Según la Real Academia Española, la palabra “trivial” se refiere a aquello “que no sobresale de lo ordinario y común, que carece de toda importancia y novedad.” Trivial puede también referirse al lugar donde se unen tres caminos, que era precisamente donde la gente sostenía conversaciones intrascendentes, pero a fin de cuentas, necesarias para la vida, para hacer más llevaderas las preocupaciones cotidianas. Fue en ese ánimo que hace días un grupo de amigos iniciamos en línea una discusión casi religiosa sobre las dos bandas del título de este artículo, incitada por el artículo de Jorge Álvarez Maynez del pasado 3 de mayo, titulado “Los Stones y el camino a la juventud”, publicado en este diario; discusión que era ya connato de guerra semanas antes, en proverbial charla de café con el mismo Jorge y Edilberto Aldán donde, alguien, ya no recuerdo quién, lanzó una piedrita caliente: ¿quién es la mejor banda de rock de todos los tiempos, los Beatles o los Stones? Desde ahora pido perdón a los fanáticos de U2, Pink Floyd, Led Zeppelin, Bruce Springsteen y Grateful Dead por no invitarlos a la discusión, pero deben de entender que esas dos bandas son como el ying y el yang, el capitalismo y el comunismo, la nieve de vainilla y la nieve de chocolate, Santa Claus y el niño Dios; más allá, todo lo demás es accesorio.
Ya desde la década de los 60, los programas de radio de la BBC y algunos canales de televisión recogían opiniones encendidas de las niñas gritonas de la calle, dardos envenenados para el otro clan, sobre quién era mejor grupo, si los de Liverpool o los de Londres. Y la decisión entonces tenía mucho que ver con el pelo rubio de Brian, más bonito que el trapeador que traía George en la cabeza; o la sonrisa de Paul, más encantadora que la máscara hostil que era Bill Wyman. Hoy la decisión ya no podríamos tomarla según los encantos físicos de Jagger o McCartney, los dos tienen más de 60 años. Ni modo. Habría más bien que oir los discos, mirar los conciertos, analizar las letras de las canciones, detectar sus huellas digitales en la música contemporánea y ver los fríos números: las ventas de discos, los ingresos, los números unos, que son un reflejo, aun defectuoso, de sus aciertos.
Lo curioso es que la rivalidad de sus seguidores, hasta la fecha, no corresponde a la relación que llevaban las dos agrupaciones. Las bandas fueron amigas y hubo múltiples puntos de contacto. Los Fab Four fueron a sentarse a uno de los primeros conciertos de los Rolling para apoyarlos, y luego les vendieron una canción, I wanna be your man. Asistían a fiestas juntos. Bill Wyman se queja en su autobiografía de que Paul le bajó una de sus novias jugando a los “piecitos” debajo de la mesa. Los Stones aparecieron en la portada de Sgt Pepper´s de los Beatles junto a un mensaje simbólico y tierno (Welcome the Rolling Stones, o sea, reciban a los Rolling Stones cuando nosotros nos hayamos ido); en 1967 Jagger apareció cantando en el video de los Beatles All you need is love. Ese mismo año, John y Paul correspondieron el gesto grabando una canción con los Rolling (el sencillo We love you). Más adelante, Brian Jones de los Rolling tocó el saxofón en You know my name de los Beatles y Lennon asistió a la grabación del especial musical Rock´n´Roll Circus de Jagger y compañía. Difícilmente era una relación de enemistad. Claro que estaban por debajo los comentarios envidiosos. George Harrison decía que todo lo que hacían, en seguida llegaban los Stones y lo copiaban. No le faltaba razón. Los Beatles usaron por primera vez el sitar, un instrumento hindú que luego todos copiaron, en la canción Norwegian Wood, aunque de manera muy tímida y pueril. En seguida, los Stones grabaron su célebre Paint it black, también usando ese instrumento, y le enseñaron a toda una generación cómo tocar el sitar en una pieza de rock. Tres años después, los Beatles sacaron su álbum blanco, de portada totalmente blanca, lo cual fue una novedad; en seguida los Rolling sacaron su propio disco con portada albina (Beggar´s Banquet). Luego, Paul compuso una bella melodía titulada Let it be (Déjalo ser, deja que las cosas tomen su curso), y los groseros Stones contestaron con otra llamada Let it bleed (Deja que sangre, deja que salga la pus y a ver cómo nos va). Y claro, siempre había uno que lo hacía mejor. Los Beatles fueron geniales con su psicodélico Revolver, mientras que los Stones la regaron con su Between the Buttons. Los Beatles sacaron canciones que echaron a perder con coros sinfónicos, como Accross the universe; tan las echaron a perder, que las nuevas ediciones de sus álbums remueven los infames coros. En cambio, los Stones acertaron donde aquellos fallaron y crearon, también con coros, el clásico You can´t always get what you want.
Me acerco rápidamente al final del espacio asignado en esta página y, sin tomar partido todavía, propongo algunos criterios para orientar la discusión sobre cuál banda fue mejor (creo que habríamos de limitarnos al período 1963-1972, que es hasta donde se extiende el legado Beatle), para que, donde siga la charla, en Facebook, en el café o en La Jornada, sea más informada, más apegada a lo que debe de ser una banda de rock, y si se puede, menos guiada por las pasiones (¿cómo hacer tal cosa hablando de música?). Y si se puede, seguir con estas charlas triviales.
Ventas de discos y entradas al Número Uno. Los Beatles han vendido cerca de mil millones de álbums y han estado unas 40 veces en el número uno. Ganan los Beatles.
Actuaciones en vivo. Los Stones fueron (son) una de las mejores bandas en vivo. Encendían el escenario, provocaban motines, tocaban como endemoniados (escuchar Get yer ya-ya´s out), mientras que los Beatles sonreían y daban brinquitos. Ganan los Stones.
Legado cultural e histórico. Los Stones son la quintaesencia de la banda de rock, Keith Richards es el prototipo del rockero, pero los Beatles trascendieron la música, influyendo al arte, el diseño gráfico, la moda… Ganan los Beatles.
Letras. Aunque los Beatles tienen letras enigmáticas (I am the Walrus) y algunos bellísimos poemas (Eleanor Rigby), los Stones fueron críticos sociales (Street fighting man), agudos observadores (Mother´s little helper) y en general tenían más vena literaria (Shine a light). Ganan los Stones.
Sonido e innovación. Aunque los Beatles no fueron grandes instrumentistas (los Stones sí), fueron más innovadores. Exploraron todos los estilos musicales, integraron con acierto recursos de la música clásica, arriesgaron todo y casi siempre les salió bien. Los Rolling tenían a Brian Jones. Los Beatles a McCartney. Ganan los Beatles, pero por un pelito.
Devoción y actitud. Los Beatles se cansaron rápido del rock, y cuando lo hicieron, sonaban inofensivos, aun tocando Hey Bulldog o Helter Skelter. Los Stones son la encarnación del rock´n´roll (Rocks off, Brown sugar), desafiaron la autoridad, mostraron una resistencia heróica y sentron los parámetros para los que siguieron. Ganan los Stones.
Voz. ¿Qué es una banda de rock sin un gran vocalista? Descartados Lennon y Keith Richards (nunca fueron grandes vocalistas), nos quedan Jagger y McCartney. Jagger (Let it loose) tiene una de las voces más extraodinarias del rock, sus cuerdas vocales parecen haber sido diseñadas para el género. Paul McCartney (Hey Jude) tenía una de los timbres más hermosos y extraordinarios de la creación. Empate técnico.
Influencia en la música contemporánea. Los Beatles fueron únicos, aunque hayan tenido cientos de imitadores. Sin embargo, hoy casi nadie querría sonar como ellos. En cambio, es difícil encontrar una banda después de los 70 que no haya sido influida por los Rolling. Led Zeppelin, Sex Pistols, Aerosmith, Nirvana, White stripes, Black Crowes, Springsteen, todos han reconocido el legado de los Stones en su música. Ganan los Stones.