l programa La Otra Luna desaparece de la programación de Aguascalientes TV. Estuvo al aire una parte del 2008 y casi todo el 2009. Fueron más de 50 conversaciones en los que se abordaron temas como la belleza, el teatro, el silencio, la música, el cine, la religión, el misticismo, la poesía, el amor, la amistad, la comida, la corrupción, la identidad, el humanismo, la ciencia, la migración y las miles de fronteras, entre otros.
Entre los invitados de esta emisión que pasaba los sábados de 22 a
23 horas y en repetición los domingos de 14 a 15 horas, estuvieron
Jorge Galván, Alfonso Pérez Romo, Lorenzo Meyer, Carmen Figueroa,
Genero Zalpa, Darío Zepeda, Lourdes Herrasti, Hans Egil Offerdal,
Alicia Puente, Nestor Duch, Sueko y Fernando Fernández Román.
La Otra Luna no trataba de Aguascalientes en particular sino de las
pasiones que suelen estar cerca de todos, en todos lados y en todo
momento. Era un programa de conversación que trataba asuntos privados e
inclusive íntimos que podían ser abordados públicamente. La propuesta
original fue de Lalo González y la adaptación fue mía, compartida con
el productor Arturo Esquivel.
La respuesta de la gente que veía el programa en general fue muy
positiva. Guardo en la dirección electrónica del programa una centena
de comentarios que van directo a la vanidad. Resaltaban como virtudes
la originalidad y la pertinencia temática en un medio electrónico
oficial.
También conservo en la memoria personal al menos un encuentro diario
en el que conocidos y desconocidos, amas de casa, empresarios,
académicos y amigos me detenían en la calle para hacerme algún
comentario sobre el tema tratado en la semana.
El programa normalmente era visto por adultos, por gente que gustaba
de la conversación y sobre todo por aquellos que no salían de fiesta
los fines de semana. Era un público que incluía sobre todo a la clase
media.
Nunca acepté solicitudes de políticos que deseaban ser entrevistados
para no generar incomodidades a quienes patrocinaban el programa.
Invertía al menos dos días de cada semana y nunca recibí pago por mi
trabajo. Lo hacía por gusto.
No tengo idea cuántos de los invitados al programa vean mi columna
del Duende Urbano en La Jornada Aguascalientes. A los que lo hacen
aprovecho para agradecerles su tiempo para hacer esta serie que
termina, y a los que no también. Gracias a los que hicieron comentarios
y críticas. Tal vez no aparezca nunca más. Tal vez sí. n