Cada día, grandes masas humanas recorren el orbe en una migración no atribuible a las estaciones pero sí a la búsqueda de praderas donde el alma retoce a sus anchas, en especial, si prevalece el sentimiento de ser extranjero en el propio terruño. Históricamente, las divergencias políticas, religiosas o ideológicas, crean la condición de refugiado. Allá donde los horizontes muestren un dejo de esperanza será que los pasos de los “diferentes” se guíen.
En la segunda gran conflagración mundial, millones huyeron de recibir un estigma con la forma de estrella de David, que les marcaba para ser reducidos a cenizas en los hornos de la ignominia, mismo destino para los que portaban un parche triangular en la manga. Aún en este siglo, los que ostentan el símbolo de la luna pueden signar con escarlata el destino de los hombres que se atreven a relacionarse sentimentalmente con un igual. Tercer milenio y ordenanzas del Medievo.
Las fronteras amigables para la diversidad sexual van de la mano de las leyes que permiten el matrimonio o dan reconocimiento legal a las parejas gay, es por ello que naciones como Canadá, Bélgica, España, Noruega y Holanda son vistos como destinos posibles para recomenzar una vida que, de suyo fue negada en todo su libre albedrío en la franja sureña del mapamundi. En el caso de Estados Unidos, continúa la pugna por oficializar el modus vivendi gay, pues si bien se penaliza la discriminación por orientación sexual, existen dos bloques de estados que se debaten entre la aprobación o el rechazo a las uniones civiles.
No obstante, much@s buscan un hogar que al menos sea tolerante más allá del Río Bravo. ¿La principal razón? La no aceptación social, que desafortunadamente empieza desde la familia. No pocos han partido por lo menos al Distrito Federal por haber sido violentados por sus propios padres, no se diga por compañer@s de escuela o de trabajo. Quienes tienen mayor arrojo o conciencia solicitan asilo humanitario en la Unión Americana o Canadá.
Es difícil obtener una cifra de los mexicanos y mucho menos de los aguascalentenses que piden la residencia por los motivos antes expuestos, pero me consta que los hay. La semanas pasadas me dediqué a realizar una compilación de documentos para que un querido amigo realice el trámite. Cuando vivió en estos lares aquicalidenses, tuvo problemas en su trabajo en el INEGI –a pesar de los cientos de “closeteros” que allí laboran-, sufrió robos y agandalles de “chacales” y “chichifos” -abusadores de homosexuales en pocas palabras-, vivió en carne propia la muerte de amigos por Sida –ante el actuar simulado de las Clínicas del IMSS y la de Guadalupe- y por último la burla social.
Sinceramente espero que lo logre. Este amigo recorrió el mundo en búsqueda de esa Canaán Gay. Pasó por Gran Bretaña -donde Elton John se unió con David Furnish y luego fue nombrado caballero por la reina-, luego por Tailandia y la India, donde el tsunami casi se lo traga, y por último San Francisco, en California, donde encontró a su actual pareja, un gringo activista “buena onda” que lo apoya en sus visitas a las oficinas de migración, donde por cierto hay una oficina específicamente para la atención de homosexuales.
En Canadá, me dicen, es todavía más fácil obtener el visado permanente y de hecho se puede solicitar al posar el primer pie en ese país. Desafortunadamente, también me han informado que decenas de mexicanos se han declarado “jotitos” para ese exclusivo fin, por lo que los franco y angloparlantes ya no se dejan convencer a la primera. ¡A que culturita tienen algunos! Les voy a proponer que hagan un retén tipo 45 norte, pero tendrán que pasar por la prueba del beso… jejejeje; no, no es cierto, luego se quejaría Omar Williams… ¡ah!, pero no me acordaba que este fulanete sólo defiende del alcoholímetro, porque si lo usa no hay escala que marque su borrachez… por reelegirse.
Quiero cerrar mi colaboración en esta ocasión con un sencillo homenaje en memoria de Paco, quien sufrió una vida llena de discriminación, en sus propias palabras… por ser indígena, pobre y homosexual. Estimado “Oaxaca”, mis respetos por tu tenacidad y entrega a la lucha por los derechos humanos de los no heterosexuales. Gracias a La Jornada también, por la dignidad en la información por su deceso. Lástima de la ausencia de activistas en su sepelio, salvo Chuy Tinoco y Linda Arechar.
Y como no quiero terminar con una nota triste, sino con una “gay” (alegre), deseo felicitar a Vielpunk y “Z”, dos pingüinos gay del zoológico de Bremerhaven en Alemania, quienes adoptaron un huevo rechazado por sus padres heterosexuales y lo empollaron hasta que nació el pichón, a quien alimentan y cuidan con sumo esmero desde hace cuatro semanas.