Érase un Dios Jorobado - LJA Aguascalientes
23/11/2024

  • Entrevista a Juan de Dios Maya
  • El volumen que reúne parte de la obra literaria de más de 50 niñas, niños y adolescentes, reconstrucciones de los mitos de la región de San Miguel

 

Historias de nahuales y brujas han nutrido el imaginario de Juan de Dios Maya (Tepotzotlán, Edomex, 1980), a tal grado que, parece natural su reconocimiento en el Premio Internacional de Cuento, Mito y Leyenda “Andrés Henestrosa” 2012 que otorga la Secretaría de Cultura del estado de Oaxaca, con la obra La venganza de los aztecas (mitos y profecías). Parte del monto de aquel galardón sirvió para que el escritor mexiquense creara un concurso literario para niños y jóvenes. 

Luego de siete emisiones, el año pasado solicitó el apoyo del Programa Pacmyc que otorga el Estado de México para publicar la antología Érase un Dios Jorobado (Ediciones Periféricas), volumen que reúne parte de la obra literaria de más de 50 niñas, niños y adolescentes que han participado en este concurso, ahora estatal, y que rinde un homenaje al municipio de Tepotzotlán y a sus leyendas y mitos de raigambre indígena, novohispana o revolucionaria que se han transmitido de generación en generación de manera oral entre los pobladores de esta región. 

El escritor nos cuenta en el prólogo del libro de Érase un Dios Jorobado, que el nombre del municipio se debe a una leyenda otomí, quienes fueron los pobladores originales de la zona y quienes cuentan que existía una pareja que vivía en una cueva mágica del territorio de Nonthé, y que desde esa cueva se comenzó a poblar la tierra y cuando sus hijos fueron muchos, los despidieron y así se pobló el mundo de otomíes. Uno de esos grupos llevó a un grupo a una sierra y cuyos picos los hicieron imaginar la casa de un dios contrahecho, jorobado, a quienes llamaron precisamente como “Cogüe” es decir, el Jorobado. Así nació el señorío de Ncogüe: Lugar del Dios Jorobado, es decir, Tepotzotlán, que es el nombre náhuatl, pero que retoma el nombre original del otomí. Es a partir de ese dios y de esas leyendas que se retoman y se reescriben las leyendas y mitos de la zona y que ahora se publican en el libro de literatura infantil y juvenil de Érase un Dios Jorobado, que fue coordinado por el mismo Juan de Dios Maya y por la escritora y traductora Lorel Manzano, y que recorre a través de las plumas de más de 50 jóvenes autores del municipio, varias de las leyendas indígenas, novohispanas y revolucionarias que permanecen vivas en esa zona del Estado de México.

“El Premio para cuento de poesía para niños y jóvenes San Miguel Cañadas es un homenaje a mi pueblo, ya que el Premio Henestrosa me lo concedieron por el libro La venganza de los aztecas (mitos y profecías), el cual le debe mucho a mi región natal, que es justo San Miguel y sus alrededores. El 2013 fue la primera entrega, pero en ese momento era un premio circunscrito al municipio de Tepotzotlán y los municipios aledaños, como son Villa del Carbón, Cuautitlán Izcalli, entre otros. En 2014, después de que vimos que hubo una muy buena respuesta, decidimos dedicarle cada emisión a un personaje que hubiera tenido cierto peso en la vida cultural de Tepotzotlán. Desde un principio solo dábamos tres premios, pero desde ese primer año hubo muchos trabajos que merecían una mención honorífica. Los ganadores se llevaban como premio paquetes de libros, que nosotros mismos compramos o que logramos adquirir a través de donaciones. También trato de invitar a algún escritor o escritora joven, importante, para que nos ayude como jurado.” Nos comentó el autor en entrevista.

Javier Moro Hernández (JMH): ¿El tema central del Premio es Tepotzotlán?

Juan de Dios Maya (JDM): Se tomó la decisión de que se hablara de los mitos y leyendas de Tepotzotlán, porque en el municipio, como en gran parte del Estado de México no hay programas culturales y de lectura o de escritura, y la zona de San Miguel Cañadas es una zona rural, una zona en donde no hay muchos libros y en donde la gente pensaba que no había escritores, y mi idea era hacer un taller formativo a partir del Concurso, pero consideraba que era muy importante dar un premio, un estímulo económico para que se interesará, pero desde el primer año nos llevamos la agradable sorpresa de que a los niños a los que yo pensaba enseñarles escribir, terminaron enseñándome mucho más a mí de lo que yo le podía dar.

JMH: ¿Cómo cuántos niños han participado en estos años en los que se ha desarrollado el Premio?

JDM: Es difícil saberlo con precisión, porque nos llegan un promedio de 150 trabajos por año. En este año, por ejemplo, esperaba no recibir muchos, porque además este año la convocatoria se publicó en plataformas electrónicas y páginas de Facebook, y a partir de ahí nos llegaron muchos más trabajos, algunos fuera del Estado de México, incluso algunos de otros países. Este año, por ejemplo, llegaron trabajos de Argentina y de Colombia. Hace un año nos llegó un trabajo de Guadalajara muy bueno, de una niña que nos contaba una historia muy ruda, muy dura, y la estuvimos buscando para darle un premio especial, pero nunca contestó. Pero también creo que Tepotzotlán puede funcionar también como una especie de laboratorio cultural, porque era una región que no tenía este tipo de concursos, pero sí puede decir que desde 2013 para acá ha empezado a existir una incidencia del Concurso en la vida cultural del pueblo, ya tenemos niños que se dicen escritores, y la publicación del libro de Érase un Dios Jorobado fue un parteaguas. En estos últimos siete años ha cambiado radicalmente la vida cultural de la región, y con los planes que tenemos, la idea es abarcar más municipios del Estado de México, porque nos han estado llegando trabajos de casi todos los municipios del estado.


JMH: ¿Hay algún tema en específico para los textos que envían al Premio los jóvenes?

JDM: Son cuentos, leyendas y poesía abiertas en tema y en extensión. Hace tres años el primer premio lo ganó una chava que se llama Michelle Gómez con un poemario, que se publicó hace poco, y ya ha ganado un concurso universitario de poesía y un premio en Argentina. Es decir, el Concurso de San Miguel Cañadas está tratando de formar escritores, está siendo un aparador. Michelle ganó el Premio a los diecisiete años y era un poemario muy bien trabajado, y que, según ella, lo estuvo trabajando desde los siete años.

JMH: ¿Érase un Dios Jorobado entonces es un libro dedicado a los cuentos y poesías de Tepotzotlán?

JDM: Érase un Dios Jorobado es un libro homenaje a Tepotzotlán, y el que da pie a un proyecto más amplio, porque da pie a un libro idéntico en Malinalco y en Villa del Carbón, porque la idea es hacerlo más grande, llevarlo incluso fuera del Estado de México, y esperamos que el próximo año hagamos unas reformas el concurso, y tal el nombre sea el de Premio Pensador Mexicano en homenaje a José Joaquín Fernández de Lizardi, que vivió en Tepotzotlán.

JMH: En el prólogo de Érase un Dios Jorobado mencionas que el Premio ha sido dedicado justo a estos intelectuales de distintas épocas que vivieron en Tepotzotlán.

JDM: Hay personajes literarios muy importantes que vivieron en Tepotzotlán, como fueron los Jesuitas, como fueron Francisco Xavier Clavijero, Carlos de Sigüenza y Góngora, está el Pensador Mexicano, Fernández de Lizardi, pero también es originario de ahí uno de los editores decimonónicos más importantes del país, Mariano Galván que justo editaba el Calendario Galván, quien tiene una leyenda negra, ya que se dice que el delató a la Conjura de Querétaro, y que por él fue arrestado la Corregidora y casi son arrestados Hidalgo y Allende. Esa leyenda hace que Mariano Galván no sea tan recordado, pero es un editor muy importante, ya que, junto con Ignacio Cumplido, es uno de los más importantes del siglo XIX. También hay un personaje que se llama Matiana del Espíritu Santo, que es profeta y vivió en el siglo XVIII, a quien se le atribuye la invención de las calaveritas.

JMH: Quería preguntarte sobre la importancia de la promoción de la creación literaria infantil y juvenil.

JDM: La literatura que se ha dado en llamar literatura infantil y que no lo era originalmente, por ejemplo, si pensamos en Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, no era un libro que estuviera pensado para un público infantil. Lo mismo podemos pensar lo mismo de los cuentos de los hermanos Grimm, en donde hay mucha violencia, pero ahora tenemos a un Estado que solo quiere que los libros que se leen son cosas didácticas, pragmáticas, en una idea de aleccionar y entretener a los niños, y la literatura infantil, desde mi punto de vista, es aquella que te cambiaba en tus primeros años como lector; Salgari, Verne, la colección de Clásicos para niños mexicanos, incluso los libros que recopilan leyendas como los de Juan de Dios Peza, Luis González Obregón, que son libros muy profundos. Además de que las leyendas y los mitos son un incentivo natural para los niños y los jóvenes para disfrutar la literatura.

JMH: Entonces En Érase un Dios Jorobado tenemos muchos textos que son reconstrucciones hechas por niños o adolescentes de los mitos de la región de San Miguel.

JDM: Este libro fue muy importante para ellos, porque además de que publicaron sus textos y está promoviendo la literatura en esa zona, también recupera la tradición oral, que nadie había puesto por escrito, por eso el pueblo lo recibió con mucho cariño, porque cosas que se contaban de boca en boca, y nunca habían sido pasadas a papel, se recuperaron, y fue de tal magnitud la recuperación de esas leyendas, de esa tradición oral, que pudimos recuperar términos del habla castellana de la zona rural del municipio, que es un castellano antiguo, en el glosario vienen palabras del español novohispano, como “Aparrar” o palabras indígenas como “chuín” que es otomí y significa azul, en otomí se rescataron muchas.

JMH: Quería ahondar en el tema de la creación literaria hecha, realizada, por niños, ya que Érase un Dios Jorobado es un libro en donde vemos cuentos, escritos por niños y niñas, es literatura escrita por niños.

JDM: Por lo mismo tiene una especial acogida por sus pares, porque están narrando lo mismo, están narrando historias que todos conocen. Por ejemplo, esta niña que te comenté de Guadalajara es la segunda niña que toma como eje central de su creación el tema de la violencia hacia las niñas no hacía la mujer, hacía las niñas, y lo hace de manera muy cruda. Recuerdo un cuento que ganó que hablaba de qué llegaron los soldados y embarazan a la protagonista y el papá se da cuenta y en lugar de apoyarla, la asesina y el padre tira, esconde los cuerpos en el monte. Entonces ella, la protagonista del cuento se empieza a aparecer en las noches como fantasma. Entonces, sí hay fantasía, pero con unos discursos que aparecen escondidos que son muy duros, porque se padece de mucha violencia, que se conjuga con la imaginería fantástica que tienen los niños, que es muy rica, entonces ahí cambia porque ya no es un adulto tratando de aplicar alguna teoría para hacer literatura infantil, sino que son los niños escribiendo para los niños, escribiendo para sus pares. 

JMH: Lo que vemos en el libro en Érase un Dios Jorobado es justo a niños y niñas ávidos por contar y escribir sus historias

JDM: Pero también están ávidos de leer, porque además de dar un premio en económico, también es que damos libros y eso también los ha motivado a la lectura, porque además no puede haber escritura sin lectura, entonces el Premio está ayudando a llenar de libros un lugar en donde si acaso llegaba los libros de la SEP, que eran diez para una comunidad de quinientos niños, hay una niña que ya se había leído todos los libros de las bibliotecas de las escuelas de la zona.


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