La mentira como forma de vida (1a parte) - LJA Aguascalientes
23/11/2024

ace unos días, releí un artículo de Hans Kung que denominó ¿Está justificada la mentira en política? (El País 15/05/2008), que volvió a llamar poderosamente mi atención, sobre todo por la gran cantidad de información contradictoria que recibimos del gobierno federal y estatal, así como por la guerra de declaraciones desatada entre los principales partidos políticos del país, con motivo de  las campañas políticas que actualmente se desarrollan para elegir a nuestros diputados federales ante el Congreso de la Unión.

Además de ese artículo, me encontré con el libro de Sara Sefchovich, El País de mentiras (Editorial Océano), que vino a reforzar  mi inquietud y la necesidad de hacer algunas reflexiones sobre nuestra triste realidad, somos un pueblo que venera la mentira y que poco a poco la estamos usando como una forma normal y cotidiana de vida,  lo cual me parece aterrador.

Esperé encontrar en ambos escritos alguna idea, razón o circunstancia que me ayudara a reflexionar sobre la capacidad que tiene el ser humano para mentir, sobre todo en el ámbito público, ya que me parece una perversidad  que todavía nos dejemos llevar por  la creencia de que una mentira, dicha cien veces, se convierte en una verdad.                                                                                                                                                 

Por ello, contrastaremos algunas ideas con la realidad, a efecto de tener algunos elementos que permitan, al menos, entender el fenómeno social y político que nos está dañando seriamente como sociedad, y que nadie hace nada por cambiar, ya que de entrada nos parece un sueño imposible de realizar, desterrar la mentira de nuestro actuar cotidiano.

En ese contexto, debo decir que Hans Kung es un teólogo suizo que en algún tiempo, tuvo la dicha de estar cerca de Juan Pablo II como asesor, ahora se dedica a la investigación, sobre todo en la búsqueda de una ética global.

En dicho artículo se pregunta ¿está justificada la mentira en política? Para tratar de contestarla, nos narra sus experiencias con Henry Kissinger, ex Secretario de Estado norteamericano y Helmut Schmidt, ex canciller de Alemania  Federal.

Para Kissinger, el Estado, y por lo tanto el Estadista (el político) tiene una moral diferente a la de la ciudadanía corriente, mientras que Schmidt lo critica diciendo que Kissinger es de la vieja tradición desde Maquiavelo, que así pensaban muchos políticos de la Europa del siglo XIX, y afirma que no existe una moral distinta para el político, ni siquiera el político que se ocupa de asuntos exteriores.

La experiencia de ambos personajes en el ámbito público, nos dejan ver que, independientemente de la calidad de las personas, los políticos también son seres humanos,…que pueden mentir como cualquier persona, cuando se encuentra en una situación difícil; Kung se refiere a las mentiras deliberadas, estratégicamente realizadas, aquella mentira que es un afirmación que no coincide con la opinión de la persona que la hace y que pretende engañar a otros en beneficio personal. Dicha forma de actuar fue utilizada en épocas anteriores, pero que ahora ya no se pueden utilizar, porque es necesaria la franqueza por más que se utilicen tácticas astutas.

Y termina esta primera parte del artículo expresando que el juego sucio y los engaños no salen rentables a largo plazo. ¿Por qué? Porque minan la confianza. Y,  sin confianza, la política constructora de futuro es imposible.


Me gustaría mucho que los políticos leyeran y entendieran estas ideas, sobre todo los que practican la doble moral, los que dicen una cosa y hacen otra, los que utilizan la mentira insultante y denigrante ante la ciudadanía, los que tratan de convencer mediáticamente a las personas, a pesar de que, al salir a la calle, en la primera cuadra, comprueben que lo dicho por los moralinos es falso.

Afortunadamente, la ciudadanía ya se ha dado cuenta de que partidos como Acción Nacional, mientras les saludan bonito a las personas, por otro lado, los engañan, utilizando programas públicos de gobierno para hacer campaña a favor de sus candidatos, como el caso denunciado en estos días por el diputado José Robles Gutiérrez, contra el presidente del PAN, por el uso delictivo de los programas sociales de gobierno, lo cual, es una mentira que debe sancionarse, no nada más en ámbito de los delitos electorales, sino en el plano político para que la gente vea que el PAN está poniendo en riesgo la estabilidad social, porque, como lo dice Kung, el juego sucio y los engaños no salen rentables a largo plazo, porque minan la confianza política que construye futuros posibles. (Continuará…) n


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