l ámbito fiscal es un campo de conocimiento que presenta dificultades para su estudio a quienes no somos expertos o especializados en legislación o contabilidad fiscales; sin embargo, todos los ciudadanos que realizamos alguna actividad tenemos que ver con el fisco, lo que nos motiva a acercarnos un poco a ese ámbito complicado, teniendo en cuenta lo que leemos y escuchamos en los medios de información.
Encontramos premisas que damos por sabidas: la operación del Estado en sus niveles federal y locales requiere de la aportación de recursos financieros generados en y por la sociedad; como sociedad deseamos que ese Estado ejerza su gasto con austeridad y productividad; también como sociedad somos renuentes a aportar más recursos, etc.
Ante la exigencia de más recursos financieros que hace el Estado en
su nivel federal -si no a nombre también de los niveles locales sí
pensando en ellos-, los diversos sectores de la sociedad, incluidos los
partidos políticos y algunos académicos de la economía como sector
avanzado en el tema, respondemos inicialmente con una negativa y varias
propuestas alternativas, por lo general todas ellas justificables en
sus argumentaciones de negación y debatibles en sus propuestas.
Es importante y necesario en estos días que los políticos del
ejecutivo y de los legislativos realicen los análisis y debates del
paquete fiscal 2010 a través de los medios de información; de esta
manera, los ciudadanos podemos conocer tanto las mismas propuestas del
ejecutivo como los inconvenientes que señalan los distintos partidos
políticos opositores al paquete fiscal, y, a su vez, escuchar las
distintas propuestas alternativas que planteen.
En el seguimiento de algunos medios de información “en la medida
posible y a la mano del ciudadano- observamos a algunos políticos que
sí explican y contrastan los elementos fundamentales del paquete fiscal
2010, tanto a favor como en contra, y lo hacen con una forma que el
ciudadano alcanza a discernir y entender un poco más el fondo de un
asunto tan delicado para el país y tan sentido para la comunidad.
Sin embargo, es frecuente escuchar a políticos que reducen la
discusión y el debate a la parte del proceso que es la conclusión: sí
lo acepto o no lo acepto; sí va a funcionar o no va a funcionar; sí va
a beneficiar al país o no lo va a beneficiar; es bueno o es malo, etc.
Y al no conocer los elementos del debate y de la discusión,
frecuentemente los ciudadanos no alcanzamos a discernir si son
opiniones “técnicas fiscales” o meras posiciones partidistas de
oposición basadas en el “síndrome contreras”.
Tomemos algunos ejemplos -con el riesgo de no conocer a fondo el
mundo fiscal- y reflexionemos un poco: qué significan los muy
mencionados regímenes especiales. Por ejemplo, cuando una empresa
“ayuda” a una ONG que tiene autorización fiscal para recibir
donaciones, la empresa deduce el donativo del pago de impuestos; cuando
una empresa aporta dinero para la realización de un corto o largo
metraje fílmico, la empresa puede deducir esa aportación de los
impuestos que paga; cuando una empresa procesadora de alimentos o
farmacéutica balancea los pagos de IVA que realizó en el año fiscal por
ser ramos de tasa cero, recupera del fisco el impuesto que pagó de más;
cuando los energéticos tienen subsidios, el fisco deja de recibir la
parte correspondiente de impuestos además del subsidio que hace, etc.
Esos recursos tributarios que en ocasiones son “piquitos” se van
sumando y se van agregando a otros elementos básicos como es la baja
permanente de ingresos tributarios por ventas de petróleo; es claro que
existen otras perspectivas y explicaciones más alrededor de este clave
tema fiscal. Considero que es necesario adentrarnos en el conocimiento
primordial del sistema tributario mucho antes de que los políticos nos
quieran llevar a las conclusiones, y que este conocimiento alimente
nuestras opiniones sobre la decisión que tomarán los legisladores en
las próximas semanas.
Es por demás la afirmación de algún legislador que con vehemencia
expresa que la propuesta del presidente de la República no va a ser
aprobada en los términos en que envió las iniciativas; digo que es por
demás, si no meramente distractora, porque es “natural” que así sea,
sobre todo en la nueva era política que vivimos en México.
El aspecto central es que requerimos de una disposición de apertura
en el tema difícil del paquete fiscal: vamos entendiéndonos para poder
llegar a los acuerdos. No es sencillo que los ciudadanos comunes
conozcamos los laberintos intrincados del fisco, ya que sí nos es
posible entender de manera sencilla el pago de impuestos cuando la
información es clara y transparente, y quienes nos la exponen por el
lado del ejecutivo y por el lado del legislativo lo hacen buscando el
entendimiento, antes que el beneficio partidista.
Cuando los legisladores de los partidos políticos se aboquen a la
necesidad de votar una ley de ingresos que le de viabilidad a las
administraciones en las que ellos son gobiernos, y cuando consideren
que la educación debe contar con más recursos al igual que la salud, la
cultura, los grupos vulnerables y en pobreza extrema, etc., entonces
podrán comprender mejor porqué deben unirse para construir un paquete
fiscal suficiente, con equidad y congruencia. México podrá avanzar más
y mejor con un poder legislativo comprometido con la sociedad mexicana