Los gatos han sido compañeros de la humanidad desde hace muchos siglos. Desde la antigüedad, cuando se acercaron a los graneros y huertos, estos animales han sido parte importante de nuestras vidas y nosotros de las suyas.
Muchas personas que viven con gatos establecen fuertes vínculos emocionales con ellos, aunque en realidad no se pueden llamarse dueñas de los mismos. Los gatos son animales independientes, van y vienen de sus hogares, a veces ausentándose por horas, y para muchas personas su comportamiento es difícil de descifrar. Incluso, si alguien se acerca demasiado, es probable que el gato huya aunque se trate de alguien que conoce.
Al estudiar el comportamiento de estos animales en sus hogares, se ha descubierto una forma en la que se comunican con las y los humanos. Si te acercas cuidadosamente y parpadeas, es probable que el felino te responda con un parpadeo. Esta conducta es el equivalente a una sonrisa, en la que el gato establece comunicación con nosotros.
Quienes viven con un gato saben que en realidad este animal es el dueño de la persona, o al menos así actúa. Cuando se acerca para restregarse, lo que hace es marcar su territorio que luego reconoce por el olfato. De todas formas, no se puede negar el vínculo especial que existe entre la humanidad y los animales de compañía.