Pandemia, matemáticas y vacunación - LJA Aguascalientes
15/11/2024

APRO/Manuel Michelone

 

Hoy vivimos una pandemia que nadie siquiera podría haber imaginado hace poco más de un año. La epidemia se ha establecido en todos los países del mundo y los seres humanos hemos tenido que cambiar hábitos y costumbres para poder lidiar con un virus que no tiene aún un tratamiento específico y que está matando por miles a hombres y mujeres en muchas partes del mundo.

La posible solución a la pandemia radica en las vacunas, que a finales del 2020 se convirtió en la esperanza para salir del problema y que hoy ya tenemos en diferentes modalidades y técnicas. Vacunas rusas, chinas, estadounidenses, entre otras, son la promesa para un mundo son covid-19 o al menos, un mundo controlando a este terrible virus. Sin embargo, las propias vacunas también representan una serie de problemas. Veamos.

La pandemia requiere que las vacunas se inyecten a muchos millones de personas. Hablemos del caso de México. Tenemos aproximadamente unos 127 millones de personas en nuestro país. Suponiendo que sean unos 100 millones las personas que requieren ser vacunadas (los otros son menores de edad), se requerirán 200 millones de dosis, pues las vacunas parece ser, requieren inyectarse en dos dosis, en un lapso de 21 días.

De acuerdo al gobierno de López Obrador, ya se han hecho contratos con empresas como Pfizer, Astra-Zéneca y Cansino, por millones de dosis, pero nadie puede saber los números, pues están reservados los contratos por parte del Gobierno Federal. Hasta hoy, empezando el 24 de diciembre del 2020, se han recibido unas 500 mil vacunas de Pfizer. Esa cantidad no alcanza ni remotamente para pretender que la vacuna nos vaya a sacar de la pandemia. Más aún, Pfizer no mandará otro cargamento de medio millón de vacunas hasta el 15 de febrero porque –han aclarado– están adecuando sus plantas en Bélgica y eso les llevará varias semanas. Si a esto le añadimos la supuesta petición de la ONU para que los países que tienen ya contratos no acaparen la vacuna, entonces las dosis que México va a recibir, al aceptar la supuesta propuesta de la ONU de ceder vacunas a países pobres (como si México fuese país rico), se va a reducir a la mitad.

Reducir de medio millón de dosis a 250 mil por embarque, el cual llega cada semana, implica que México no podrá vacunar ni siquiera a todos los médicos que están en la 1a línea de acción contra el covid. Vamos, si se recibiese un millón de vacunas por semana, nos tardaríamos dos años en vacunar a los 100 millones de personas, lo que hace inviable todo el esquema de vacunación en el país. Pero las autoridades de salud mexicanas no parecen saber hacer matemáticas triviales, sumas y restas, para darse cuenta que el único plan aceptable es vacunar millones por día. Si se puede vacunar a un millón de personas cada día, estamos hablando de 3 meses y medio, tiempo que pudiese ser excesivo para las apremiantes necesidades de México.

Los cálculos matemáticos no parecen ser el fuerte de López Gatell y compañía, porque cuando quieren hacernos creer algo, apelan a “criterios técnicos”, aunque esto demuestre que simplemente no entienden nada de la ciencia de los números. El epidemiólogo se equivoca en muchas de sus decisiones, amén de que necesita un entrenamiento en matemáticas, porque no entiende que las mediciones por 100 mil habitantes o millón, para estandarizar contra otros países y hacer comparaciones, es útil en un sentido, pero falso en otro.

Por ejemplo, decir que San Marino tiene unos 900 muertos por millón de habitantes es una medida comparativa que busca estandarizar contra las diferentes poblaciones y fallecidos, pero la realidad es que San Marino no tiene 900 muertos por millón. Tiene sólo 42 muertos. López Gatell dirá que para su población, 34 mil personas, la división matemática le indica eso y se queda con ese dato. Pero repito, la realidad no es el número de una división amañada, es simple: 42 muertos (reales) es su reporte. México de hecho, ya tiene casi 5 veces más fallecidos que toda la población de San Marino. Esa es la verdad contra los índices matemáticos que usan para justificar lo mal manejada que ha sido la pandemia por las autoridades de salud de México.


Así las cosas. Tristemente México es el segundo país con más muertos y su esquema de vacunación no ha logrado inyectar más de 0.02 dosis por cada 100 personas. Al paso que van las cosas, seremos un país que no podrá salir de la pandemia pronto, como la mayoría de los países del tercer mundo porque –hay que decirlo– los países industrializados son los que primero serán vacunados, (y háganle como quieran).

No hay ninguna empatía con los países pobres y se entiende: si se tiene un problema como estos, primero buscaremos salvarnos nosotros y después ya veremos si ayudamos a los demás. El caso –para ponerlo con un ejemplo breve– es lo mismo que pasa cuando caen las mascarillas de aire en un avión que pierde la compresión. Ya lo indican las azafatas, primero el adulto se pone la mascarilla y después ayuda a los niños a ponérsela.

Da la impresión que el gobierno mexicano no sabe lo que está haciendo y tampoco dice la verdad. Todos los días se llenan la boca de lo bien que vamos, y probablemente sea así porque los miles de muertos por covid-19 no pueden ya hablar.


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