En página 5 de la edición del 25º aniversario de “La Jornada” aparece una nota cuyo encabezado, “El gobierno sin recursos para comprar vacunas contra la influenza A: Calderón”, me ofrece una excepcional oportunidad de cerrar con un muy claro ejemplo esta serie de tres artículos dedicados a la manipulación por miedo. El nuevo argumento para insistir en que el Congreso apruebe el paquete económico propuesto por el gobierno federal desnuda crudamente la manipulación de la que éste es capaz de ejercer, en sintonía con la oligarquía mundial. En mis remembranzas compartidas en este espacio expuse los momentos en que el gobierno mexicano, el grupo que se hizo del poder hace aproximadamente un cuarto de siglo, ha evidenciado su servilismo al linaje controlador internacional de la banca, los energéticos, los medios masivos, la industria de la guerra, los alimentos y los farmacéuticos.
Para Felipe Calderón -quien no explica razones- es ya un hecho que la antes llamada gripe porcina brotará de nuevo en nuestro país, por lo cual se hará necesario comprar millones de dosis de “Tamiflu”. Ahora resulta que si no se aprueba el presupuesto, nos caerá la maldición en forma de gripe provocada por una particular cepa del virus aviar mutado que se trata únicamente con esta milagrosa medicina.
“Tamiflu” se patentó en 1996 como medicamento contra varios tipos de gripes por la compañía farmacéutica norteamericana Gilead Sciences. Quien fuera consejero de esta empresa y presidente de la misma desde 1997, Donald Rumsfeld, fue nombrado por Bush, Secretario de Defensa en el fatídico 2001. Rumsfeld logró vender al gobierno norteamericano 20 millones de dosis de esta medicina en 2005, con el fin de evitar las supuestas 2 millones de muertes en los Estados Unidos que causaría la gripe aviar que ni siquiera se manifestó.
¿Por qué aumentar los impuestos para invertir en “Tamiflu” para combatir una enfermedad que ha causado en este año en todo el mundo mucho menos muertes que la gripe común? ¿Por qué es tan importante cuando en el país mueren varios miles por enfermedades relacionadas con la pobreza? Porque para “alguien” es fundamental mantener el control a través del miedo y la paranoia en la sociedad. Con esa estrategia se consigue refrendar el apoyo de los poderosos consorcios farmacéuticos para que el gobierno mexicano continúe estando en la lista de los bien portados conforme al Consenso de Washington. Pero no sólo eso, sino que también ha sido la estrategia que mejores resultados les ha redituado a ese grupo que ante la opinión pública se oculta en el juego de sombras que resultó ser el cambio de partido en el poder.
– En 1992-94, a firmar el TLC, para no caer en un abismo económico por exclusión global
– 1997-98, a asumir el pasivo del FOBAPROA, para no colapsar todo el sistema bancario
– 2000, a votar por el cambio, para no caer en un retroceso socio político y económico sin precedentes
– 2006, a evitar que llegue a la Presidencia quien sería un peligro para México
– 2008, a aprobar el proyecto petrolero gubernamental, para no perder nuestra riqueza
– 2009, a ocultarnos tras el tapabocas mientras se militarizó el país, se entregó la custodia militar de la frontera a los Estados Unidos y se aprobaron leyes que atentan contra las libertades civiles
– 2009 a aumentar impuestos sin aclarar dónde quedaron los excedentes petroleros, no gravar utilidades en bolsa ni gravar la salida de capitales
La perfidia del grupo que se ha adueñado del poder engaña a honestos militantes del PRI y del PAN, cuando ensuciando el nombre y traicionando la ideología de su partido se reparten el botín del país junto con sus patrones allende nuestras fronteras.
El 22 de diciembre de 1997, consumada la traición a los acuerdos del G4, durante la fiesta de fin de año de la directiva del PAN con sus parlamentarios, habiendo sido Director de Estudios Económicos y aún en mi carácter de Secretario Técnico de Política Económica, me sentí obligado a cuestionar al presidente del Partido, Felipe Calderón, sobre el apoyo a la propuesta gubernamental contraviniendo su propia plataforma. “Tú no deberías preocuparte por ello, Aguascalientes ya es nuestro” fue su escueta respuesta. La que para mí fue una innecesaria concesión, dado el carisma que tenía el candidato del PAN a la gubernatura del estado que contendería en 1998, fue parte del pago por los servicios prestados en el Congreso de la Unión. La forma en que se nombró al candidato a gobernador del PRI y las trabas que desde la Secretaría de Gobernación federal le pusieron a su campaña confirmaron las palabras de Calderón.
Confío en los verdaderos priistas, panistas, perredistas y militantes honestos de otros partidos, que quitadas las máscaras y enfrentando los miedos que han sido inducidos por los controladores del poder, sepan vencer a esa oligarquía que, oculta tras las siglas de sus partidos, ha impuesto un degradante sistema económico que sólo a ésta ha beneficiado.