Detener la 35 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), programada del 20 al 27 de marzo pasado, por el Covid-19, “fue muy complicado y sí tuvimos pérdidas económicas”, señala su directora general, Estrella Araiza Briseño.
Jalisco se encuentra en semáforo naranja y el festival se reprogramó del 20 al 27 de este mes de manera física y virtual. La cinematografía invitada será la de Perú, por lo cual el realizador Francisco Lombardi (Tacna, 1949) recibirá físicamente el homenaje iberoamericano de este año. Igual se reconocerán las carreras del compositor australiano Tim Davies (Brisbane, 1972) y de la directora jalisciense Patricia Riggen (Guadalajara, 1970), quien opina para Proceso vía correo electrónico ante la emergencia sanitaria: “El ser humano es un animal que se adapta a su circunstancia y vamos a tener que aprender a vivir con el Covid, pero obviamente cuidándonos. En producción será lo mismo, debemos aprender a filmar bajo esta nueva circunstancia. Sin duda va a costar más dinero y tiempo, así que los estudios tendrán que ser menos ambiciosos, y los cineastas independientes más creativos”.
Realizadora de La misma luna, Los 33 y Miracles From Heaven, se enfoca en las salas de cine: “Va a tomar tiempo la recuperación como todo lo demás en nuestra economía; pero ir al cine es una clase de diversión y entretenimiento que no será nunca sustituida por la experiencia de ver cine en casa. Por fortuna, en este momento tenemos todas esas plataformas digitales, mientras pasa la pandemia”.
Asimismo, el evento efectuará tributos póstumos al primer actor Héctor Suárez, al cineasta Jaime Humberto Hermosillo y al director de programación del FICG, Gerardo Salcedo Romero, fallecidos este año.
Para Raúl Padilla López, presidente del patronato, el 2020 ha significado casi como hacer dos festivales, “el que se realizaría en marzo llevaba un adelanto de inversión de 70%, y al posponerlo para noviembre se gastó más”. Reconoce que Estrella Araiza realizó un gran esfuerzo con el presupuesto de alrededor de los 50 millones de pesos que se gastan anualmente.
Nacida en 1981, la directora tapatía platica por teléfono a Proceso: “Fue muy complicado aplazar el festival, pero al final nuestra prioridad es la salud de todos. Se perdieron muchas cosas que nosotros ya teníamos como muy planteadas. Ahora que lo estamos retomando, hay muchas personas a las que les da miedo viajar y es entendible”.
–¿Se planeó en algún momento ya no realizarlo en este 2020?
–Sí, por supuesto se contempló. Era muy importante primero conocer bien las opiniones con diferentes epidemiólogos para que nos explicaran cuáles eran las posibilidades de contagio o qué riesgos corríamos si lo hacíamos, y a partir de eso organizarlo bien.
Cuenta que se desarrolló una plataforma digital donde se podrá vivir el FICG en un andador cultural moldeado en tercera dimensión, a fin de disfrutar conferencias magistrales y proyecciones especiales (udg3d.com). A la vez, Filmin Latino (www.filminlatino.mx), del Instituto Mexicano de Cinematografía, se sumó para que desde cualquier país se pueda seguir la 35 edición. Y se asoció el Canal 44 de la Universidad de Guadalajara, “porque aún hay personas que no cuentan con internet”, subraya Araiza Briseño.
La titular del encuentro estudió comunicación en el Tecnológico de Monterrey de Guadalajara. En 2012 fundó su propia compañía de distribución y ventas llamada Vendo Cine. Antes de ser la responsable del evento estuvo encargada del Festival Internacional de Cine en Guadalajara en Los Ángeles, así como de las áreas de industria y mercado del propio FICG.
Comunica que el festival en esta ocasión organiza su mercado fílmico e industrial virtualmente. Y como al mismo tiempo ese mercado estará abierto al público de manera gratuita en las plataformas mencionadas –lo cual no es usual–, plantea una complicación para convocar a los profesionales, cuyas operaciones se efectúan a puerta cerrada. Para los intercambios de adquisición, informa, intervendrán unas 240 personas de industria, y aclara que en esta nueva modalidad no es necesario que la gente pague para conocer la oferta del mercado.
–¿Hay esperanza de que se vendan películas para distribuir y exhibir?
–Es muy difícil. De hecho han estado cambiando muchísimo los esquemas de las ventas. A partir de la pandemia hay muchísima más gente que adquiere los derechos para internet y obviamente las salas se han quedado rezagadas. Se podrán vender para las plataformas, porque muchas se han quedado sin contenido por dos cosas: primero dejaron de producir y, con el confinamiento, no pudieron comprar porque no se pudieron mover.
Pierre Emile Vandoorne Romero, director del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO) del Ministerio de Cultura del país sudamericano, expresa vía correo electrónico desde Lima que ser el invitado al FICG “es un gran honor para Perú y permite darle visibilidad a la diversidad del cine nacional, cuya producción ha crecido de forma sostenida desde hace una década.
“En Perú sentimos mucha afinidad con México, por la similitud de algunos de nuestros procesos históricos y culturales, por eso presentar nuestra cinematografía y nuestra cultura en el FICG es una oportunidad para que nos conozcan un poco más en México y nos reconozcamos como hermanos y hermanas”.