Frank Underwood, el personaje que encarna el brillante Kevin Spacey en House of cards, considera que “la democracia está sobrevalorada”, la irrupción de la turba trumpiana en el Capitolio nos recordó que para los estadounidenses así es.
Donald Trump convocó a sus seguidores a las afueras de la Casa Blanca para la marcha Salvar a EU, ahí, encendido, los alborotó: “No cederemos nunca, nunca concederemos”, les dijo a los miles de manifestantes que reunió “Detendremos el robo”, y los abandonó a su delirio. La turba se dirigió al Capitolio para interrumpir una sesión usualmente de trámite en el que el Senado y la Cámara de los Representantes ratifican los resultados de la elección.
Acostumbrados a las producciones de cine en que los cuerpos de seguridad que protegen a los legisladores estadounidenses son una élite conformada por máquinas de matar, robots dispuestos al sacrificio, a todos sorprendió la facilidad con que los seguidores de Trump hicieron a un lado a la policía del Capitolio e interrumpieron el trabajo legislativo.
Las declaraciones posteriores de Donald Trump lo pintan como el miserable que es, ante los enfrentamientos con gases lacrimógenos, la irrupción en oficinas de legisladores, el todavía presidente insistió en el fraude electoral: “Conozco su dolor y sufrimiento, ha habido una elección que nos han robado, fue una elección ganada con diferencia, y todos lo saben, especialmente el otro lado”, en que le habían arrebatado la victoria, “Es un tiempo muy duro, no ha habido otro momento en el que algo así haya podido suceder, que nos puedan quitar a mí, a ustedes, a todos, en una elección fraudulenta”, y para justificar los desmanes agregó en un segundo mensaje: “Estas son las cosas y acontecimientos que ocurren cuando una victoria sagrada y abrumadora es arrebatada de forma agresiva a grandes patriotas que han sido tratados de forma mala e injusta durante mucho tiempo. Vayan a casa en paz ¡Recuerden este día para siempre!”. El delirio.
Algunos se apuraron a calificar de golpe de Estado la sublevación de los trumpistas, pero eso fue una insurrección, un movimiento contra lo que creen que encarna la autoridad, movidos por la chabacanería de series como Designated survivor, los trumpistas creyeron que bastaba espantar a las personas para que las instituciones se modifiquen y reelijan a Trump; no ocurrió así, nos guste o no el modelo democrático estadounidense, a pesar de todos los cambios o reformas que requiere, se fundamenta en la institucionalidad antes que en el capricho.
Al reiniciar la sesión, Mike Pence lo recordó dirigiéndose a los trumpistas: “A quienes desataron hoy el caos en nuestro Capitolio: ustedes no han ganado. La violencia nunca gana. La libertad siempre gana. Y esta sigue siendo la casa del pueblo”, el número dos de Donald Trump condenó la violencia, se dijo de luto por las vidas perdidas en el ataque (un reporte nocturno mencionaba cuatro muertos) y finalizó su discurso con un “volvamos al trabajo”.
Los senadores que se oponían a ratificar el triunfo de Joe Biden, ante las manifestaciones de violencia, decidieron hacer de la sesión un trámite y ya no objetaron más para permitir finalizar con la sesión y concentrarse en lo más difícil a partir de este momento, ¿cómo contener la idiocia de Donald Trump cuando todavía faltan dos semanas de su gobierno?
Algunos congresistas ya están pensando en destituir a Trump invocando la Enmienda 25, que establece que el vicepresidente, con una mayoría del gabinete o con un órgano constituido específicamente por el Congreso, puede destituir al presidente si se determina que es incapaz de cumplir los poderes y deberes de su cargo.
En una democracia como la estadounidense, un simple llamado a volver a trabajar puede fortalecer a las instituciones, poner fin al trumpismo a través de la aplicación de la ley, este es el fin que merece Donald Trump; el movimiento radical que lo acompaña, a los insurrectos, no será tan sencillo detenerlos, habrá que confiar que esos millones que se dejaron embelesar por el canto rabioso se detengan ante el llamado de la ley.
Coda. Finalizo con otra cita de Frank Underwood: “Momentos como este requieren de alguien que actúe. Que se atreva a hacer lo desagradable. Lo necesario”, dicho por quien mientras sacrifica a un perro atropellado, se justifica indicando que “Hay dos tipos de dolor. El tipo de dolor que te hace fuerte o inútil. El tipo de dolor que sólo es sufrimiento. No tengo paciencia para las cosas inútiles”.
@aldan