Si alguien pensó que ya había visto todo en los procesos electorales en México, debe estarse sintiendo como un verdadero iluso, ya que la terrible irrupción de la Asamblea Nacional por el Voto Nulo y la propia del señor Fernando Martí con su propuesta (siempre en el anhelo de usar eufemismos) de un Pacto Nacional Ciudadano, en el que se encuadra su iniciativa de Mi voto por tu compromiso; han ocupado espacios en la campaña hacia la renovación de la cámara de diputados del congreso de la unión, que a fuerza de ser sinceros deberían estar siendo ocupados por los partidos políticos y sus candidatos.
Pero como siempre se ha dicho, cuando “existe un espacio, alguien siempre lo ocupa”, lamentablemente quienes han venido a ocupar estos espacios no son con todo respeto, quienes pueden coadyuvar a que se perfeccione la democracia en nuestro país, ya que sus iniciativas tienen mucho de juego de intereses con los poderes fácticos que hoy como nunca se sienten cómodos ante un gobierno federal que les ha cedido todo, hasta el grado de darles lo que ni siquiera le piden.
Difícil de creer que tras las propuestas del voto nulo y la propia de la organización México SOS, no se encuentren quienes sientan que sus intereses se han lesionado en los últimos meses, en especial cuando se revisa lo que se refiere a la idea de Martí y Cía., de “reintegrar a los ciudadanos sus derechos a expresarse libremente durante los procesos electorales”, que en primera instancia sólo beneficia a los empresarios que quieren seguir manipulando las conciencias de los telespectadores al poder pasar spots que tienen como único fin desvirtuar a todo candidato que no esté en complicidad con ellos, y que le reintegra parte del negocio de spots en tiempos electorales al duopolio televisivo, que no quedó a gusto con la reciente reforma electoral; por ello el desbordado interés de Televisa en dar a conocer la propuesta de este empresario.
Pero lo que más llama la atención es que los partidos políticos le sigan el juego a ambas propuestas, y si lo hacen es porque se saben mal calificados por la ciudadanía, que sigue esperando respuestas de los gobiernos de los diferentes partidos y propuestas de sus candidatos. O de qué manera entender que México SOS, diga que se va a revisar que los candidatos que suscriban la iniciativa Mi voto por tu compromiso, además de comprometerse ante notario público sobre los temas de seguridad y sobre todo “disminuir los índices de impunidad, relacionados con el secuestro, extorsión, robo y homicidio”, lo deberán hacer de manera personal, y no por estar contemplado en la plataforma electoral de sus partidos; qué manera de ignorar olímpicamente a los institutos políticos que postulan a los candidatos, porque por mucho que se diga, estos tienen afinidad ideológica (aunque esto también tristemente no es una constante) con los postulados de los mismos partidos.
No quiero parecer escéptico pero creo que los esfuerzos de Alejandro Martí, sin dejar de ser legítimos, están siendo utilizados por algunos personeros de la vida política y empresarial, que no dejan de pensar en la posibilidad de fraguar en el mediano plazo, un fenómeno mexicano parecido a Berlusconi, que sería aún más lesivo para la vida nacional, que la actitud que asumen muchos de los partidos políticos, de pensar que “no pasa nada”.
Por lo pronto, considero que los mexicanos debemos acudir a las urnas el próximo 5 de julio y sufragar por alguno de los candidatos, ya que de esa manera tendremos a quien pedirle cuentas, cuando no se apeguen a lo que prometieron en campaña.
Sin el ánimo de ser reiterativo, quiero señalar lo que ya en otras entregas he manifestado, el sistema de partidos políticos en México, está seriamente cuestionado y desacreditado, pero en tanto no modifiquemos los instrumentos y los esquemas de candidaturas a puestos de elección popular, sería oportuno, que recordáramos lo que Javier López Moreno (a la sazón gobernador interino de Chiapas) escribió en su libro Las elecciones de ayer, hoy y mañana, “nuestra democracia no es perfecta, pero hay que luchar porque sea perfectible y no para que deje de ser democracia”. n