mor imposible? Me pregunto qué pasaría por la mente Leonard Bernstein cuando creó la partitura de la obra “West Side Story”, un Romeo y Julieta actualizado a los años sesenta, donde el enfrentamiento no fue entre los Montesco y los Capuleto, sino entre razas y naciones. Si viviera el famoso director de orquesta, tal vez propondría adaptaciones al libreto para mostrar las dificultades que se presentan en el tipo de relación sentimental que él vivió durante sus últimos años, con un hombre.
Curiosamente, algunas voces aseguran que la Sinfónica local vivió un romance similar entre uno de sus tantos titulares y un ex funcionario gubernamental. Por supuesto, al igual que el músico judío en mención, el dueño de la batuta era casado, pero no daré más detalles por respeto, ni comentaré si el maestro era de planta o de los tantos invitados de la OSA. En realidad sólo quiero ilustrar los prejuicios constantes a los que se enfrentan las parejas homosexuales.
Abordo el tema del amor gay a petición de un lector y a veces autor de epístolas a este diario. Parto del hecho de que en principio los noviazgos o “matrimonios” gays son bastante similares a los heterosexuales. Hay enamoramientos, peleas, sexo, construcción de patrimonio y la menor de las veces –al menos en México- hijos. Por supuesto, también se presentan la infidelidad, los celos y desafortunadamente, la violencia “intrafamiliar”.
No somos tan diferentes. Si somos “amantes a la antigua”, enviamos flores y cartitas. Si somos modernos, nos mensajeamos y chateamos. Muchos, cuando chavitos, tuvimos miedo a que nos atraparan. Si creciste en un ambiente que odia a los maricones, si oíste insultos de tus padres o hermanos hacia los jotos, si tus compañeros de escuela maltrataban a los putos, pues entonces lo menos que quieres es que te vean abrazado o tomado de la mano de un igual.
Aunque me tachen de rebajarme a la cultura popular, un ejemplo de lo dicho es “Alma de Hierro”, novela de Televisa en la que el personaje interpretado por Rafael Inclán está enamorado de “Abraham” (Luis Gatica). A Nachito Hierro, en los episodios de esta semana, le cuesta trabajo dar a conocer que vivirá con el abogado de la familia, pues teme el rechazo sobretodo de su hijo José Antonio, quien vio oxidadas sus emociones cuando su papá estilista dejó a su mamá que al poco tiempo murió. Me sorprende la apertura hacia el tema de las pasiones “no tradicionales”, pero espero, como buena ama de casa sumisa (mis amigos me perdonarán hablar en femenino) que Nachito y Abraham vean realizado su amor.
Por cierto, Alberto Estrella (Ángel Hierro en la comedia del Canal de las Estrellas) actúo uno se esos amores irrealizables en la película “Exxxorcismos” del aguascalentense Jaime Humberto Hermosillo, pionera digital en los festivales de cine y controversial en su contenido, al igual que sus otras cintas que abordan la temática de la diversidad sexual, algunas con alusiones al típico actuar de la provincia donde es muy común “taparle el ojo al macho”.
En fin, cambio de tema. Prometo profundizar más en otra entrega. Pero regresando a asuntos del teatro Aguascalientes, deseo matizar un poco la crítica que hace algunas semanas escribió el licenciado Sergio Rodríguez Prieto sobre el fragmento del ballet “Don Quijote” que presentaron alumnos de la Escuela de Danza del ICA y solistas invitados. Dice el abogado que: “…Ni compositor ni adaptadoras tienen la mínima idea de lo que es la obra de Cervantes Saavedra”. Previamente señala: “…pero no por ello, debes arrastrar a un grupo de músicos profesionales, a servir de comparsa de ‘muchachitas’ o ‘jóvenes de tendencias delicadas’…”
Me extraña de “el Indio” –perdón por usar su alias-, docto en muchas áreas de la cultura, especialmente de la música, que denueste el legado de Ludwig Minkus de 1869 y la coreografía basada en la de Alexander Gorski, que data de 1902. Dicha versión es parte del repertorio tradicional de la escuela rusa. Claro que viejo no significa mejor, pero vamos, no es una invención para un fin de cursos de primaria, como quiere hacerlo parecer.
Se me hacer raro que el licenciado, ligado a una familia con ballerinas, se exprese así de los ejecutantes, digo, serán de “tendencias delicadas”, pero no me imagino al fundador de Radio Universidad haciendo un entrechat, o que se deje caer al piso en un perfomance al estilo Graham. Por último, a quien sí le faltan tablas en estos montajes es al director de la OSA, pues el cuerpo instrumental debe supeditarse al tempo de los bailarines y no al revés.
PD 1.- Estoy en el DF como delegado por Aguascalientes en una consulta nacional convocada por el Censida, les prometo detalles.
PD 2.- Parece que pequé de profeta con las restricciones de migración a Canadá. Por mentirosos ya no quieren darnos asilo. ¡Malditos bugas!