Aun cuando es ampliamente conocida la leyenda hecha cuento por los famosos hermanos Jacobo y Wilhem Grimm, no es ocioso recordarlo brevemente: se cuenta que hacia el año de 1284 la ciudad de Hamelín (Alemania) se encontraba infestada de ratas y no había modo de librarse de ellas. La población desesperada habiendo hecho toda clase de suertes para librarse de la plaga, no tuvo mas remedio que ofrecer recompensa a quien lograra eliminar a las ratas; entonces apareció un hombre que se ofreció a tal tarea, previo acuerdo del pago.
Este hombre sacó de sus pertenencias una flauta y comenzó a ejecutar una música algo extraña pero que provocó que empezaran a reunirse en torno a él las ratas del pueblo, habiendo salido de sus escondrijos. Una vez reunidas todas, se dirigió a las afueras del pueblo, seguido de los roedores. Llegó al río Weser y todas las ratas que lo seguían se ahogaron.
La segunda parte del cuento, poco considerada y algo olvidada, se refiere al momento que el anónimo flautista regresa a cobrar la recompensa ofrecida y los pobladores, ya liberados de la plaga, se niegan a pagarle lo pactado. Se retira de Hamelín molesto por tal actitud, no sin antes amenazar con volver y buscar venganza por el agravio cometido contra su persona.
Tiempo después regresa y sin más, comienza a tocar su flauta y ante el encanto de la música, se empiezan a reunir los niños del pueblo y los conduce a las afueras de donde nunca más regresaron. Hay algunas versiones editoriales que afirman que los liberó una vez que cobró el adeudo que se habían negado a liquidar.
Hasta aquí la síntesis de cuento infantil. Regresamos a la cruda y terca realidad que nos agobia cada día más en nuestro ánimo y en nuestro bolsillo.
Circula en la red un comunicado sin firma que expone lo siguiente: los coordinadores de las fracciones parlamentarias del PRI y del PAN en el senado de la República, Manlio Fabio Beltrones y Gustavo Madero, respectivamente, han acordado permitir a los senadores por Aguascalientes, Carlos Lozano de la Torre y Rubén Camarillo Ortega, PRI y PAN, en ese orden, que voten en contra del dictamen de la Cámara de Diputados en cuanto a la propuesta de incremento en impuestos.
Lo anterior dado que ambos senadores han mostrado sus intenciones de contender por la gubernatura en el ya cercano 2010 y se encuentran en abierta campaña (sin el pre) y votar en contra del dictamen aumentaría la preferencia de los electores hacia sus personas.
Previo a la decisión, tiraron tinta los diarios al mostrar, en sendas conferencias de prensa de ambos pre candidatos, “su comprometida defensa de la economía popular, sobre todo de la clase más vulnerable y actuar conforme al mandato de los ciudadanos” (el entrecomillado es mío, pero las declaraciones son de ellos). Dicen los dos entender los apremios de la población agraviada y disminuida en su nivel de vida por la crisis imperante y que no soportaría una carga adicional.
Premonitoriamente, el comunicado recibido coincidió con el sentido del voto de ambos senadores aunque habrá de analizar los detalles en cuanto a las aceptaciones y rechazos de la propuesta hacendaria en lo general y en lo particular, modalidad que queda algo nebulosa al momento de las explicaciones.
También ambos coincidieron en omitir en sus declaraciones el porqué se mantienen los privilegios de las grandes corporaciones del país o porqué fueron intocados los regímenes especiales o porqué se aprueban otros impuestos que no captaron la atención general como el famoso IDE, que se incrementará un 50 %.
Los dos senadores fueron secretarios de desarrollo económico del estado en diferentes sexenios, es más, uno sucedió al otro en la primera alternancia de gobierno estatal. Las diferencias en la forma de ejecutar el cargo han sido diluidas en el discurso actual. Baste recordar sus enfrentamientos mediáticos durante el sexenio pasado. Ahora los une un discurso similar así como sus intenciones al futuro.
El sentido del voto de los dos, no cambió la resolución final de la cámara de senadores. Se aumentará el IVA, el IDE, el IEPS y aparentemente se elimina el impuesto a las comunicaciones. Los panistas se muestran echados para adelante asumiendo, según ellos con valentía y compromiso el costo político y los del PRI, creyendo captar simpatías de la sociedad, medrosamente se abstienen de votar como si no fuera su responsabilidad; siguieron la lógica del yo no fui, fue teté.
Buena falta les hace a los políticos que aspiran a cargos, de los que están brotando hasta de las alcantarillas, que se acerquen a la gente de la calle pero sin zanahorias, como ciudadanos comunes, sin prestar servicios gratuitos de consulta médica o asesorías legales, sin despensas ni tamales y se darán cuenta que toda su parafernalia mediática de nada sirve. Se darán cuenta que la población anda buscando un flautista que limpie de ratas el estado.
Al cierre: como si no tuviéramos suficiente con la ley de ingresos y presupuesto de egresos federal, debemos estar atentos a las similares en el estado. Pequeñas réplicas de lo nacional pero aldeanas se avecinan.
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