El cinco de noviembre pasado tuvimos una reunión ordinaria en el Senado de la República en la que analizamos y discutimos el paquete económico que nos regresaron los diputados. Sé que ha habido mucha polémica por lo que tuvimos que aprobar, que desde mi punto de vista no nos quedó otra, ya que este es un país que tiene que reconsiderar su situación hacendaria y fiscal; solamente cuando vienen las crisis nos acordamos que hemos prometido una y otra vez hacer la gran reforma integral fiscal hacendaria. Recuerdo que cuando fui gobernador participé activamente en la conferencia hacendaria nacional a la que convocó la CONAGO y de la cual se conservan todavía los acuerdos a los que se llegaron, que suponía que eran la base para la discusión de la reforma hacendaria en este país. Espero que hoy se trate una vez más, de una simulación demagógica, en la cual los que estemos metidos. Sé que hemos sido duramente criticados, a veces justamente y en otras de manera injusta, pero debemos seguir exigiendo hasta que logremos nuestro objetivo. Cuando menos yo como senador, no voy a quitar el dedo del renglón para que hagamos esa reforma integral, sobre todo simplificando la manera de pagar impuestos que ahora se tiene que ser un matemático espacial para poder pagarlos.
Sin embargo, me parece que es justo hacer algunas aclaraciones, la
primera: teníamos que tapar el boquete que nos está dejando el petróleo
que cada día estamos produciendo menos. Por otro lado, tenemos que ser
un país que pague los impuestos, no es posible que sigamos siendo el 12
por ciento nada más los que pagan y las consideraciones que hay, los
regímenes de excepción tendrán que desaparecer o sino la base gravable
de lo que es la clase media y la clase baja son los que van a tener que
pagar esto. Los trabajadores, los obreros, los profesionistas van a
seguir cargando cada día más con esta situación y los graves
empresarios como ya se vio, que no se trata de que hagamos una lucha de
clases ¡ojo!. Nadie evadió impuestos sino que la misma ley que se hizo
de consolidación les permite hacer eso. La petición es que se analice
pero que no satanicemos a los que pagan los impuestos conforme a la ley
que así se los permite.
Lo importante de la reunión del día cinco fue que voté en contra de
la exención de pago de derechos por dos años a aquellos que van a
participar en la licitación de las bandas 1700, 2100 y 1900 megahertz.
Sé que este paquete, se dice que es para que haya más competencia y
para qué se modernice más lo que va a ser la interconexión entre los
teléfonos celulares y para que haya una tercera y cuarta cadena
nacional de televisión. No es posible -sin tomar en cuenta los puntos
técnicos, etc. los cuales no digo que sean malos o buenos-, que vayamos
a permitir que esta exención que sería alrededor de los 5 mil millones
de pesos la vamos a autorizar cuando estamos sacrificando a la sociedad
a que pague un 1 por ciento más de IVA, un 2 por ciento más de Impuesto
Sobre la Renta (ISR), el 3 por ciento a 15,000 pesos de impuesto al
efectivo- del cual a mí también me parece injusto porque ni siquiera es
dinero ya que es un papel que emite el Banco de México a cambio del
dinero que no existe que es el oro, la plata cosas de valor y ahora
van a cobrar porque lo tenga usted que depositar en el banco-. Este
tipo de aberraciones son las que con una verdadera reforma fiscal no se
darían, por eso voté en contra, porque es inequitativo quitar los
derechos de 5 mil millones aproximadamente en el espectro
electromagnético que es de la nación y de los mexicanos a las empresas
que vayan a usufructuarlas y me parece que no fue por otra cosa más que
por la solidaridad que deba de tener con aquellos que están pagando sus
impuestos y que son los causantes cautivos de toda la vida. Esto no fue
de mucho valor porque al final del día lo aprobaron la mayoría porque
creo que muchos imbuidos por el miedo que tiene que después ya no los
entrevisten o no salga en la televisión y quieren ser candidatos al año
que entra a un puesto de elección popular. Vaya pues en la conciencia
de ellos esta acción y vaya en nosotros, en nuestra conciencia el otro
paquete que tuvimos, desde mi punto de vista forzados, que autorizar o
íbamos a meter al país en un problema gravísimo económico. No hay que
olvidar que el hombre es falible y que es mejor actuar en pos de evitar
repercusiones severas a la nación a costa de críticas muchas veces
malsanas y sin fundamento a aquellos que teóricamente quieren ser
perfectos porque no actúan con honestidad, sino sólo viendo por su
beneficio y ambición personal.