Así no - LJA Aguascalientes
23/11/2024

A menos de un año del proceso de renovación del ejecutivo estatal en Aguascalientes, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se empieza a mostrar falto de una estrategia para enfrentar este reto electoral, y comienza a dar muestras claras de ausencia de orden en la construcción de los acuerdos y consensos que le permitan afrontar de la mejor manera esta sucesión.

Si bien existen cuadros de este partido que de tiempo atrás han manifestado su interés por participar en la búsqueda de la candidatura priista a la gubernatura del estado, y que en un esfuerzo por mantener la “unidad priista”, se han reunido en reiteradas ocasiones para mandar señales de ésta, lo real es que existen una serie de muestras de que realmente se está lejos de alcanzar lo que ellos pregonan.

Infortunadamente el PRI, no ha querido entender que dejó ir el
momento adecuado para convertirse en un partido opositor beligerante
(en el concepto más acabado), y que éste fue posterior a los resultados
de la elección del 2007(independientemente de los factores que los
permitieron), y que esa era la oportunidad de actuar con inteligencia y
carácter en la recomposición de los espacios políticos en la entidad, y
que al tener la mayoría en el congreso local y varias presidencias
municipales, incluida la capital del estado, era la ocasión de generar
un contrapeso al ejecutivo estatal.

En las semanas recientes hemos seguido testigos de un inusitado afán
de varios de estos aspirantes priistas por granjearse la aquiescencia y
el reconocimiento del gobernador del estado, en lugar de tratar de
fortalecer su presencia y trabajo entre los simpatizantes y los
militantes de su partido. Parece que tácitamente aceptan que el control
político que tiene el jefe del ejecutivo estatal, y que así se ha
manifestado en los dos últimos procesos electorales en el estado, es la
piedra angular para concretar su aspiración, y que en el hipotético
caso de que el jefe del ejecutivo estatal, no pudiera poner al
candidato a la gubernatura en su propio partido, voltee hacia el
espacio del principal partido opositor y favorezca la candidatura del
PRI, y ellos sean los directamente beneficiados.

Parece increíble que los ánimos en el PRI se estén desbordando y que
tanto algunos de los aspirantes como personeros de ellos mismos,
enrarezcan el ambiente, ayudando así a que el Partido Acción Nacional,
visualice el proceso electoral con mayor confianza, dada la falta de
entendimiento y acuerdos entre los priistas. Una vez más, se aprecia
que la disciplina partidista en el PRI, solamente existe cuando el
ejecutivo estatal es del propio partido, y que al no ser el caso en
Aguascalientes, hablar de unidad, es sinónimo de simulación y engaño.

La unidad es un vocablo difícil de utilizar entre los grupos
priistas en esta entidad, ya que la mayoría de éstos, privilegian los
intereses personales y de grupo, sobre los de su instituto político, y
de esa forma inhiben los esfuerzos por afrontar los retos electorales
por venir de una manera sólida y conjunta.

Hoy debe quedarle claro a todos, que el gobernador del estado “trae
mano” para poner a los candidatos de Acción Nacional, no sólo a la
gubernatura del estado, sino a todos los cargos de elección popular a
elegirse el próximo año, y que operará en apoyo a los mismos. El
panorama pareciera no ser halagador para el priismo, pero si aún tiene
la esperanza de concitar la voluntad de sus compañeros en el ámbito
nacional, deberán reiniciar sus pasos hacia la contienda electoral del
2010, y permitirse como militancia, la posibilidad de llamar a mesura a
sus compañeros interesados en contender por la candidatura de su
partido a la gubernatura de Aguascalientes.

Ya es tiempo de que los miembros del Partido Revolucionario
Institucional hagan sentir su fuerza desde los espacios de poder que
tienen desde el 2007, y le abonen al proyecto de su partido, y conste
que dije proyecto, y no aspirantes, que se han olvidado de nueva
cuenta, que la construcción de la aspiración parte de la integración de
un proyecto y posteriormente, la definición de la candidatura, cuántas
veces no hemos escuchado, “primero el proyecto, después el candidato”.

Los priistas aguascalentenses deben entender que tienen un sinnúmero
de situaciones que los pueden posicionar hacia la elección del próximo
año, y uno de estos elementos es que en el comparativo histórico de los
resultados entre las administraciones estatales de uno y otro partido,
la diferencia es abismal a favor del Partido Revolucionario
Institucional.



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