Los sistemas de salud en México durante las últimas décadas han sido más que deficientes. Entre la falta de personal y recursos, saturación del servicio, condiciones laborales terribles y otros muchos asuntos, el servicio que se proporciona en los centros de salud públicos no va de acuerdo a los estándares que la propia ley marca. Para intentar solucionar este problema, el gobierno de México ha creado el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), el cual tampoco ha logrado cumplir este objetivo.
Este Instituto comenzó actividades desde el 1 de enero de 2020, con el objetivo de ofrecer atención médica de calidad y de forma gratuita a toda la población mexicana. Los principios que rigen este organismo descentralizado de la Secretaría de Salud son la universalidad, inclusión e igualdad, sin embargo se ha encontrado con varios obstáculos para llevarlos a cabo. Uno de los más importantes son la falta de reglamentaciones para coordinar los esfuerzos de las diversas instituciones sanitarias, por lo que solo en los hospitales de la Secretaría de Salud el INSABI puede operar.
En México más de la mitad de la población no cuenta con seguridad social, de ahí la importancia que exista una forma de garantizarles atención médica. Al acudir a los centros de salud públicos de instituciones como el IMSS o ISSSTE se les niega la atención y descubren que deben cubrir los altos costos de sus medicamentos y tratamientos. Hasta el momento el INSABI no ha resuelto este problema.
Aunado a ello se encuentra la emergencia sanitaria que vivimos actualmente. Es cierto que la pandemia de COVID-19 trajo un grave desajuste a un sistema de salud que estaba sumamente debilitado. Esto ocurrió en México y todo el mundo, pues los recursos disponibles se volcaron casi completamente en prevenir y atender los contagios del nuevo coronavirus. Esta situación provocó que quienes necesitaran atenderse una enfermedad diferente no pudieran acceder a los hospitales, a pesar de lo que indican las leyes en cuanto el acceso equitativo y universal.
Hay quienes necesitan de una cirugía, medicamentos, tratamientos o simplemente una revisión para cuidar su salud, no obstante han tenido que esperar. Aunque es cierto que hay personas que han evitado acercarse a estos servicios por temor a infectarse del virus SARS-CoV-2, quienes acuden son rechazados y encuentran que solamente opera el área de urgencias. Incluso quienes van por una emergencia encuentran que el servicio es lento y los costos no están completamente cubiertos por el sector público.
Las normativas están dispuestas para que los servicios de salud provean de un servicio de calidad y gratuito, sin embargo estas no se cumplen aún. Entre las circunstancias de la pandemia, la falta de presupuesto y otros elementos estructurales, los cierto es que el INSABI poco ha hecho para cumplir sus objetivos. Es necesario que haya cambios profundos en los sistemas de salud en México para que la población tenga acceso a condiciones de vida dignas.