Confieso que soy aficionado a las listas de libros. En particular, espero listas de los mejores libros del año, y lo hago quizá para saber si algo interesante he pasado por alto de las mesas de novedades de mis librerías favoritas los meses anteriores. Esperaba cada año la lista del gran Sergio González Rodríguez en Reforma, y aún espero ansioso la lista de los mejores libros de filosofía que publica Nigel Warburton en The Guardian. Algunas veces he escrito listas también, todas bastante malas y sesgadas, que han encontrado por desgracia algún espacio público para ser difundidas. Dejé de hacerlo dado que me encuentro incapaz de seguir el tsunami de publicaciones anuales, y dado que mis lecturas cada año se centran más en mi trabajo y no en el placer mismo que da el acto solitario e imaginativo de la lectura. Dado que no todo en la vida es leer, agoto mi tiempo y mis ojos casi de manera exclusiva en artículos académicos de mi especialidad, y poco o nada me queda para leer una novela, una colección de cuentos o un ensayo literario en un sillón cómodo y sin el ordenador para hacer notas a un costado. Así que les ahorraré el mal trago a las y los lectores de publicar una nueva lista mala y sesgada, y simplemente recomendaré la lectura que hice por placer que más me significó en 2020.
Las cosas como son y otras fantasías, que lleva por subtítulo Moral, imaginación y arte narrativo, es un profundo e imaginativo ensayo literario con el que Pau Luque, filósofo catalán radicado en México, ganó el Premio Anagrama de Ensayo 2020. Luque es un filósofo del derecho y de la moral adscrito al Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, cuyos intereses profesionales conectan sólo de manera subrepticia con este ensayo literario. Pero no hay que confundirse: a Luque le interesan, tanto en su faceta académica como literaria, las distinciones sutiles, las múltiples y variopintas aristas de la acción humana. Sus mayores enemigos parecen ser el reduccionismo simplista y la categorización maniquea. En la filosofía del derecho esto es claro: no es lo mismo un homicidio en primer, segundo o tercer grado, como no se atribuye responsabilidad por nuestros actos a rajatabla. Los animales humanos hemos elaborado un finísimo aparato conceptual para hacer esto de manera más precisa: hablamos de excusas, atenuantes, negligencias, omisiones… Atento lector de Bernard Williams, Luque pareciera usar métodos entomológicos para elaborar finas distinciones que nos permitan tener una mejor comprensión de las acciones humanas y, con ello, que logren ampliar nuestra comprensión y nos hagan progresar moralmente.
El tema de Las cosas como son y otras fantasías pareciera ser la compleja relación entre la moral y el arte narrativo. Inmersos en la cultura de la cancelación, Luque nos pide detenernos por un segundo. A diferencia de nuestras preciadas fábulas, donde el mensaje moral se transmite digerido y a bajo costo, existen obras que nos exigen más como lectoras y lectores. El costo de esta exigencia es presentar a personajes complejos, cuestionables en un sentido moral, pero que nos permiten profundizar en nuestra comprensión moral. Estas obras tendrían como objetivo derrotar nuestra tendencia maniquea de juzgar algo como bueno o malo simplemente, y ahondar mucho más en la riqueza y podredumbre humanas. En palabras de Luque: “…cuando se trata del reino de la ética o la moral, a diferencia de otras dimensiones de la experiencia humana, muchas veces no importa lo que uno quiera y sí en cambio lo que uno necesita. Y lo que en multitud de ocasiones uno necesita es que lo convoquen a una tormenta, que lo obliguen a reconsiderar lo que daba por descontado, que lo fuercen a sentirse incómodo, que lo constriñan, sí, a repudiar sus sentimientos más primitivos y a abrazar sentimientos más complejos y contradictorios haciendo que imaginemos los puntos de vista de personajes siniestros, crueles o peligrosamente apáticos”.
En compañía de la obra de Nick Cave, Iris Murdoch y Vladimir Nabokov, así como de otros dispositivos narrativos como el cine, Luque teje con una prosa limpia y elegante un ensayo ante todo necesario: para combatir las nuevas olas del neopuritanismo, para abrir el panorama moral, para ampliar nuestra comprensión y para refinar nuestra imaginación. Con Las cosas como son y otras fantasías, Luque ha convocado también una tormenta necesaria.