APRO/Rosalía Vergara
La Secretaría de Educación Pública (SEP) propuso a los maestros de preescolar, primaria y secundaria que, como forma de evaluación del ciclo escolar 2020-2021, pasen a segundo término su papel en la asignación de calificaciones. Es decir, que aprueben a todos los educandos.
“La evaluación del aprendizaje debe adaptarse a las circunstancias actuales, colocando en primer lugar su gran finalidad: aportar información para mejorar la acción educativa.
“Se trata de reconocer el esfuerzo de alumnas, alumnos y familias que mantienen un vínculo constante, de incentivar a quienes se relacionan esporádicamente y dejar abierta la posibilidad de recuperar a quienes, hasta el momento, no establecen comunicación con el personal docente o directivo”, indicó la dependencia en el Oficio Circular DGDC/DGAIR/001/2020.
Titulado “Orientaciones Pedagógicas y Criterios para la Evaluación del Aprendizaje para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria en el Periodo de Contingencia Sanitaria generada por el virus SARS-CoV2 (Covid-19 ) para el ciclo escolar 2020-2021”, la SEP pidió dar prioridad a la función formativa de la evaluación, como parte del Aprende en Casa II, derivado de la pandemia de Covid-19.
La SEP señaló que el magisterio ha puesto en marcha acciones creativas para mantener el vínculo educativo y los resultados de estas acciones han sido variados; pueden identificarse al menos tres niveles de educación y participación de los educandos en actividades convocadas por el personal docente: la comunicación y participación sostenida, la comunicación intermitente y la comunicación prácticamente inexistente.
En el primer caso, las evaluaciones serán como lo indique el maestro, pero en el segundo caso se deberá registrar en la boleta de evaluación la leyenda Información Insuficiente, cancelando la calificación numérica con un guión en medio y la calificación se reportará hasta que haya condiciones para llevar a cabo la valoración del educando y en el tercero Sin Información.
Consideró que se deben tomar en cuenta estos niveles de comunicación, así como que la participación dependen de las circunstancias familiares en las que viven las niñas, los niños y adolescentes que se expresan en desigualdad de condiciones materiales para el estudio en casa, tales como el acceso a dispositivos tecnológicos, la conectividad y la disposición de espacios adecuados en el hogar.
En ese sentido, pidió tomar en consideración la opinión de los alumnos sobre sus propios aprendizajes (autoevaluación), así como el de madres, padres de familia o tutores porque, en la medida de sus posibilidades, han asumido un rol activo en este proceso educativo.
Además, señaló a considerar las tareas y actividades sobre los aprendizajes esperados encargadas a las niñas, niños y adolescentes que entregaron por medios digitales o impresos, así como los saberes adquiridos durante la contingencia sanitaria y que no se consignan explícitamente en el programa de estudios, pero que constituyen aprendizajes relevantes para la vida, mismos que pueden obtener los docentes mediante narraciones orales de experiencias.
También consideró que se debe reconocer el esfuerzo de los estudiantes en acciones promovidas por el titular de grupo o asignatura, en la estrategia Aprende en Casa II o las emprendidas por iniciativa propia: “Sería injusto atribuir a la irresponsabilidad o falta de interés de niñas, niños y adolescentes un bajo nivel de involucramiento, o el escaso avance en su aprendizaje, cuando enfrentan barreras de aprendizaje y que se agudizan en este periodo de emergencia”.
Solamente los docentes podrán emitir calificaciones cuando el maestro cuente con información suficiente para hacerlo pues una evaluación sin fundamento, indicó, “resulta arbitraria y muy probablemente injusta”.
El titular del grupo podrá emitir recomendaciones específicas a los padres en caso de ser necesario y las calificaciones definitivas se registrarán al final del ciclo escolar 2020-2021, según lo establezca la norma correspondiente.