), 25 especies son endémicas de México…”, entre estas se encuentra la biznaga, la planta conchita y el lagarto espinoso. Igualmente, este predio es hábitat para varias especies, algunas amenazadas que las ponen en riesgo como la musaraña desértica, el camaleón y el alicante; también se encuentran la tortuga casquito, la rana leopardo de Moctezuma, la víbora cascabel de cola negra, el gavilán de Cooper, el águila real, la lechuza de campanario, tejones, venados cola blanca, zorrillos y armadillos, entre otras. Un lugar especial lo tiene el murciélago trompudo en el área, la cual es una especie migratoria y amenazada que es clave para el ecosistema, por ser polinizadora de las plantas del Agave, que hace de estos, agentes biológicos, partícipes del proceso de producción de mezcal en Aguascalientes. (SSMAA, 2019).
Herencia patrimonial, vuelta repertorio de posibilidades bióticas y abióticas, materiales e inmateriales, dispuestas allí y de las que echan mano los miembros del Colectivo como fuente de estímulo y aprendizaje, para expresar mediante la fotografía seductoras sinfonías creadoras de nuevos mundos para la vida.
Es por ello que en esas regiones del clima semidesértico de Aridoamérica tiene lugar la polinización del territorio, en el que estas y estos pequeños artistas, son agua, sol, viento, flora, fauna, son el cosmos, a la vez que surcando los pliegues del paisaje cuidan comunitariamente de su entorno, donde el andar se convierte en obra de arte que construye el mundo que les rodea, y que como acción estética, utiliza a la naturaleza como medio de creación, siendo la misma Madre Tierra, la que modela sus vidas, la que estimula su sentido individual y colectivo de pertenecer a algo al emerger de los pliegues de sus campos, recreándose en el sube y baja de los suaves lomeríos que configuran la fisonomía de esos relieves donde se anclan sus hogares, sus escuelas, sus comunidades y su devenir.
Estamos ante el valor del arte en la percepción del lugar donde se vive. Es por esto que en particular la fotografía de este paisaje cultural, invita a vivirlo y a reflexionar sobre nuestra forma de relacionarnos con él, mediante prácticas artísticas participativas y colaborativas que generan apoyos con valor social en las comunidades.
Es de reconocer y valorar la autogestión y el compromiso del Colectivo, de los padres de familia, del involucramiento de los actores civiles ambientalistas y de la autoridad en materia ambiental, educativa, así como la cultural, estatales, que de manera sostenida han participado en la formación permanente e intensiva de los infantes sin exclusión, ya que sus programas alcanzan a la mayoría de los menores que habitan en la zona, a través de más talleres comunitarios de corte artístico que incluyen otros, como los de creación y comunicación a través de la radiodifusión infantil, exposiciones en galerías públicas de centros de enseñanza artística en la capital del estado, e incluso publicaciones editoriales que recogen la memoria de este proyecto que posee una sólida base social.
A cinco años del surgimiento del Colectivo, que arranca con el citado proyecto de inclusión social por medio de las artes, la naturaleza y vida cotidiana, éste continúa ejemplarmente activo.
Es así que, Esmeralda Guerrero, vocera del grupo, invita a la población a: “…conocer el área natural de Bosque de Cobos y nuestra bonita comunidad Los Parga, para que conozcan la flora y la fauna que hay y valoren lo importante que es cuidar la naturaleza; que valoren el lugar en donde vive cada persona y lo proteja y pues que también vengan a conocer cómo vivimos las personas de la comunidad los Pargas y vengan a probar nuestros riquísimos platillos mexicanos”.
Agrega: “Pues cuiden la biodiversidad de nuestro planeta y que recojan su basura al comer o ingerir alguna bebida, ya que la basura es muy dañina para nuestro planeta y nuestro ecosistema. Que los niños sigan estudiando y luchen por sus metas y sueños para que algún día lleguen a cumplirlos”.
Por lo que podemos decir que la gente del Altiplano, se reconoce en su diversidad cultural y natural andando y jugando en los paisajes de sus ancestros.
Coda: El colectivo está integrado por Esmeralda Guerrero Tiscareño de 15 años, Laura Ximena Carreón Martínez de 14 años, Erika Jazmín Carreón Martínez de 12 años, Emanuel Guerrero Tiscareño de 12 años, Alan Osvaldo Monreal de 12 años, y Karla Georgina Quezada, de 19 años.
Igualmente hacen una atenta invitación a vivir, conocer y participar en su próximo proyecto comunitario ambiental de fabricación artesanal de ladrillos, precisamente en las ladrilleras de su comunidad, el cual tendrá verificativo el sábado 13 de febrero de 2021. Informes: 4491891092 y 4492620434/
Febrero de 2021
/colectivocomunitariodefotografiaags