Estamos atravesando el segundo semestre del año y las cifras no mejoran en Aguascalientes, aunque se han dejado de perder empleos de manera masiva, como a principio de año y las empresas dejaron de cerrar, aun permanece la alza en los precios, la baja en los sueldos, ya que los paros técnicos no han tenido descanso y ahora el Instituto Mexicano del Seguro Social nos coloca como el 5º. lugar nacional en pérdida de empleos permanente.
Hay que señalar que, pese a este nada honroso 5º. lugar, subió en 4.5% el número de trabajadores eventuales inscritos en julio en el Seguro Social en Aguascalientes, lo que nos demuestra el compromiso y esfuerzo de la iniciativa privada para que no siga cayendo el Estado en una severa crisis social y económica.
Pero la sociedad está encontrando maneras de sobrevivir a los embates de la catástrofe financiera, pues ha crecido enormemente el sector informal, pues el INEGI reportó al comenzar el 2009 que en Aguascalientes un total de 107,305 personas se empelan en este sector, representando el 24% de la población económicamente activa ocupada. Del 2005 a la fecha, nuestro Estado se convirtió en el segundo donde más ha crecido la población en el sector informal de la economía, mientras que la media nacional ha disminuido un 1.44%.
Al cierre del primer semestre del año, estos datos han mantenido un crecimiento del 2.6%, aun inferior a nuestro índice de desempleo, que es superior a la media nacional y que alcanza el 7.5%.
La situación es preocupante, ya que la sociedad está siendo obligada a subsistir del comercio informal, pero recordemos que este no se rige por las normativas y leyes relativas a las transacciones de bienes y/o servicios, pues la mayoría es comercio ambulante y carece de cualquier prestación y garantía, incluso se complica el acceso a servicios de salud para las personas que tienen que trabajar en este rubro.
Otra cuestión que preocupa por el crecimiento del comercio informal es la afectación que éste genera al establecido, al que si paga impuestos y tiene responsabilidades legales, pues el informal no pagar servicios y esto ocasiona que generalmente sus precios se abaraten, dejando al formal rezagado en una injusta e inequitativa competencia, ya que los comerciantes establecidos, lejos de ser auxiliados por las autoridades hacendarias y de desarrollo económico, son presionados, perseguidos y cargados con una infinidad de impuestos que en nada contribuyen a su crecimiento.
El problema es complejo y su solución es multidisciplinaria, se requiere de que nuestras autoridades tomen conciencia y exploten al máximo su creatividad para ofrecer alternativas, para desarrollar el empleo, para fortalecer el comercio formal con incentivos fiscales, programas efectivos de crédito, con oportunidades para transitar competitivamente y beneficiar así a la sociedad, dotándola de excelentes servicios, buenos productos y lo más importante, darle un empleo seguro, digno y con todas las prestaciones de ley, pues a manera de que comencemos a converger en esos puntos, la ciudadanía podrá acceder a un empleo bien remunerado y formal, dejando atrás el tener que vivir en la ilegalidad para poder subsistir.