Definido como el arte escénico más completo, la ópera, es una de las más bellas expresiones artísticas que enlaza el canto, la música y la actuación y que nos cuenta una historia al igual que el teatro, pero en la que los participantes desarrollan la acción escénica de manera cantada, acompañados por una orquesta o grupo musical, y en la cual también participan coros y en ocasiones, grupos de danza. En la ópera, esta definición de totalidad se da al integrar en ella a la música, el teatro, la danza, la literatura y las artes visuales.
Hoy en día, lamentablemente mucha gente al oír la palabra ópera, lo asocia al estereotipo de la señora gorda que da gritos y a un canto que en general de inmediato se asocia con música larga, tediosa y aburrida, pero la historia nos enseña que no siempre esto ha sido así. El gran investigador teatral Edgar Ceballos, director de Escenología A. C., nos narra en sus libros sobre la historia de la ópera en México, como ésta ha tenido sus épocas de oro, como lo fue en el primer cuarto del siglo veinte, tiempos aquellos, en que cada función, era todo un acontecimiento social, muy esperado y disfrutado y que generaba no pocas veces en los cafés, en la calle y en los trabajos, apasionados debates entre sus seguidores; era todo un fenómeno social y cultural que incluía a grandes sectores de la población sin importar su condición social, era un espectáculo masivo que reunía en una función a miles de personas, como las representaciones por ejemplo de una Aída de Verdi en la Plaza de Toros de la Condesa.
En la época actual, y en particular en Aguascalientes, el gusto por la ópera está presente, esto lo podemos afirmar a partir de la experiencia de casi seis años de actividades del Club Amigos de la Ópera, que inició en el año 2003 a iniciativa del Dr. Arturo Castellano Villaseñor, gran conocedor de este género escénico, debido al interés de un grupo de gustosos por escuchar y ver óperas de manera comentada y que desde entonces forma parte del programa “por la formación de públicos en las artes y la ciencia” del Foro Cultural La Musa A. C.
Desde sus inicios, el club ha tenido un intenso trabajo, en el cual, además de las sesiones ordinarias de cada mes, ha desarrollado diversos trabajos, con lo que se ha acercado la ópera a un mayor número de personas. Entre estas actividades se tuvo la presentación de Coral Divertimento, agrupación de voces con una importante trayectoria internacional; la realización de talleres de apreciación de la ópera; conferencias como la intitulada Divertiópera, especialmente preparada para introducir a los niños en el mundo de la ópera; Las voces humanas, para mostrar al público las diferentes voces y la charla Una experiencia en la formación de públicos en la ópera, impartida ante promotores culturales en el Distrito Federal, como un ejercicio de reflexión en la formación de públicos; y son de destacar las exitosas sesiones extraordinarias que se dieron previo a los montajes de óperas presentadas en el Teatro Aguascalientes, como: Misa de Réquiem de Verdi; Madame Butterfly de Giacomo Puccini y El Barbero de Sevilla de G. Rossini, a las cuales asistieron en cada ocasión más de 100 personas.
Otra actividad fundamental en el club ha sido, el dar a conocer a cantantes, compositores y directores; de manera relevante se ha enfatizado el escuchar a los grandes cantantes mexicanos como Francisco Araiza, Ramón Vargas, Irma González, Oralia Domínguez, José Mojica, Jesús Suaste, Rosendo Flores, Rolando Villazón, Olivia Gorra y Lourdes Ambriz, entre otros.
El principal objetivo de Club Amigos de la Ópera, ha sido fundamentalmente acercar a un mayor número de personas a la ópera. Así, mes a mes, a lo largo de estos años se ha observado como el promedio de edad de los asistentes a las sesiones ha descendido, y se ha incrementado el número de jóvenes, a partir del año pasado entre los asiduos asistentes hay niños encantados de escuchar a la señora o señor que canta “bonito”. Podemos afirmar que existe un público gustoso de este género en nuestra ciudad y que espera ansioso una puesta en escena, por no decir una temporada que ya serían palabras mayores.
En este marco de formación de públicos en la ópera, es de destacar la presencia en estos días en Aguascalientes de la joven y talentosa mexicana Enid Negrete, Dra. en artes escénicas por la Universidad de Barcelona, cuya trayectoria es destacada en el mundo de la ópera y del teatro. Aún recordamos con mucho gusto las sabrosas y apasionadas charlas que dio el año pasado sobre la ópera del siglo veinte y su experiencia en la producción escénica de la ópera La Gazzetta de Rossini en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, en donde trabaja, nada más y nada menos que con el premio nobel de literatura, el dramaturgo italiano Dario Fo. En esta ocasión, su estancia en Aguascalientes será para impartir un curso en el Instituto Cultural de Aguascalientes, sobre “La construcción del espectáculo”, dirigida a profesores y estudiantes avanzados con obras en proceso de creación de teatro y danza en nuestro estado.
Y para los amantes y gustosos de la ópera del Club Amigos de la Ópera y quién quiera estar presente, compartirá sus experiencias para “Ver la ópera”, y como público entender los elementos escénicos que están presentes en una puesta en escena operística para su mejor comprensión y disfrute. Enid Negrete nos dice que “la ópera de nuestro tiempo, a diferencia de lo que muchos pueden creer, no excluye a nadie. Hace cuatrocientos años que está entre nosotros, y ha generado cualquier cantidad de fuentes de trabajo, de momentos inolvidables, de obras maestras, de progresos teatrales, musicales, dancísticos, actorales. La ópera no te pide tener conocimientos previos, ni gran cultura, todos pueden al final quedar enamorados de ella y nunca saber qué es lo que dice exactamente un dúo o un aria, incluso hay niños que se enamoran irremisiblemente de ella sin los más mínimos antecedentes. Un milagro que siempre nos dará una sensación que va más allá de lo que podemos decir, más allá de lo que racionalmente creemos o pensamos. Porque esa es la clave de la ópera: la posibilidad de llegar ahí a donde la palabra ya no pudo y el silencio se vuelve insoportable. Ahí donde el mundo se vuelve sensaciones. Ahí donde, de vez en cuando, somos lo que realmente queremos ser”.