El pasado cuatro de noviembre participe en el foro de análisis “El secuestro de migrantes en México” y ahí comenté que el secuestro es el delito que deja más ganancias al crimen organizado después del narcotráfico. Por lo anterior manifesté mi urgencia por dictaminar la ley General Antisecuestro lo antes posible, ya que actualmente se encuentran en comisiones 14 iniciativas presentadas por las diferentes fuerzas políticas y se esperaba que se presentaran otras dos.
La ley que se dictamine y se someta la aprobación del Senado deberá “debilitar” a la delincuencia “quitándoles su poder financiero”. Por otra parte estoy convencido que la migración crecerá aún más en los próximos años, debido a las condiciones de pobreza e inseguridad, pero también derivado de las condiciones de cambio climático y calentamiento global, por lo que es urgente identificar y regular las migraciones tanto legales como ilegales.
Hasta este año, el Constituyente Permanente nos dio a los senadores,
la facultad de poder legislar en materia de secuestro, ya que
anteriormente el Congreso no tenía esa facultad, pues no aparecía en la
Constitución. Así también se ha logrado que la mayoría de los congresos
locales hayan votado a favor de ello y a raíz de eso empezamos varios
senadores a presentar iniciativas. La pretensión es tener una ley
antisecuestro que venga a poner un alto a la impunidad, a la
corrupción. Con este proyecto que está enviando el grupo parlamentario
del PAN, estamos diciendo que tan secuestrador es el que vigila a la
víctima, como el que le sigue, como el que la atrapa, o como el que la
mantiene secuestrada y se deberá de tener mayor fuerza, en lo que se
refiere castigo, si hay alguna autoridad involucrada.
Asimismo también estamos pidiendo que se modifique la Constitución
para que se tenga también la cadena perpetua, la cárcel vitalicia, que
en este momento no existe, porque desde nuestro punto de vista o es un
fracaso o es una utopía eso de que se rehabilita un secuestrador; ya el
que se decide a quitar su libertad a una persona es un individuo que
desde ese momento nunca va a tener ya una rehabilitación. Y no
solamente eso sino que al estar en las cárceles convierten a estas en
universidades del crimen, ahí le entran a la fuerza o por
convencimiento, y desde dentro de la cárcel dirigen las extorsiones,
los secuestros, los crímenes, etc. y ahí están las autoridades,
cuidándolos de que no les pase nada en la misma cárcel. Por eso la
propuesta de que debemos tener cárceles para los que van a purgar una
cadena perpetua y así este tipo de criminales no estén junto con los
delincuentes del fuero común.
Actualmente hay aproximadamente 9014 secuestradores en las cárceles
del país y yo diría que hay 9014 maestros del crimen metidos en el
sistema penitenciario, entonces si nosotros los aislamos le puedo
asegurar que bajaría sensiblemente este delito y no solamente eso, sino
que les cortaremos la comunicación con las bandas que desde la cárcel
en este momento están manejando diferentes delitos. ¿Cuántos de esos de
9014 son jefes de bandas que están afuera
“trabajando”?
Este tema de la seguridad pública y de las sanciones a los delincuentes
criminales siempre va ser un tema controversial. Recuerdo hace algunas
semanas que durante la comparecencia a la Cámara de Diputados del
secretario de Seguridad Pública, se hizo un escándalo porque hablaba de
la desaparición de las policías preventivas, que está marcado en el 115
constitucional. Desde mi punto de vista, la realidad de las cosas es
que de esos 2022 cuerpos de policía preventiva que existen a lo largo y
ancho del país, más de la mitad están trabajando para los malos. Por lo
que en algunos lugares se justificaría que ya no existiera este tipo de
policía o que no los armáramos ni se les dieran patrullas para que ya
no cometan ilícitos. Sé que este tipo de temas nos llevan, la mayoría
de las ocasiones, a estar discutiendo desde el punto de vista político
y no desde el punto de vista legal y práctico de lo que sucede
realmente en cada lugar. De ahí que lo primordial es hacerle caso a
nuestra ciudadanía, que es la que nos tiene como sus representantes
sociales, con su voto y con el apoyo de lo que nos pagan, para eso
debemos estar en el Senado y no andarnos saliendo del salón de sesiones
cuando se tratan las decisiones difíciles, eso no es de hombres, pues
cuando nos toca la responsabilidad de tomar una decisión difícil hay
que tomarla ya que para algunos senadores ha sido muy cómodo eludir su
obligación saliéndose de las sesiones en los momentos cruciales para no
poner en riesgo su “imagen”.
Soy un convencido y un promotor de que el delito se debe combatir
siempre dentro del marco de la ley. No estoy a favor de la pena de
muerte pero sí de la cadena perpetua, y en el caso de los
secuestradores sabemos que quien secuestra una vez, una vez estando de
nueva cuenta en la calle lo volverá a hacer.
Quienes somos representantes de la sociedad en el Congreso debemos
de actuar por convicción y no por conveniencia ya que el político no
debe ser sino el intérprete eficaz de las aspiraciones colectivas.