Estela Leñero Franco
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Teatrix es una plataforma digital donde se pueden encontrar diferentes tipos de obras de teatro. Tiene un formato parecido al de Netflix, en donde uno se inscribe de manera mensual o anual y elige dentro de una oferta medianamente amplia, clasificada por género: dramas, comedias, musicales y estrenos.
Dentro de la variedad de opciones, que en su mayoría son obras de teatro grabadas previamente en el teatro y que cumplen con una calidad básica visual en cuanto a la transmisión, nos encontramos con la obra que se estrenó en 2019 conmemorando el centenario de Amado Nervo (1870-1919): ‘El donador de almas’. Fue adaptada al teatro por Adrián Chávez y tiene como cabeza de reparto a Conchi León como el ama de llaves y a Miguel Conde como el médico.
Ambos, con gran calidad en su interpretación: Conchi León, en este juego de humor, ironía y fuerza contenida, y Miguel Conde, dentro de la formalidad, interpreta con aplomo a su personaje, mientras Santiago Stephanis encarna al donador de almas, y el personaje de Alda por Olivia Lagunas, además de Natalia Sosa y M’baia Marichal, que forman parte del reparto de esta transmisión digital.
Basada en un texto de Nervo con el mismo nombre, fue escrita en 1899. Se trata de un trabajo de escritura temprana, antes de que el poeta nayarita se adentrara por completo en el modernismo. Esta novela corta reflexiona alrededor del tema recurrente en la filosofía sobre la separación cuerpo y mente/alma y las diferentes formas en que puede mirarse esa disociación. Desde Ovidio, en ‘La Metamorfosis’, las almas buscan cuerpos donde habitar, y la dicotomía se observa desde el choque entre uno y otro al interior de un cuerpo, hasta la conciencia de la imposibilidad de esta fragmentación.
La adaptación de Adrián Chávez conserva al narrador externo de la novela, fragmentos del diario que escribe el médico, y diálogos que se desarrollan entre éste y el ama de llaves o el amigo que viene a hacerle un regalo y cambiarle la vida. Ellos mismos se convierten en la voz del autor describiendo el acontecer de sus personajes. Lo que hacen, lo que piensan, en los conflictos en que se encuentran imbuidos. Si bien los textos narrados en la dramaturgia son un campo de exploración actual, en esta adaptación las descripciones se vuelven pesadas, agotándose pronto el recurso.
Ro Banda, director de ‘El donador de almas’, conjunta los distintos elementos que juegan en el escenario y consigue transmitir una atmósfera de evocación y fantasía, apoyado por el diseño de arte de Sandra Garibaldi e Isaías Martínez. Dentro de una realidad tangible, desarrolla lo que el autor imaginó, esa posibilidad de que un alma conviva en el cuerpo de otro hombre y luego comparta su propio cerebro. La idea de la fusión y el deseo de un hombre que quiere ser amado por un alma femenina, se topa con la imposibilidad de lograrlo: el amor es un acto de libertad, y en la circunstancia en la que se encuentran, ella no la posee. El médico se enfrenta a su propia insatisfacción y son difíciles los caminos para superarla.
‘El donador de almas’, aunque no se viva la experiencia escénica, es una obra de teatro que rompe con la cotidianidad y nos invita a incursionar en realidades alternas e hipótesis de vida.